Señor director:

En un año clave para la discusión de las próximas políticas educacionales, Sebastián Piñera dio un paso relevante proponiendo volver al escenario previo a las actuales reformas en algunas áreas (al reponer la selección académica y abrir la puerta al lucro a través de los arriendos de inmuebles), expandiendo iniciativas emblemáticas de su primer gobierno (como los Liceos Bicentenario) y rectificando algunas políticas de su administración (el impulso a una "modernización" del currículum que durante su período se acababa de modificar).

Es fundamental para la calidad del debate público, que las propuestas de los candidatos presidenciales no se agoten, como ha ocurrido hasta ahora, entre las opciones de frenar y volver atrás en algunas políticas (como hace Piñera) o de implementar o perfeccionar las reformas ya aprobadas. Lo razonable es proyectar y definir cuál es el nuevo ciclo de políticas que se abre en Chile luego de las últimas reformas (algo en esa línea hizo el comando de Beatriz Sánchez).

Con claro respaldo en la evidencia, lo que nuestro sistema educativo requiere es una profundización de sus transformaciones, con foco en el mejoramiento de la calidad, pero continuando la tarea de consolidar la educación como derecho. Para esto será fundamental avanzar en redefinir participativamente el currículum nacional y el sistema de aseguramiento de la calidad; priorizar el desarrollo de mejores capacidades y condiciones para los actores educacionales (docentes y directivos); acelerar la desmunicipalización (condición para el fortalecimiento de la educación pública) y eliminar definitivamente los enclaves del mercado educacional (como el sistema de financiamiento que Sebastián Piñera propone extender incluso a la educación parvularia), que conspiran contra la calidad y equidad del sistema.

Gonzalo Muñoz

Académico Facultad de Educación UDP y Exjefe de Educación General Mineduc