Columna de Marcela Guzmán: “Ganancias de eficiencia y mejora de la calidad del gasto. Necesaria práctica de responsabilidad fiscal”

Marcela Guzmán, consejera del Consejo Fiscal Autónomo

“Tanto las metas, que constituyen un compromiso, como los logros, deberían ser informados en la tramitación de la Ley de Presupuestos de cada año y en los Informes de Finanzas Públicas de la Dirección de Presupuestos. Lo anterior, junto con una permanente optimizaciones del uso de las evaluaciones en la toma de decisiones, contribuiría a identificar tanto holguras fiscales como a mejorar la calidad del gasto, ambas expresiones de responsabilidad fiscal”.


Considerando la estrechez de la situación fiscal desde 2024 en adelante, en su último informe el Consejo Fiscal Autónomo (CFA) ha propuesto hacer un esfuerzo equilibrado en cuatro fuentes de financiamiento permanente: el crecimiento económico, aumento de impuestos, disminución de evasión y elusión, y eficiencia y mejora de la calidad del gasto público. Esta cuarta fuente de financiamiento, complementaria con las anteriores y que se profundiza en esta columna, pone el acento en dos líneas de trabajo. Primero, en la búsqueda de ganancias de eficiencia del gasto que permita liberar recursos y transformarlos en holguras fiscales. Segundo, en optimizar el uso de la información proveniente de evaluaciones que ya se realizan en el Ejecutivo, para contribuir también a la búsqueda de holguras, apoyar reasignaciones de gasto, y mejorar la gestión de los programas.

La búsqueda de ganancias de eficiencia para obtener holguras fiscales no es tarea fácil. Requiere identificar recursos que están siendo mal ejecutados y que pueden liberarse, incorporándose en decisiones presupuestarias. Para ello, es necesario usar metodologías e introducir prácticas de trabajo que deben compatibilizarse con las características del ciclo presupuestario: este ciclo es anual, por lo tanto, siempre de tiempo limitado; es altamente normado, porque se trata de recursos públicos, y es intensivo en interacciones de actores institucionales que pueden tener distintas apreciaciones e intereses, principalmente órganos públicos sectoriales, altos niveles de decisión gubernamental, y Poder Legislativo. Lo anterior hace que la tarea no sea fácil, pero sí posible y necesaria.

En línea con la necesidad de buscar ganancias de eficiencia, la Ocde, a solicitud del Ministerio de Hacienda, propuso la aplicación de la metodología de Revisiones de Gastos. Dicha metodología, además de aspectos técnicos, considera la elaboración de arreglos institucionales para ordenar su realización, asignando responsabilidades a los niveles técnicos y a las autoridades políticas, en particular, del Ministerio de Hacienda y de las áreas que serían revisadas. Los arreglos institucionales, siendo un aspecto procedimental, son importantes, porque el ejercicio de identificar holguras fiscales y transformarlas en fuente de financiamiento para otros usos requiere de gran comprensión y apoyo político al interior del Ejecutivo. Cabe recordar que quienes ejecutan el gasto y, por tanto, los primeros responsables de su desempeño, son los ministerios y sus Servicios Públicos, debiendo estos ser parte y contribuir a esta tarea.

Adicionalmente, se requiere de un decidido apoyo político en el Legislativo, puesto que las decisiones que emanen de las Revisiones de Gastos, y también de otras evaluaciones que se realicen, se deben expresar en la Ley de Presupuestos. Además, las Revisiones de Gastos deben constituirse en prácticas permanentes en la gestión presupuestaria, como una forma de abordar el carácter inercial de los presupuestos que resta calidad al gasto.

El CFA apoya la recomendación de la OCDE, y señala la necesidad de establecer metas de ganancias de eficiencia en cada Revisión de Gasto, y que posteriormente las autoridades reporten los logros alcanzados. Tanto las metas, que constituyen un compromiso, como los logros, deberían ser informados en la tramitación de la Ley de Presupuestos de cada año y en los Informes de Finanzas Públicas de la Dirección de Presupuestos. Lo anterior, junto con una permanente optimizaciones del uso de las evaluaciones en la toma de decisiones, contribuiría a identificar tanto holguras fiscales como a mejorar la calidad del gasto, ambas expresiones de responsabilidad fiscal.

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