Señor director:

Hasta el 2015 hubo un incremento notable en la producción de stock de vivienda, dadas las condiciones favorables a la compra de vivienda para inversión, que generó en su momento la inminente Reforma Tributaria, y dadas las condiciones impositivas favorables a la construcción que también existieron hasta el año pasado.

 Pero en realidad no existe a la fecha suficiente demanda real (hogares) para absorber todo el stock de oferta de vivienda producido, mayoritariamente en comunas centrales metropolitanas, por lo que el ya existente subsidio al arriendo debería cumplir, a partir del 2016, una función muy importante, que es el incrementar la demanda real de vivienda a través del arriendo, en un escenario de menor tasa de crecimiento de PIB y probable alza de desempleo en 2016 y 2017. Esto, hasta que se agote el stock existente.

Ello permitirá a los inversionistas que compraron hasta el año pasado rentabilizar sus propiedades a través del arriendo, y a los bancos  no descapitalizarse a través de cartera de créditos hipotecarios.

Todas las previsiones coinciden que se producirá una disminución importante en la actividad de construcción, y los capitales invertidos en empresas inmobiliarias se reinvertirán en otros nichos, probablemente instrumentos financieros. Ello reducirá el número de inmobiliarias en el mercado, ya que lo mismo ocurrió tras las crisis asiática en 1999 y de Wall Street en 2008.

Ernesto López Morales

Departamento de Urbanismo

Universidad de Chile