LOS eufemismos son palabras o expresiones que sustituyen a otras que tienen una mayor carga ofensiva o son desagradables, violentas, impertinentes o groseras. El diccionario académico dice que los eufemismos son una "manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta o franca expresión sería dura o malsonante".

El lector Pablo Herrera S. leyó el reportaje "El 1% de la población nacional mayor de 18 años se declara homosexual, según Casen" e informaciones relacionadas, que publicó La Tercera el 11 de octubre en las páginas 2, 3 y 4. Él considera que, por lo general, las noticias periodísticas contienen muchas expresiones eufemísticas y pregunta: "¿por qué no decir las cosas por su nombre? Tengo la impresión de que gastamos más tiempo y espacio usando recovecos lingüísticos, que con frecuencia ni siquiera cumplen la finalidad de camuflar el significado real".

El uso de eufemismos es bastante común en Chile. No sólo en los medios escritos, sino también en la conversación diaria de todas las personas. A veces se trata de expresiones "políticamente correctas", que buscan evitar otras más duras, o tabúes, pero que también recoge el diccionario académico. Cuando se despide a una persona de su trabajo, decimos que ésta fue "desvinculada"; usamos "conflicto armado" para evitar hablar de guerra; una persona "poco agraciada" es, sencillamente, fea; en los foros internacionales se dice "limpieza étnica" para esquivar la palabra genocidio; leemos "edad dorada" o "tercera edad" para que parezca más grata la vejez; y en algunos simposios escuchamos "interrupción voluntaria del embarazo", por aborto.

Así ocurre en todo orden de cosas. La presión social también ha instalado eufemismos para no ofender a personas de otras razas, nacionalidades, orientaciones sexuales o que sufran algunas discapacidades.

El propio diario, en su manual de estándares editoriales, indica que La Tercera evita la publicación de detalles relativos a raza, color, religión, sexo o inclinación sexual de las personas, a menos que tales antecedentes tengan importancia para la respectiva información.

Para mejor comprensión...

Con cierta frecuencia reaparece el vocablo "resiliencia" en el diario. Ya lo vimos antes en este mismo espacio. Ahora figura en el título de una columna de Temas de Hoy, del 23 de septiembre, con la opinión de un investigador. Él dice: "El empleo en 2015 se había mantenido aún bastante resiliente". La lectora Marisa Galaz señala que "quizás la palabra 'resiliencia' esté bien empleada esta vez, pero no ayuda a la lectura ni a la comprensión del texto".

El diccionario académico ofrece dos acepciones para este término importado del inglés "resilience": como "capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos" y como "capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido".

Consultada la fundación del Español Urgente, ésta respondió: "no sabemos qué se quiere decir, pero en principio (el título) no lo consideramos adecuado". Aunque éste pueda tener sentido, resulta complicado y, como señala la lectora, no contribuye a la comprensión del texto.