EL RECIEN  asumido titular de Transportes y Telecomunicaciones ha heredado un ministerio con tareas difíciles, desafíos que afectarán de manera directa a millones de chilenos en ámbitos tan distintos y cotidianos como la locomoción colectiva, la seguridad vial, el acceso a la televisión digital o las tarifas de la banda ancha. Para enfrentarlos con éxito, deberá recurrir a sólidos argumentos técnicos, así como desplegar habilidades comunicacionales y políticas, requiriendo apoyo desde las carteras encargadas de coordinar, comunicar y promover el trámite legislativo de los proyectos del gobierno.

En el ámbito del transporte, sin duda lo más complejo es el mejoramiento del Transantiago y la sustancial reducción de su déficit. El ministro contará con una herramienta que debe a su predecesor: la nueva ley que regula el sistema de transporte público de la capital y que entrega atribuciones al Ejecutivo para sancionar a los operadores que no provean buen servicio, incluso caducando contratos. Es un instrumento poderoso que debiera ayudar a mejorar el servicio, el cual ha visto incrementada su tarifa en los últimos 12 meses (el sábado subió  $ 20 y el  ministro anunció una probable nueva alza en febrero), sin que se haya producido un aumento correlativo en calidad. Otra tarea que deberá acometer es encontrar la forma de sancionar y disminuir la evasión, la cual, pese a los esfuerzos de persuasión realizados, todavía se mantiene alta. Un último aspecto que debe ser abordado es el de la infraestructura para el Transantiago, a través de la construcción de corredores exclusivos, el mejoramiento de los paraderos y la coordinación de semáforos, con el objeto de hacer más expedito el tránsito de los buses, otro punto en el que el sistema se encuentra en deuda.

Se halla pendiente también el anuncio definitivo acerca de la construcción de las líneas 3 y 6 del Metro en la capital, para conocer los trazados concretos e iniciar las obras.

En el ámbito de la seguridad vial, debe avanzarse en los anuncios realizados luego del accidente de la Ruta 78 en noviembre pasado, como, por ejemplo, respecto de la fiscalización efectiva de los buses interurbanos y el mejoramiento de la señalética. Por último, es necesario apurar el trámite de la reforma que establece el sistema de puntos en las licencias de conducir.

El área de las telecomunicaciones también supone desafíos relevantes. La cuestionable decisión de entregar vía decreto permisos provisorios para que los canales de señal abierta transmitan en formato digital -cuestionada por un grupo de parlamentarios ante el Tribunal Constitucional- debiera dar paso a que el Ejecutivo reactive la discusión parlamentaria sobre la TV digital, con el propósito de que el país cuente a la brevedad posible con un marco legal que fije reglas estables en un asunto que motivará grandes inversiones de parte de la industria y que impactará directamente a los usuarios. Al mismo tiempo, la iniciativa de la Subtel de buscar el abaratamiento de los costos de la banda ancha es una idea interesante, cuya concreción pasa por elegir entre las distintas posibilidades abiertas para dicho fin.