Señor director:

En carta publicada el domingo, Gonzalo Muñoz invita a elevar la calidad del debate de los candidatos presidenciales en educación, llamando a no agotar el tema en la  reforma. Ello no se condice cuando afirma categóricamente saber lo que nuestro sistema educativo necesita (como si no fueran posibles dos opiniones); a saber, profundizar la actual reforma con foco en el mejoramiento de la calidad.

El diseño del sistema educativo responde, entre otros, a determinados valores. Suponer aquí una hegemonía denota ceguera frente a la diversidad en el plano de los valores que nuestra sociedad cobija, o supremacía moral -enemiga de la democracia- donde solo algunos tienen la razón.

Es falso que la propuesta en educación de Piñera se reduzca a volver atrás la reforma educacional. Hay aspectos de la reforma que no compartimos y queremos mejorar, como la obligación de compra del inmueble, que obliga a cerrar numerosos proyectos educativos, o el fin de la selección por mérito en liceos emblemáticos. Pero el foco de la propuesta de Piñera está en la calidad. El programa propone poner en marcha el sistema de aseguramiento de la calidad para la educación parvularia, fortalecer la formación universitaria de educadoras de párvulo, fomentar el aprendizaje del inglés y la alfabetización digital desde los primeros años de educación básica, modernizar los contenidos y metodologías de enseñanza entregando más y mejores herramientas a los docentes, crear indicadores de calidad específicos para el mundo técnico-profesional, robustecer la educación técnico-profesional de enseñanza media, articulándola con la industria (programas duales y certificación de competencias) y la educación superior (realizar la formación técnica en CFT, convalidación de asignaturas, continuidad de estudio), relevar el rol de los equipos directivos, junto con desburocratizar la gestión administrativa y entregar mayor autonomía a las escuelas, etc.

Sylvia Eyzaguirre