Un apretado compromiso jugaron ayer Chile y Uruguay, en la disputa de la medalla de bronce de los Panamericanos, en uno de los recintos del Exhibition Center, en Toronto, que se repletó, pese a que no se presentaba el local, ya que los cuatro semifinalistas provenían de Sudamérica: Argentina, Brasil y los rivales del bronce. La victoria fue para los que vestían de rojo, por 23-17.

Con la ausencia aún de Marco Oneto, la principal figura nacional, quien aún no se recupera de una lesión, el técnico Fernando Capurro supo ordenar a una escuadra que sufrió con el potente ataque celeste, pero que mejoró esos intentos con contras y quiebres más efectivos.

Aunque la Roja siempre fue arriba en el marcador, los dirigidos por Jorge Botejara nunca se dejaron adelantar por más de cuatro anotaciones, una diferencia salvable en este deporte. Pero fue en los últimos 10 minutos que los nacionales mostraron su mejor juego, para anotar y para detener la ordenada delantera uruguaya.

El portero nacional, René Oliva, fue también clave en la última parte del compromiso. Un héroe más, ovacionado por los asistentes al compromiso. Rodrigo Salinas fue el goleador del equipo nacional, con seis anotaciones, uno de los valores chilenos que juega en ligas europeas.

“Tuvimos un par de bajas, pero supimos salir adelante, jugamos un partido muy inteligente, le sacamos una diferencia bastante holgada a Uruguay y se confirma que hoy en día estamos entre los tres mejores, hace rato que lo venimos demostrando”, señaló Araya.

Esteban Salinas también hizo un balance mesurado del campeonato: “La unión de este equipo sacó adelante el bronce panamericano. Es muy importante saber que en el balonmano hay gente que estudia, trabaja y entrena, y eso es muy difícil. Esperaba un partido así, que se disputara en los últimos minutos. Estuvimos muy unidos”.

El balonmano masculino repite de esta manera la tercera ubicación conseguida hace cuatro años en México, las únicas medallas que suma Chile en este deporte en la historia, y lava la herida de la rama femenina, que fue última en Toronto.

Todo con una gran celebración al centro de la cancha y con la canción Chileno de Corazón en los parlantes.

El entrenador, Fernando Capurro, aprovechó para pedir más apoyo gubernamental: “Ya nos dimos cuenta de que con esto no alcanza. Está el nivel, pero no puede ser que sólo nosotros y el hockey ganemos medallas en deportes colectivos”.