Peso argentino detiene su desplome y Alberto Fernández denuncia a Milei por “intimidación pública”

La referencial ronda cambiaria informal de Argentina mostraba este miércoles una notoria escasez de negocios por la ausencia mayoritaria de operadores tras la presión del gobierno por detener la profunda depreciación del peso, que alcanzó niveles récord, dijeron fuentes del mercado.

En las escasas anotaciones pasaba a subir un 1%, a la zona de 1.000 pesos por dólar un día después de alcanzar un nivel piso de 1.050 unidades, equivalente a una pérdida de casi un 44% en solo siete semanas.

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El ministro de Economía y candidato presidencial oficialista Sergio Massa dijo que judicializará a quienes realicen operaciones ilegales en un mercado con pocos actores, ya que la depreciación del peso impulsa una inflación que ya es del 124% anual.

Al respecto, el presidente Alberto Fernández denunció por “intimidación pública” al candidato libertario Javier Milei, informó la agencia oficial Télam, quien recientemente recomendó no renovar los depósitos bancarios en pesos ya que la moneda local no sirve ni de “excremento”.

“Muchos agentes (de cambio) no vinieron a trabajar, uno deduce por el temor que mete el gobierno, y esto achica más a un mercado de por sí reducido”, explicó un agente de cambio bajo condición de anonimato.

Este tradicional mercado, conocido vulgarmente como “blue”, mostraba una brecha de 195% contra la paridad fija oficial de 350 pesos, lo que alentaba a los negocios por fuera del sistema financiero electrónico con dinero no declarado.

Los argentinos acudirán a las urnas el 22 de octubre para elegir presidente, en medio de una reñida carrera electoral entre tres postulantes con chances de alcanzar el balotaje, según la mayoría de los sondeos.

La incertidumbre ha impulsado la dolarización de carteras, en medio de estrictas restricciones cambiarias que complican el comercio exterior.

Además de Massa, que defiende la moneda doméstica, aparecen con chances de imponerse en los comicios Milei, que apuesta por la dolarización, y Patricia Bullrich, que anunció un régimen bimonetario para la tercera economía de América Latina.

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