El pasado jueves arribó al país un grupo de 14 familias sirias, todas ellas provenientes del Líbano, y que ostentan la condición de refugiados a raíz de la cruenta guerra civil que ha diezmado la población de Siria. En total, suman 66 personas, quienes fueron trasladadas a las comunas de Villa Alemana y Macul para iniciar su proceso de reinserción. Durante los próximos días comenzarán con clases intensivas de español; también recibirán asistencia de los servicios públicos como el Registro Civil, Fonasa y el Ministerio de Desarrollo Social, para acceder a diferentes beneficios del sistema público.

Esta acción de acogida, en el marco del Programa de Reasentamiento de Refugiados, es una señal muy positiva que ha dado el país, al solidarizar con una población que ha sido trágicamente golpeada, y que honra la tradición de intentar dar amparo a quienes han sido desplazados forzosamente. Sintoniza, además, con un problema de escala global, pues de acuerdo con cifras de la Acnur, en 2016 se registraron 65,6 millones de desplazados, una cifra sin precedentes.

Es destacable que en esta ocasión haya existido un plan bien estructurado por parte del Estado para recibir a estas familias y buscar su rápida inserción en la sociedad, contrastando con experiencias anteriores que han sido poco satisfactorias, tal como ocurrió en 1999 con la llegada de refugiados de la ex Yugoslavia, que no lograron insertarse en el país. Estos aprendizajes serán valiosos para facilitar futuros procesos.