El ejército sirio leal al Presidente Bashar Assad controla actualmente toda la zona de Quseir (centro), a la cual quiere tener acceso la ONU para ayudar a la población civil.

El último bastión rebelde en la región de Quseir (centro-oeste de Siria) cayó en manos de las tropas del régimen, informaron este sábado la televisión pública siria y la del Hezbolá libanés, que combate al lado del ejército.

Los analistas estiman que el ejército sirio lanzará ahora el asalto a la ciudad de Homs, más al norte, y en otras regiones del país de las que perdió el control desde el estallido del conflicto.

La ciudad de Quseir, cercana a la frontera libanesa, se ha convertido en un símbolo tanto para el régimen como para los rebeldes. La región es estratégica porque une Damasco con el litoral, dispone de varias carreteras de aprovisionamiento de armas y despeja el camino al régimen para apoderarse de la ciudad de Homs.

"Nuestras valientes fuerzas armadas restablecieron la seguridad y la estabilidad en Bueida Al Sharqiya", afirmó la cadena oficial siria refiriéndose a esta localidad donde se habían refugiado los rebeldes después de haber perdido esta semana la ciudad de Quseir, hasta entonces uno de sus bastiones.

La cadena del Hezbolá chiita, movimiento que desempeñó un papel clave en la toma de Quseir, también envió un periodista a la zona.

"Bueida Al Sharqiya, último bastión de los hombres armados [rebeldes] cayó. El ejército sirio se hizo de nuevo con toda la región de Quseir", afirmó el reportero de Al Manar.

Después del anuncio de la toma de Bueida, el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en el Reino Unido, expresó su preocupación por lo que pueda pasarles a los rebeldes y a los civiles que se encuentran en esta ciudad situada al norte de Quseir y afirma temer "una matanza".

"¿Dónde están los cientos de civiles y de heridos que huyeron de Quseir para refugiarse en Bueida Al Sharqiyaâ No tenemos noticias de ellos", afirmó el OSDH.

El viernes, el Consejo de Seguridad de la ONU había instado al gobierno sirio a que autorice el libre acceso de organizaciones humanitarias a la ciudad de Quseir.

El Consejo de Seguridad, en una declaración unánime, que también contó con el apoyo de Moscú --aliado de Siria-- instó al acceso "inmediato, seguro y sin obstáculos" a Quseir, recordando que el gobierno sirio tiene la responsabilidad de proteger a los civiles.

Además, la guerra civil en Siria exacerba las tensiones en el vecino Líbano, muy dividido entre partidarios y detractores de Assad.

Helicópteros sirios bombardearon de nuevo el viernes por la noche una región libanesa cercana la frontera siria y partidaria de la oposición al régimen de Assad, afirmó a la AFP un responsable de los servicios de seguridad.

El miércoles, un helicóptero sirio había bombardeado Aarsal, una localidad de mayoría sunita conocida por su apoyo a la rebelión. El presidente libanés, Michel Suleimán, lo condenó.

Desde el comienzo de las protestas contra Assad en 2011 que poco a poco se fueron convirtiendo en guerra, la región de Aarsal sirvió de paso para los heridos y los refugiados pero, según las fuerzas de seguridad, también para el contrabando de armas o para el acceso de combatientes al territorio sirio a través de la frontera.

Por último, la ONU sigue solicitando a países el envío de soldados para su misión en el Golán tras la retirada de Austria y considera modificar su  mandato, indicó el viernes el embajador británico Mark Lyall Grant.

Los responsables del mantenimiento de la paz, dijo, "se mostraron  confiados" en la posibilidad de hallar nuevos países que contribuyan a la FNUOS (Fuerza de las Naciones Unidas de Observación de la Separación) y convencer a los participantes actuales -India y Filipinas- a que aumenten su contingente hasta el techo permitido, de un total de 1.250 soldados.