EN EL CURSO de la semana que concluye estuvo de visita en Chile la lingüista Elena Hernández, directora del departamento de Español al Día de la Real Academia Española, RAE. En el marco de un seminario taller dio a conocer las principales dudas idiomáticas que llegan a su departamento de miles de consultas de hispanohablantes. Las recibe por cartas, mensajes electrónicos e incluso por "twitter", y estas dudas son, ni más ni menos, las mismas que plantean los lectores de La Tercera a partir de los errores que detectan en las distintas páginas del diario. Queda claro que existe un creciente interés por la lengua y por hablar y escribir bien, o simplemente... mejor. Además, Elena Hernández reconoció que hay una importante irrupción de voces nuevas en nuestra comunicación. Muchas de ellas derivan de las disciplinas de carácter científico-técnico, que incluyen una gran cantidad de neologismos y una verdadera avalancha de anglicismos. Esas palabras las recibimos a menudo sin hacer un esfuerzo efectivo por buscar una alternativa propia. ¿Cuál es la norma? Ella subrayó que ésta surge del uso comúnmente aceptado por los hablantes y no por capricho de ninguna autoridad lingüística. La impone el uso y la comprensión. Esto es relevante para entender el camino que siguen algunas voces a través de los medios a nuestra comunicación diaria y, luego, al diccionario académico.


Con desventaja

Sin ir más lejos, tenemos a mano el término "hándicap", con tilde en la primera a, que figura con frecuencia en las noticias de deportes. Un ejemplo: "(...) cuenta con el apoyo de la afición por su esfuerzo y entrega, pero tiene el hándicap de la edad". Es también una voz muy propia del golf, pero incluso la encontramos en las noticias políticas.

Se trata de una importación directa del inglés "handicap", que en nuestro idioma se puede obviar con las expresiones "desventaja" o "circunstancia desfavorable". El Diccionario Panhispánico de Dudas, publicado en el año 2005, ofrece algunas soluciones adicionales en un esfuerzo por reemplazar a hándicap, tales como "obstáculo", "inconveniente" o "impedimento". Pero, el abundante empleo de hándicap terminó por favorecer su inclusión en la vigesimotercera edición del Diccionario de la RAE (2014).


Segunda lectura

"Como es natural, por cuidadosa que sea la edición de un texto, siempre se desliza algún error" escribe con benevolencia la lectora Rose Cave S. Ella leyó el domingo 24 de abril a un columnista de La Tercera que escribe: "(...en) un acto de constricción por los errores propios (...)". Sostiene que el autor del artículo seguramente quiso decir "(... en) un acto de contrición (...)", que tiene el significado de dolor o arrepentimiento. De otro modo, la frase no tendría sentido".

Su observación es correcta. Un acto de contrición (sin las letras ese ni doble c) significa, tal como apunta la lectora, "arrepentimiento de una culpa cometida". El diccionario agrega una segunda acepción, de uso religioso: "En el sacramento de la penitencia, dolor y pesar de haber pecado ofendiendo a Dios". Y, a modo de ejemplo, cita: "Ante su confesor hizo un acto de contrición profunda".

Como siempre, una segunda lectura habría permitido detectar el error.