Financiamiento de la agenda social postergará meta de balance fiscal del gobierno

Felipe Larrain
01 Abril 2019 El Ministro de Hacienda Felipe Larrain en la Moneda. Foto: Andres Perez

Para los expertos, el escenario fiscal que se avecina es complejo y desafiante a la vez. Esto, porque lo más probable es que se deba emitir deuda, lo que significa ampliar el déficit fiscal, tanto efectivo como estructural, en hasta 0,5% del PIB el próximo año, lo que llevará a retrasar la meta de convergencia a balance.


Luego que la noche de este martes el Presidente Sebastián Piñera anunciara un paquete de medidas económicas para tratar de mitigar la grave crisis social que ha paralizado parcialmente el país en los últimos días, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, junto con señalar que el costo total del plan ascenderá a US$1.200 millones para 2020, entregó algunas pistas de las fórmulas de financiamiento.

Según detalló a Canal 13, el secretario de Estado dijo que la mitad de la agenda social de Piñera, es decir US$ 600 millones, será financiada con mayor gasto público, de la otra mitad US$ 440 millones provendrán de la reasignación de recursos de otros ministerios y US$160 millones proporcionados por la mayor recaudación que tendrá el nuevo impuesto global complementario de 40% a las clases más altas (cuyas rentas superen los $8 millones) anunciado ayer junto al resto de las medidas.

Con esto, el jefe de Hacienda adelantó mayor déficit fiscal, y advirtió sobre la dificultad que esto representará para poder cumplir con la meta de déficit estructural de 1% para 2022 y aseguró que "eso significa que tendremos que buscar una fórmula de financiarlo", la cual espera anunciar próximamente, cuando detalle en pleno el paquete de medidas económicas. En esta se analiza también emitir más deuda pública.

Para los expertos, el escenario fiscal que se avecina es complejo y desafiante a la vez. Esto porque lo más probable es que se deba emitir deuda, lo que llevaría a ampliar el déficit fiscal, tanto efectivo como estructural, en hasta 0,5% del PIB el próximo año lo que a su vez implica retrasar la meta de convergencia a balance.

La proyección para el próximo año de déficit estructural es de -1,4% del PIB, mientras que efectivo -1,6% del PIB.

Para Alejandro Puente, de la Universidad Santo Tomás, asumiendo que el Ejecutivo pueda reasignar el volumen de gasto señalado, "los US$600 millones de déficit o deuda, aumentaría entre 0,2% y 0,25% el déficit estructural, pero es un desvío bastante moderado e incluso bastante conservador".

Cecilia Cifuentes, académica de la Universidad de los Andes, afirma que "el gobierno tiene dos alternativas o emite deuda o recurre al Fondo de Estabilización Económico Y social. Esa decisión es financiera. En este minuto pareciera que fuera mejor emitir deuda". Para la economista, el mayor gasto implicará que el déficit tanto estructural como efectivo se amplié en hasta 0,5%.

Según Patricio Rojas, de Rojas y Asociados, "va a ser bien difícil que el ministro (Larraín) pueda redestinar US$400 millones desde el Presupuesto actual, porque ya está bastante apretado para concentrarse en la inversión. Creo que hay poco espacio hacia dónde echar mano", estimando como una buena alternativa los Fondos Soberanos.

Por su parte, el exsubsecretario de Hacienda, Alejandro Micco, señala que lo primero es "mirar el vaso medio lleno. Muchas de las medidas van en la dirección correcta como el beneficio de las pensiones, también el apoyo a los sueldos que lleguen a $350 mil". Mantiene la duda, eso sí, respecto de la reforma tributaria, que sostiene, deberían ser sin reintegración "para quedarse con los elementos en que hay acuerdo", sin perder de vista que quedan temas pendientes, como la salud y la mejora global de las pensiones.

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