En los últimos meses el Estado de Florida ha estado en el centro de la discusión para los americanos pero también para muchos grupos y activistas que abordan temas vinculados a sexualidad, identidad de género y la educación sexual en el mundo escolar. A principios de 2022 el mundo se sorprendió cuando legisladores en Florida intentaron promulgar la controvertida regulación popularmente conocida como Don’t Say Gay que impide hablar de temas vinculados con la comunidad LGBTIQA+, su historia, las contribuciones de sus personajes más relevantes. Pero también vetaba la posibilidad de conversar en la sala de clases acerca de la experiencia personal de niños, niñas y adolescentes en torno al tema.

Actualmente la controversia viene de la mano de un nuevo bill que regula los contenidos y los temas que se deben o no abordar en una sala de clases en relación a educación sexual, una temática que forma parte de los derechos a la educación y a la salud consagrados en la Declaración Universal de Derechos de Naciones Unidas. El Florida House Bill 1069 —o como se le conoce en redes sociales y medios online, “Don’t say period bill”busca limitar los contenidos y la información sobre salud reproductiva que reciben los alumnos en los colegios. Y frente a este tema, como suele suceder con lo referente a educación sexual, hay opiniones polarizadas.

Porque, sin ir más lejos, en nuestro país es común escuchar comentarios aprensivos de padres respecto de los temas que se abordan —o se excluyen— de los currículos sobre educación sexual. Los conceptos suelen confundirse, mezclarse y la pesada carga moral que se le asocia a nociones cómo la ideología de género o la educación no sexista hacen que, para muchos padres, se vuelvan temas vetados.

“Don’t say period bill”— busca limitar los contenidos y la información sobre salud reproductiva que reciben los alumnos en los colegios.

Hace más de 5 años que Pamela Jaime es jefa del Área de Educación de APROFA, una organización sin fines de lucro dedicada a la promoción y defensa de los derechos sexuales y reproductivos. Profesora de formación, se ha especializado prácticamente desde los inicios de su carrera en temas vinculados a derechos humanos y educación sexual integral. Aquí comparte algunos de los principales mitos —y las correspondientes verdades— asociadas a la Educación Integral de la Sexualidad o EIS.

Educación: ¿en la casa o en el colegio?

Mito: Los niños y niñas no deben recibir Educación Integral de la Sexualidad porque, a esa edad, no la necesitan.

Verdad: El acceso a información científica, acorde a la edad, adecuada y gradual, solo tiene beneficios para el desarrollo de niñas y niños. A través de la EIS se pueden trabajar el reconocimiento de las emociones, autoconocimiento y autogestión. También se abordan temas como el consentimiento, prevención de abuso, relaciones interpersonales, toma de decisiones autónomas y conscientes.

Mito: Las familias deben ser las únicas encargadas de educar en sexualidad a sus hijas e hijos y no es necesario abordar el tema dentro de la escuela. Las personas van aprendiendo sobre sexualidad a medida que crecen y experimentan.

Realidad: La EIS como parte del currículum escolar, planificado desde el inicio de la etapa escolar, permite que niñas, niños y jóvenes puedan desarrollar competencias, conocimientos y habilidades para la vida. Tener acceso a información en sexualidad a través de metodologías adecuadas, posibilita derribar mitos, disipar temores y vivir vidas plenas.

Si bien el apoyo y cooperación de las familias es fundamental para que niñas, niños y jóvenes se desarrollen en entornos seguros, el Estado debe garantizar el acceso a una Educación Integral de la Sexualidad que les permita a todas y todos contar con la información apropiada, acorde a las etapas de desarrollo y con profesionales capacitados para entregarla.

Mito: Hablar con niñas y niños sobre género y diversidades sexuales, sólo les confunde sobre sus identidades y orientaciones.

Verdad: A través de la EIS se pueden abordar temas como el género, la orientación sexual, identidad de género, entre otros. Y esto le entrega a niñas, niños y jóvenes mensajes claros sobre qué es la sexualidad. Mediante la enseñanza de la EIS se incorpora el respeto a la diversidad como parte de la vida. Les entrega a los niños la posibilidad de sentir naturalmente sin temor a discriminaciones. Por eso, educar en temas de diversidad genera sociedades que respetan y no violentan.

Mito: La EIS adoctrina a niñas y niños a través de la ideología de género.

Verdad: La ideología de género corresponde a un concepto creado por sectores detractores al reconocimiento de los derechos de las mujeres, niñas, niños y comunidad LGBTIQA+. La EIS se enmarca en los Derechos Humanos y la construcción de espacios libres de discriminación, estigma y violencia, como un aporte para que las personas puedan disfrutar sus vidas en sintonía con el bienestar.

Mito: Hablar de sexualidad jóvenes incentiva a iniciar tempranamente su actividad sexual y priva a niñas y niños de su inocencia porque los hiper sexualiza.

Verdad: La EIS es gradual y adecuada a las etapas de desarrollo de niñas y niños, por tanto, se entregan contenidos de acuerdo a las necesidades y edades. Cuando no se promueven procesos educativos en EIS desde edades tempranas, no se promueven habilidades, conocimientos y actitudes para que logren identificar posibles situaciones de riesgo asociadas al abuso o la violencia. No educar en sexualidad va en contra de los Derechos Humanos de niñas y niños.

Es importante recalcar que la EIS no es sólo hablar de relaciones sexuales y genitalidad. La evidencia indica que la EIS desde temprana edad, no fomenta la iniciación sexual. Por el contrario, incide directamente en el retraso de esta debido a la información que se recibe para tomar decisiones libres y consensuadas, y las responsabilidades que conlleva, además de proteger ante la coacción y la violencia.

Mito: Niñas y niños por naturaleza tienen diferentes habilidades. La educación debe adecuarse a su sexo y capacidades.

Verdad: La EIS contribuye a la erradicación de las desigualdades de género. Desde la evidencia científica se ha demostrado que no deberían existir limitaciones de los aprendizajes de una persona por su género, etnia y/o clase. La educación no sexista es una de las temáticas que se pueden desarrollar a través de la EIS y esto permite que niñas, niños y jóvenes participen de sus espacios educativos en igualdad de condiciones.

Mito: Es mejor que no exista una ley de EIS, así las familias pueden educar a sus hijos/hijas de la manera que estimen conveniente.

Verdad: La EIS corresponde a un ejercicio cotidiano. Aprendemos y enseñamos del tema con la familia, en la escuela, las amistades, en centros de salud, la comunidad, iglesia, en fin. Pero no todos los espacios cuentan con herramientas para el abordaje de la sexualidad de manera integral. Por eso se necesitan leyes y normativas claras que permitan que las personas reciban una educación libre de prejuicios y de calidad.