Señor director:

Pronto se acerca el 23 de marzo, calificado por Bolivia como el Día del Mar, para honrar una gesta histórica durante la Guerra del Pacífico que los bolivianos recuerdan con hostilidad y agresividad para atacar a Chile.

Desde el 23 de marzo de 2011, con Evo Morales en el poder, como es sabido, en un discurso que pronunció en dicha oportunidad, anunció el propósito de su gobierno de recurrir a los tribunales internacionales para satisfacer su aspiración marítima.

No cabía duda que en torno a esa fecha, con su habitual verborrea, Morales iba a renovar su ofensiva contra Chile.

En los últimos días se ha podido apreciar cómo Bolivia ya ha iniciado los preparativos de esta puesta en escena que ha consistido en una campaña comunicacional, la aprobación de una declaración en su favor por sus socios del ALBA( Cuba, Ecuador, Venezuela y Nicaragua) y la colocación en territorio chileno de una bandera boliviana, la que fue oportunamente arriada por las autoridades nacionales.

Todo ello en la equivocada creencia que los Magistrados de la Corte Internacional de Justicia de La Haya se dejarán convencer por semejantes acciones y por los ficticios argumentos que emplea Bolivia para defender su caso, lo que no tienen ningún asidero legal como tampoco político e histórico.

Jaime Lagos Erazo