Según afirman los investigadores en la revista Science, el compuesto eventualmente podría convertirse en un nuevo fármaco contra la enfermedad que cada año mata a más de un millón de personas en el mundo.

Los tratamientos actuales requieren, por lo general, que el paciente tome varias dosis al día durante algunos días.

Se espera que las pruebas con seres humanos comiencen el próximo año.

El compuesto, llamado NITD609, fue desarrollado por científicos del Instituto de Investigación Scripps de California, el Instituto de Salud Pública y Tropical de Suiza y el Instituto Novartis de Enfermedades Tropicales.

Según los expertos, el compuesto logró eliminar en los animales dos de las principales cepas del parásito de la malaria: el Plasmodium falciparum y el Plasmodium vivax.

Y se logró curar la enfermedad en los ratones con un régimen de una dosis al día.

CONTRA LA RESISTENCIA
Según los científicos, estos resultados son particularmente oportunos porque el parásito se está volviendo cada vez más resistente a los tratamientos actualmente disponibles.

Según el doctor Anthony Fauci, director del Instituto nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, "ya ha pasado más de una década desde que la clase más nueva de antimaláricos, las artemisininas, se comenzaron a utilizar extensamente en todo el mundo".

"El incremento de parásitos resistentes a estos fármacos ha puesto de manifiesto la necesidad urgente de desarrollar nuevas terapias para la malaria".

Los científicos descubrieron el compuesto tras analizar unos 12.000 compuestos químicos con una técnica robótica especialmente diseñada para detectar sustancias que mostraran actividad frente al Plasmodium falciparum.

En análisis arrojó que el NITD609 -que pertenece a una nueva clase de sustancias químicas, llamadas spiroindolones- podía combatir al parásito atacando una proteína que ninguno de los fármacos existentes ataca.

En el estudio con ratones, el compuesto logró matar a las dos cepas de parásitos en la sangre de los animales. (En el ser humano, el parásito de malaria pasa parte de su ciclo vital en la sangre y parte en el hígado).

El NITD609, dicen los investigadores, también demostró que puede actuar mucho más rápido que otras sustancias usadas actualmente.

Y pruebas llevadas a cabo en el laboratorio mostraron que el compuesto no es tóxico para las células humanas.

"Desde el principio el NITD609 se ha destacado porque se ve diferente, en términos de su estructura química, de todos los demás antimaláricos que están siendo estudiados hoy en día", afirma la doctora Elizabeth Winzeler, quien dirigió la investigación.

"Y el ideal para un nuevo fármaco malárico es que no sólo debe ser una modificación de los medicamentos actuales, sino que debe tener características y mecanismos de acción totalmente nuevos. Y el NITD609 los tiene".

POTENCIAL FARMACO
Los científicos creen que el NITD609 tiene el potencial de ser modificado para integrarlo en una tableta que podría producirse en grandes cantidades.

Si las pruebas llevadas a cabo con seres humanos son exitosas, los investigadores estiman que un régimen de una sola píldora al día podría mejorar sustancialmente los tratamientos que se administran en la actualidad.

Hoy, una infección sin complicaciones de malaria se trata durante tres a siete días con medicamentos que deben tomarse de una a cuatro veces diarias.

"Hasta ahora ningún fármaco para la malaria ha demostrado ser tan potente", dice la doctora Winzeler.

"Y la efectividad del NITD609 en una dosis relativamente baja es un punto clave a nuestro favor. Porque un nuevo fármaco que funcione con la menor dosis posible significa menos posibilidades de que el parásito desarrolle resistencia a los medicamentos", agrega.

Los expertos subrayan, sin embargo, que la investigación está aún en su primera fase y habrá que esperar los resultados de los próximos ensayos clínicos para saber si el compuesto es realmente un candidato para un nuevo medicamento.

Según la Organización Mundial de la Salud, en 2008 hubo aproximadamente 247 millones de casos de malaria en el mundo, la mayoría entre niños menores de cinco años en África.