En tres o cuatro meses la mayor salmonera de capitales chilenos, AquaChile, espera finalizar un aumento de capital por US$120 millones, recursos con los cuales quiere estar preparado para tomar las oportunidades de compras que se verán en el mercado. Su presidente, y uno de sus socios principales, Víctor Hugo Puchi, dice que la industria no vive actualmente una crisis, sino un ciclo de bajos precios que ya se empieza a revertir. Agrega que hoy es un muy buen momento para tomar decisiones de inversión, porque se han despejado una serie de aspectos regulatorios que afectaban negativamente al sector.

En su opinión, la consolidación de la industria, a través de fusiones, compras o alianzas, ayudará a fortalecer al sector salmonero chileno a nivel internacional. "En AquaChile tenemos un ADN de asociatividad, y esto parte de lo que, a mi juicio, requiere Chile para ser más competitivo y efectivo comercialmente, y también para enfrentar mejor los desafíos sanitarios que la industria seguirá teniendo", afirma.

¿Considera inevitable el proceso de consolidación de empresas?
La consolidación ayudará fuertemente. No estoy en condiciones de decir quién puede y quién no puede continuar por sí solo, pero no tengo dudas de que las alianzas ayudarán a crear organizaciones con modelos de producción más eficientes, con mayor diversificación geográfica y con capacidad de rotación de concesiones que los hagan menos vulnerables sanitariamente. Antiguamente podíamos cosechar cuando queríamos, en la talla de peces y en tiempo. Hoy no. La regulación obliga a hacerlo cuando es sanitariamente conveniente para toda la industria. En consecuencia, las empresas necesitarán más capacidad financiera para procesar sus cosechas y vender sus productos en un calendario que optimice su valor, el que en muchos casos será distinto al calendario de cosechas. En este nuevo escenario, se va a requerir más fortaleza financiera.

¿No toda la industria tiene esa solidez financiera?
Estamos viviendo una época post Isa, en que el acceso a crédito se ha visto limitado por la percepción de riesgo de la industria. Este nuevo panorama generado por el cambio regulatorio nos debiera dar la oportunidad de mostrar al mundo financiero y a los inversionistas que en el largo plazo la industria cambió para mucho mejor. En este nuevo modelo es más valioso tener más escala, tener recursos para administrar eficientemente el capital de trabajo, cosechar y vender a los mercados sin estar forzados por una necesidad de liquidez. Nuestra empresa tiene un tamaño eficiente, pero podemos mejorar participando en consolidaciones adicionales.

¿Salen de compras porque ahora los activos están más baratos?

No sé si estén baratos o no, pero en estos últimos años la opción fue crecer con activos propios, porque era económicamente más conveniente. Desde la apertura a Bolsa crecimos 70% en número de concesiones en operación; en empleo pasamos de 3.700 a 5.100 personas, y en existencias, biomasas en cultivos, de US$126 millones a US$265 millones a septiembre. Tenemos espacios para crecer con activos propios, pero en dos o tres años será necesario tener más concesiones.

¿Por qué en dos a tres años?
Porque el crecimiento orgánico va a estar limitado y vamos a tener que crecer con más concesiones. Lo lógico es hacerlo anticipadamente. En un mundo como el nuestro toma tiempo afiatar matrimonios. La consolidación es una herramienta para enfrentar la sustentabilidad de la industria y para obtener el mejor valor de nuestros productos en los mercados internacionales.

¿Qué oportunidades han visto?
Siempre mantenemos conversaciones con grupos salmoneros y estamos con muchas ideas. Vamos a dedicar recursos y tiempo a analizar el panorama que se avecina. Tenemos buenas amistades con nuestros pares y creemos que puede haber buenas oportunidades.

¿Qué características debe tener una compañía que les interese?
Una, que nos ayude a tener un conjunto de concesiones más diversificadas y que no nos topemos en muchos barrios. Segundo, que no se duplique la ubicación de las plantas de proceso para atender la dispersión geográfica de las cosechas. En caso de una fusión, son relevantes las buenas relaciones entre los dueños y tener prácticas parecidas. El nivel de endeudamiento y de estatus sanitario de la biomasa en cultivo son factores a analizar y ponderar en profundidad.

¿Les interesa ver todo lo disponible?
Estamos haciendo un aumento de capital por US$120 millones y eso nos alcanza para cierto volumen. Dependerá también del potencial de endeudamiento que se cree con el aumento de capital, tema que debemos trabajar con nuestros bancos y agentes financieros. En la medida en que tengamos un panorama más claro en términos de acceso a otro tipo de financiamiento, a lo mejor nuestro apetito por crecimiento puede razonablemente aumentar. Miraremos las oportunidades que hagan sintonía con las operaciones de AquaChile y que estén dentro de nuestras capacidades financieras.

Acuinova está en el mercado…
En general, todo lo que esté disponible lo analizamos. En ciertos casos, algunos activos o áreas operacionales son atractivas y otras no.

¿Reintentarán algo con Cermaq?
No nos cerramos, pero sentimos que las cosas se tienen que hacer en el momento oportuno, cuando es posible y ventajoso. Hoy, nuestro foco es mejorar nuestra posición en Chile, tomar estas oportunidades que van a venir.

¿Y Friosur sigue en su radar?
Ellos siguieron su derrotero. Acaban de comprar otra compañía, y ojalá sigan exitosamente en esa ruta.

¿Hacen este aumento de capital con algún activo en la mira?
Antes de 120 días no estamos en condiciones de emitir las acciones y levantar el capital. Después está el tema de dónde invertir. Si el año pasado trabajamos con el gobierno y con los gremios en la regulación, en los años que vienen estaremos enfocados en decidir cómo crecemos, con quién nos aliamos, cómo participamos de las oportunidades atractivas que vengan.

¿Están disponibles para fusionarse en Chile con otra salmonera?
Es un camino posible. Siempre hemos dicho que aquí no sobra nadie. Los salmoneros que hemos llegado hasta aquí lo hemos hecho sorteando muchas dificultades, con muchos ciclos y con algunas crisis. Todos tenemos mucha experiencia incorporada en nuestras organizaciones y no creo que sea de valor que esa experiencia se pierda. Nuestra invitación es a unirse.

¿Les interesa más una fusión que una compra?

Estamos abiertos a ambas.

¿No es poco estratégico avisar que están de compras?

Jugar póker en una industria que es chica no sé si sea creíble. Uno tiene que ser una contraparte creíble y si iniciamos conversaciones para fusionarnos y falta capital para explotar lo que el socio aporta, no seremos un buen socio.

AUMENTO DE CAPITAL
Hoy junto a los Fischer poseen 66%. ¿Se diluirán en este aumento?

Ese tema está todavía abierto por varias razones. Una, es que los socios fundadores creemos en nuestro negocio y nos gustaría participar del aumento de capital en la medida de nuestras capacidades financieras. En segundo lugar, debemos atender una crítica fundada del mercado: la liquidez de nuestras acciones ha ido bajando, porque muchos otros grupos que ingresaron a la propiedad han ido comprando acciones sin ánimo de venderlas. Hoy flota alrededor de 8% y lo demás se ha ido concentrando en tres o cuatro accionistas, y lo que vendimos en Bolsa fue un 33%. Esto nos invita a crear más liquidez colocando el capital en el mercado abierto. Por otra parte, hemos tenido varios mensajes de inversionistas a quienes les gustaría comprar bloques de acciones. Eso se logra mediante la cesión de derechos preferentes de los fundadores.

¿Cuánto espacio cederán?
Lo vamos a terminar de afinar en el plazo que media entre el anuncio que estamos haciendo, la junta de accionistas y la colocación.

¿Mantendrán el control?
Por supuesto. Aun cuando no suscribiéramos nada, nuestra máxima dilución es un 8%. Pero eso es secundario. Le asignamos más valor a que nuestra empresa sea un actor relevante a escala mundial, y para eso se requiere flexibilidad empresarial.

¿Harán un pacto de accionistas?
No tenemos pacto, porque cuando nos abrimos a la Bolsa queríamos dar una clara señal de que esta empresa se iba a dirigir con las mejores prácticas de gobierno corporativo y se iban a empujar las mejores ideas, independiente de quién las tuviera. No nos aferramos al poder.

EL NEGOCIO
"Esperamos que 2013 sea un año de flujos positivos. En 2010 generamos un Ebitda de US$58 millones y en 2011, de US$95 millones. 2012 va a ser muy bajo, ya llevábamos pérdidas acumuladas a septiembre, pero lo vemos como una coyuntura. La industria va a mejorar sus precios", afirma Puchi.

Hace dos años, el valor esperado de la firma era US$1.150 millones. Hoy vale US$856 millones. ¿El plan actual apunta a recuperar ese valor?

Estaba fuera de nuestro radar la caída brusca de precios de 2012. AquaChile continúa con su programa de producción, haciendo los cambios de especies para adaptarse a las condiciones de los distintos mercados y ajustando el portafolio en función de la realidad sanitaria y de los cambios regulatorios. Cuando el mercado internalice que Chile tiene una mejor conducta comercial y recupera sus precios y, a su vez, se haga un análisis en profundidad de los alcances económicos de los cambios regulatorios, el valor de la industria va a crecer y, por supuesto, el de nuestra empresa.

¿Cómo están financieramente?
Con un nivel de endeudamiento bajo respecto de los estándares normales. Hemos podido sustentar un crecimiento tan grande en corto plazo porque levantamos los recursos financieros oportunamente y porque generamos caja operacional en 2010 y 2011. En lo financiero estamos sólidos. Sin embargo, para sustentar el crecimiento de las biomasas en cultivo y, paralelamente, acceder a tomar nuevas oportunidades de crecimiento e inversión vía adquisiciones o fusiones se requieren nuevos recursos de capital.

NUEVA REGULTACIÓN PARA EL SECTOR: "LA LIBERTAD ABSOLUTA TERMINÓ"

El año pasado, Víctor Hugo Puchi pasó más tiempo del habitual en Santiago, porque participó activamente en la discusión de los aspectos centrales de la nueva regulación, que hoy valora.

Asegura que estos cambios despejaron el camino para el aumento de capital recién anunciado. "Nos llevó a mirar el potencial de la industria con mucho más optimismo", dice.

El riesgo sanitario, añade, ahora es distinto, porque se limitó la importación de ovas con estrictas medidas de control biológico; se limitó el otorgamiento de nuevas concesiones en la X y XI Región.

Así, afirma, "el riesgo de seguir creciendo en forma descontrolada se terminó".

Asimismo, se definió que las concesiones de mala calidad serán removidas de sus actuales ubicaciones y tendrán la prioridad para ocupar espacios en las nuevas áreas de crecimiento que defina la autoridad. "Detrás de esto hay un mensaje claro: la libertad absoluta se terminó y se privilegiará la sustentabilidad por sobre el crecimiento", subraya.

La creación de barrios y la obligación de hacer descansar los centros de cultivo en forma ordenada es otro de los temas que, en su opinión, marcan un antes y un después. "Hasta hace un mes, las empresas que no cumplían con su proyecto técnico de producción corrían el riesgo de perder las concesiones. Había un incentivo perverso por acelerar las producciones, a veces poblar las concesiones con biomasas de mala calidad para no perder las concesiones. Esto generaba un círculo negativo", explica.

Esta norma se cambió por la posibilidad de inscribir planes de manejo de las concesiones, pudiendo los concesionarios operar con rotaciones más holgadas que el mínimo legal .

"No tenía sentido para un país tan importante en la oferta mundial presionar a una sobreproducción por la razón administrativa de tener que usar las concesiones, aumentando el riesgo operacional sanitario y con un efecto negativo en los mercados. Al final, terminábamos vendiendo el salmón a un precio castigado respecto al de otros productores en el mundo. Este cambio trascendental permite hoy a empresas como la nuestra mirar el futuro crecimiento con más optimismo, holgura y claridad, generando un espacio para poder aliarnos con otros sin correr el riesgo de perder concesiones", explica.