La joven administración estadounidense de Donald Trump, volvió a sufrir un nuevo golpe.

Esta vez de mano de Sean Spicer, el secretario de comunicaciones de la Casa Blanca que renunció este viernes.

De acuerdo de The New York Times, el portavoz no estuvo de acuerdo con el nombramiento del nuevo director de comunicaciones, Anthony Scaramucci, un hombre neoyorkino que viene del mundo de las finanzas, quien era visto en varias ocasiones por los pasillos de la Casa Blanca y en programas de televisión defendiendo al presidente .

Según relatan testigos, desde el segundo piso de la Casa Blanca se escuchaban aplausos  cuando Donald Trump designó a Scaramucci cerca de las 10 de la mañana. El presidente le pidió a Spicer que se quedara, pero el vocero le dijo que el nombramiento era un error grave.

La revista Time dice que el jefe de gabinete Reince Priebus y el jefe estratega Steve Bannon, se opusieron al nuevo director, pero el presidente estaba convencido de traer al financiero a la Ala Oeste, al igual que su hija Ivanka, su yerno Jared Kushner y el secretario de Comercio, Wilbur Ross.

El turbulento paso de Sean Spicer por la Casa Blanca estuvo marcado por su estilo combativo con los medios de comunicación, incluso generó una caricatura de él en el reconocido programa Saturday Night Live.

Él era el encargado de dar al día una conferencia de prensa para los medios y así entregar detalles de la agenda del mandatario. Sin embargo, hace un tiempo que dio paso al lado para que la vicevocera Sarah Huckabee se hiciera a cargo de la tarea. De esta manera, se esperaba que Spicer asumiera un mayor rol dentro de la Casa Blanca. Reportes de la prensa dicen que era posible que las aspiraciones del ex vocero eran ocupar precisamente el cargo que Trump le ofreció a Scaramucci, cargo que estaba ocupando de forma interina desde que Mike Dubke renunció ese puesto hace dos meses.

Algunos funcionarios y personal de la administración, dijeron que el ex vocero era un blanco frecuente de la ira del presidente. El gobierno estadounidense atraviera serios problemas con la presa, ya que además de os enfrentamientos directos que ha protagonizado, ha hecho pública en varias ocasiones su disconformidad sobre cómo la Casa Blanca se relaciona con los periodistas.