Sutil llama a subir la vara ética de los empresarios y propone discutir ingreso mínimo garantizado

En el marco de su participación en Enade, Sutil hizo un llamado a "volver a confiar" y evitar polarizaciones. Además, propuso discutir un ingreso mínimo garantizado en vez de ayudas estatales menos eficaces.


El presidente de la Cámara de Producción y Comercio (CPC), Juan Sutil, llamó a “subir la vara ética en las empresas” en el marco de su participación del Encuentro Nacional de la Empresa, ENADE, cuyo tema central para su versión de este año es “SPES MAGNA: Grandes Esperanzas”.

“La modernización de las leyes contra los delitos económicos va en el camino correcto y lo celebro. Más multas, penas de cárcel y autorregulación han ayudado. Estamos hoy en un Chile con menos abusos y más transparencia, pero no nos deja satisfechos. Debemos subir la vara ética en las empresas”, dijo el líder gremial.

Las palabras de Sutil se dieron en el contexto del nuevo rol de la empresa en el Chile que empieza a construirse en el inminente proceso constitucional.

En ese sentido, sostuvo: “al igual como exigimos del Estado un trato ético y respetuoso, las empresas deben ofrecer a sus trabajadores, clientes y consumidores un buen trato, con total apego a los principios, los valores y la ley. Dejemos definitivamente en el pasado los graves y condenables delitos de colusión o cohecho que tanto han menoscabado la confianza. Y también llamo a poner fin al micro abuso, que se da a veces en la interacción cotidiana de ciertas empresas con las personas que son víctimas de la inequidad del poder. Los líderes empresariales, los directores y los altos ejecutivos debemos involucrarnos más en el día a día de la relación de la empresa con la sociedad y hacernos responsables de que esas relaciones sean humanas, justas y transparentes”.

“Volver a confiar”

Más allá del llamado a sus pares, el discurso que Sutil dio esta mañana estuvo centrado en la idea de “volver a confiar” y evitar caer en climas polarizados: “tal como dije al asumir en la CPC, dividirnos entre buenos y malos, grandes y chicos, poderosos y débiles, privados versus Estado, nos hace daño, nos empobrece, y no nos permite avanzar con la urgencia que requiere la solución de los problemas de las personas”, afirmó.

En ese contexto, y a pesar de haberse reconocido como un votante del Rechazo en el reciente plebiscito constitucional, dijo que la nueva Constitución “nos abre una nueva ventana de esperanza, una oportunidad para volver a confiar (...) Con un proceso racional, podemos llegar a un resultado racional. No malgastemos este histórico momento y hagamos los cambios que la sociedad anhela”.

“Tenemos la posibilidad de re-diseñar entre todos el Estado que necesitamos, co-construir la buena política al servicio de las personas, re-vivir un nuevo trato -un buen trato- que tanto nos hace falta. Porque no nos equivoquemos: la gran mayoría de los chilenos creemos que es importante llegar a acuerdos en los grandes temas del país, creemos que hay que escuchar las distintas opiniones y creemos que la diversidad de puntos de vista enriquece el diálogo”, agregó.

En ese sentido, se refirió a la reciente iniciativa llamada “Tenemos que hablar de Chile”, liderada por las universidades Católica y de Chile, donde participaron 100 mil personas representantes del país. “¿Qué dicen ellos? Dicen que quieren desarrollar su proyecto de vida, quieren protección y seguridad por parte del Estado, una garantía mínima”, proponiendo que “quizás es el momento de discutir un ingreso mínimo garantizado, que sea progresivo y sustituya otras ayudas del Estado que no siempre llegan a las personas y logran la debida efectividad. Las personas quieren un piso desde el cual puedan desplegarse, aunque eso implique una mayor responsabilidad”.

La Araucanía

Con miras al proceso constituyente, Sutil también habló de condiciones mínimas. En esa línea se refirió al rechazo a la violencia haciendo especial énfasis en la contingencia que atraviesa La Araucanía, “donde hoy reina la desolación frente a un Estado que por años no ha logrado garantizar a sus habitantes el derecho básico de vivir en paz y sin miedo”.

“Tenemos el deber moral de avanzar en la agenda de reconocimiento y representación de los pueblos originarios. Desde el retorno de la democracia, muchas promesas se encuentran incumplidas y los chilenos que ahí habitan no pueden esperar más. Tenemos que resolver en paz las diferencias y avanzar también en la agenda de seguridad y desarrollo. Violencia, narcotráfico y pobreza deben ser enfrentados con la fuerza y la convicción que ameritan antes de entrar a un peligroso camino sin retorno. Este es un imperativo ético de todos, y en especial, del mundo político que en mi opinión se encuentra al debe sin haber logrado los necesarios acuerdos”, dijo al respecto.

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