Una "tempestad magnética" podría afectar al planeta Tierra el 8 de noviembre, aunque de modo imperceptible, según cálculos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA).

El Sol sigue mostrando su fuerza: una erupción similar a un disparo de cañón arrojado a la Tierra se transformó en un enjambre de partículas, cuyo impacto en nuestro planeta desatará una "modesta" tempestad magnética de clase G1, en una escala comprendida entre 1 y 5.

El impacto no se presenta como una amenaza para los satélites y las comunicaciones, pero podría encender auroras espectaculares en los cielos polares.

La erupción fue observada por el telescopio solar de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA).

De hecho, difundió una serie de fotos y un video en los que se ve claramente un filamento de plasma que se vuelve inestable, pasa a través de la parte exterior de la atmósfera del Sol, es decir, la corona, y genera una explosión que abre un corte brillante extendido por más de 200.000 kilómetros.

El telescopio capturó también los momentos en que los fragmentos de la explosión se alejaron del Sol y generaron una nube de partículas dirigida hacia la Tierra.