Lleva 162 días refugiado en la emabajada de Ecuador en Londres, batallando contra una eventual extradición a Suecia para enfrentar cargos de violación y abusos sexuales. Pero la salud del fundador de Wikileaks, Julian Assange (41), empeora cada vez más.

El australiano vive en un espacio reducido, con poca luz y sólo recibe visitas después del termino de la jornada laboral de los empleados de la legación a las 17.30.

Hace un mes que las autoridades ecuatorianas alertaron que Assange estaba perdiendo peso y que su salud "comenzó a peligrar". Pero en las últimas horas el diagnóstico fue más puntual: padece de una infección pulmonar crónica  "que podría empeorar en cualquier momento", advirtió la embajadora ecuatoriana en el Reino Unido, Ana Albán.

Assange, ingresó a la embajada el pasado 19 de junio y obtuvo asilo el 16 de agosto, aunque Londres se niega a autorizar su traslado al país latinoamericano.

Las autoridades británicas afirmaron que el fundador de Wikileaks violó las condiciones de su arresto domiciliario, y si abandona la Embajada será arrestado y extraditado sin demora a Suecia.

Según Albán, el australiano "está expuesto a cualquier problema de salud por la falta de luz solar y aire fresco". Declaró que Ecuador "está esperando por una reunión" ya sea con el ministro de Exterior británico, William Hague, como con la ministra del Interior, Theresa May, para discutir el futuro de Assange.

El propio Assange evitó comentar ayer sobre su estado de salud,  en una entrevista con la cadena estadounidense CNN desde la sede diplomática.  Aunque inicialmente rehusó hablar sobre el tema, después afirmó: "No pienso que  sea importante".

Albán añadió que "el Estado ecuatoriano está cubriendo los gastos médicos"  de Assange y le está "proporcionado visitas médicas periódicas".

Por su parte, el juez español Baltasar Garzón, quien defiende a Assange,  declaró el 10 de noviembre en Brasilia que su cliente se encuentra bien, pero  "la situación se deteriora por momentos". "Tendremos problemas médicos importantes" y "problemas psicológicos pueden  venir" por las condiciones de su encierro, aseveró el letrado.