Ayer se terminó el proceso de confirmación del futuro gobierno, con el anuncio de los 34 subsecretarios y el director de dirección de presupuesto por parte del Presidente Piñera. Son tantos los criterios posibles para evaluar estos nombramientos que lo más importante es que señales da el futuro Mandatario con las personas que eligió  para acompañarlo en este segundo mandato. 
Primero que todo, hay convicción en el diseño del gobierno. Se repite por lo mismo que se premia la continuidad en el caso de seis subsecretarios que vuelven a sus mismas carteras y otros tantos que asumen una distinta. Desde el primer momento el propio Presidente Piñera dijo que la experiencia de gestión en el gobierno era uno requisito importante y algo muy valorado, y si vamos repasando los nombres vemos que muy pocos de los nuevos subsecretarios son realmente nuevos, casi la mayoría tuvo experiencia en el Estado con anterioridad. Este criterio que se usó al nombrar los ministros se repitió con los subsecretarios. 
Al igual que con los ministros, se aprecia una revalorización de la experiencia política, gobernar no es solo gestión sino también política. Ser capaces de hacer gestión y política es un imperativo del buen gobierno, y parece que es una lección aprendida por ChileVamos. Así vemos que en los distintos ministerios se fue alternando nombramientos más técnicos y otros más políticos, buscando el difícil equilibrio que asegure capacidad de gestión, al mismo tiempo que sensibilidad frente a los distintos intereses y demandas de la ciudadanía. 
Pero en algunos casos se parecía obviamente que se buscó dar satisfacción a demandas de los partidos. El olor a cuoteo es evidente en varios de las designaciones, de personas sin mayor experiencia en las áreas en que fueron nombrados. Pero por otro lado refleja que el Presidente Piñera, quiso también que los partidos se sintieran plenamente integrados al gobierno, como reconocimiento de que el rol de Chile Vamos en darle apoyo, unidad y una inédita paz en las relaciones entre los partidos es un activo muy valorado. La institucionalidad de Chile Vamos fue clave para el triunfo electoral y se aprecia que el Presidente Piñera decidió cuidarla y darle continuidad para que siga aportando durante su mandato. 
La diversidad quedó en deuda, la tentación endogámica de la derecha es un defecto que se arrastra, y refleja su escasez de redes y su poca permeabilidad. Hay solo algunos casos de personas designadas y que vinieran de fuera del sector o de los partidos. Y entre los independientes prevalece una homogeneidad cultural y social, que se constituye en una debilidad a la hora de enfrentar demandas sociales
Un gobierno capaz de avanzar rápido y coordinadamente con los partidos pareciera ser el norte que guió las designaciones. Se avanzaría rápido gracias a la experiencia y conocimiento de los ministerios, y de manera coordinada con los partidos porque se incluyó ampliamente a sus líderes y cuadros. Si el diseño es exitoso lo dirá el tiempo, el primer año es clave para demostrar la capacidad de que la inversión y el crecimiento económico se haga sentir en la micro economía de los chilenos y sus familias, eso le dará fuerza al futuro gobierno para avanzar con su ambiciosa agenda social, que haga realidad la promesa de una red de protección para la nueva clase media.