EL ECONOMISTA Claudio Sapelli, a días de publicar la segunda edición de su libro sobre pobreza, desigualdad y movilidad social en Chile, encuentra que la última encuesta Casen ratifica por completo los hallazgos efectuados previamente en su investigación. Sus hallazgos documentan claramente que en Chile las generaciones más jóvenes tienen una distribución de ingresos sustancialmente más equitativa que las generaciones más viejas. El mejoramiento es de tal magnitud que cuando las generaciones mayores vayan siendo reemplazadas por las más jóvenes, la distribución de ingresos en Chile será similar a la observable en la OCDE. En su análisis, esta evolución en la distribución de ingresos ya no debiera ser un punto de controversia, pues las mediciones son concluyentes. En cuanto a su determinante, la mayor cobertura de la educación superior sería la razón tras el mejoramiento en la distribución de ingresos que se aprecia desde los nacidos a mediados de los años cincuenta.

Sapelli también explora la evolución de la movilidad social, para lo cual analiza cómo ha evolucionado la "movilidad educacional", esto es, cuánto depende la educación del hijo del nivel educacional del padre, y encuentra que desde las generaciones nacidas en los años treinta a aquellas nacidas en los ochenta, ha habido una mejora importante en movilidad. Especialmente ilustrativo es su análisis de las causas del estancamiento en los índices de movilidad que ocurrió entre la generación nacida en 1957 y aquella nacida en 1978. El factor importante habría sido la limitación para acceder a educación universitaria debido al congelamiento de vacantes ocurrido a mediados de los 70, y que duró hasta principios de los 90, superada gracias al cambio en la regulación del sistema de educación superior, que permitió la expansión de matrículas.

Si es falsa la frustrante noción de que la distribución de ingresos en Chile no muestra mejoras, lo relevante es discutir cómo asegurar que la evolución positiva que se constata continúe y si es posible acelerarla. Las claves están en la educación y en el crecimiento económico. Es la mejor distribución educacional la que mejora la distribución de ingresos, y es el crecimiento lo que potencia este proceso: porque da rentabilidad a la educación y, por esa vía, induce a los jóvenes a educarse para mejorar sus ingresos, en un círculo virtuoso que lleva a mayor equidad.

En un país tan ocupado de la igualdad, la contribución de Sapelli es valiosa. Hoy, ciertamente, buscando la igualdad se está afectando el crecimiento. Y, en educación, hay el riesgo evidente que por buscar la "gratuidad universal" se sacrifiquen la cobertura, al hacer depender la educación superior de los recursos fiscales, la calidad y la capacidad del sistema terciario para adaptarse a nuevas demandas educacionales. Llama profundamente la atención que una mirada seriamente fundamentada, que ha sido expuesta con claridad, y que tiene consecuencias tan profundas sobre la forma de avanzar hacia una sociedad más equitativa, no sea una referencia clave para definir políticas sociales.