Cuando el Telescopio Gigante Magallanes (GMT) entre en operaciones en 2022, será el más grande del mundo. Su promesa: ser un cazador de planetas fuera del Sistema Solar y el instrumento que pudiera develar el misterio de la materia oscura y captar las primeras luces tras el origen del Universo.

Su nitidez será como la de ningún instrumento construido hasta ahora. Un ejemplo: si con el telescopio espacial Hubble se pudiera ver a un hombre parado en la Luna, con el Telescopio Gigante Magallanes se podría ver el título del libro que ese mismo hombre sostiene en la mano. "Eso significa que puede ver un detalle 100 veces más débil con 10 veces mayor resolución", explica desde Pasadena, EE.UU., Miguel Roth, representante del GMT en Chile.

Un consorcio privado internacional construye el GMT en el desierto de Atacama. En noviembre de 2015, se colocó la primera piedra del proyecto en el cerro Las Campanas, en la Tercera Región, y a un año de ese evento, el avance es de un 25% (ver infografía).

Eso si se considera el proyecto total, pues la obra gruesa, servicios básicos y de comunicaciones y la residencia científica, ya están terminadas, dice Roth.

Gran parte de ese trabajo en el cerro Las Campanas ha sido realizado por empresas chilenas. "Desde el corte del cerro, hasta el estudio geotécnico, el tendido eléctrico, la residencia, etc. Una inversión cercana a los 10 millones de dólares", calcula Roth.

En las próximas semanas se lanzará la licitación internacional del diseño y construcción de la estructura que soportará los siete espejos del telescopio. Su adjudicación será para mediados de 2017. "Cuando eso ocurra el avance del proyecto superará el 45%", dice.

Alta tecnología

La U. de Arizona (EE.UU.) es la encargada de fabricar los siete espejos que darán vida al telescopio (uno al centro y seis en su entorno o fuera de eje).

Con cuatro espejos (incluyendo el central), el Telescopio Gigante Magallanes estará en condiciones de iniciar sus operaciones en 2022. Y estará a total capacidad, con sus siete espejos en funcionamiento, en 2025.

Roth cuenta que los espejos de la primera fase (cuatro) tienen un 65% de avance. Uno ya está terminado y los otros tres están en proceso de fabricación.

Se trata de un trabajo de joyería. El primero de los espejos demoró casi seis años en estar listo. A la complejidad técnica y científica se suma la producción misma.

Para hacer un solo espejo se necesitan 20 mil kilos de vidrio de baja expansión, que equivale a un año completo de producción de vidrio. Este es enviado desde Japón a EE.UU. donde finalmente se fabrica.

Los 20 mil kilos de vidrio para el quinto espejo ya llegaron a EE.UU. El vidrio del sexto espejo está siendo producido durante este año para ser recibido en 2017 y ese año se emitirá la orden de compra de vidrio para el séptimo espejo.

Cúpula

Trabajo aparte es la cúpula. Roth dice que su diseño lleva un 35% de avance, su fundación está programada para 2017 y el inicio de su construcción para inicios de 2018.

Aunque no hay científicos chilenos involucrados en la tecnología de esta estructura ni en la del telescopio, Roth indica que hay un grupo de la U. Católica colaborando en el diseño y fabricación de algunos de los instrumentos que trabajarán con el GMT. "Es un espectrómetro (destinado a buscar planetas similares a la Tierra) y será el primer instrumento del telescopio".