El plástico y las colillas de cigarros son los principales desechos que podemos encontrar en las playas del país, por sobre papeles, vidrios y metales. Esa es una de las conclusiones del Tercer Muestreo Nacional de Basura en las Playas, realizado por el programa Científicos de la Basura, una iniciativa ciudadana creada hace diez años por Martin Thiel, profesor de Biología Marina de la U. Católica del Norte, que ha convertido a escolares de distintas ciudades en entusiastas investigadores y en ciudadanos más conscientes de la importancia de cuidar el medioambiente.

La comparación de los tres estudios (2008, 2012 y 2016) permite concluir que la abundancia de basura en la Región de Antofagasta se incrementó sostenidamente a lo largo de los ocho años que abarca el estudio, situación que no se reflejó en el resto del país -donde las cantidades de basura se mantuvieron más estables-, pero que hizo elevar el promedio nacional. El muestreo del año 2016, realizado en 39 playas, dejó un promedio nacional de 2,2 unidades de basura por metro cuadrado (m2), mientras que en 2012 la media fue de 1,7 unidades por m2 y en 2008 de 1,4.

Para Thiel, esto se explica, en parte, porque los consumidores tenemos pocas opciones de elegir envases y materiales reutilizables. Un ejemplo, dice, es lo que ocurre con el agua mineral: hasta hace algunos años era posible comprarla en los supermercados en envases retornables, pero ya no. "Si el envase retornable vale 100 pesos más que una botella desechable, no hay problema, estoy dispuesto a pagar y creo que hay mucha gente en la misma línea porque tiene una mirada de futuro, entonces tenemos que exigirles a las empresas que nos den esa opción".

Sigue Thiel: "Para el productor el envase desechable es mucho más barato, pero los costos corren por cuenta del medioambiente y de las ciudades costeras, que tienen que pagar millones de pesos en la limpieza de playas, mientras ellos se lavan las manos". Agrega que es urgente que la Ley REP (Ley de Fomento al Reciclaje y Responsabilidad Extendida del Productor) se aplique ya. Esta normativa -promulgada en mayo de 2016 y que está a la espera de que se aprueben todos sus reglamentos- obliga a los fabricantes a hacerse cargo de la gestión de los residuos derivados de sus productos.

Después de este tercer estudio, el investigador de la UCN piensa que en el tema de la basura de las playas cada persona "puede y tiene" que hacer algo, pero no basta con eso. "En estos 10 años he aprendido que eso sigue siendo válido, pero requiere que el entorno me permita elegir entre algo desechable o retornable. Por eso necesitamos que la política y las empresas hagan lo suyo", dice. En esa línea, explica que la ley que prohíbe la entrega de bolsas plásticas en las 102 comunas costeras del país debería ser una política nacional, porque la mitad de la población del país vive en Santiago y sus alrededores.

En las tres campañas, la zona con mayor cantidad de basura en sus playas fue la Región de Antofagasta, que en esta tercera muestra llegó a 12,96 unidades de basura por m2 y se incrementó la diferencia de esta zona con el resto del país (ver infografía). "¿Por qué piensas que la zona de Antofagasta tiene las playas más sucias? No es porque la gente de otros lados sea necesariamente más limpia, sino porque las ciudades de la zona central y de los lugares turísticos pagan muchísima plata en limpieza de playas. Lo veo todos los días aquí en Coquimbo".

Pequeños científicos

En esta tercera muestra participaron 40 escuelas, con un total de 750 escolares y 47 profesores. Para Martin Thiel, la colaboración de los estudiantes es clave porque les permite abarcar un área más grande de muestreo, pero también porque así ellos "se dan cuenta de cómo funciona la ciencia, de cuál es el problema y que ellos son parte de él, entonces de inmediato se ponen a pensar ideas sobre cómo resolverlo. Esta es una forma súper válida de hacer ciencia, porque así los escolares forman parte de la investigación y ellos mismos van entendiendo que hay que hacerse cargo de la solución".

Pese a estos resultados, Martin Thiel asegura que estamos en una situación privilegiada, porque otra de las conclusiones de estos estudios es que toda la basura tiene fuentes locales y no viene de otros países. "Hace unos años fui a Corea y Taiwán, donde querían aprender del trabajo de los Científicos de la Basura, y ahí sí tienen problemas, porque las playas de Taiwán reciben su basura de Filipinas, Corea y China continental. Entonces para resolver el tema tienen que lograr acuerdos con sus países vecinos. Acá en Chile es un problema ponerse de acuerdo con los vecinos, pero la basura de las playas chilenas no viene de Perú o de Bolivia, viene de los propios chilenos". Esta tercera medición incorporó por primera vez las playas de Anakena, en Rapa Nui, y El Arenal, en Robinson Crusoe. El problema es mayor en Isla de Pascua, pese a que sus habitantes tienen incorporada la cultura de mantener limpias las playas y sus alrededores. "Lo de Isla de Pascua es grave, porque las corrientes marinas llevan toda la basura del continente hacia el gran giro del Pacífico Sur y terminan en la isla. Hemos visto que hay muchísimo microplástico y muchas especies impactadas por este material", dice.

Concluye Thiel: "Tenemos que entender que si contaminamos el ambiente, al fin y al cabo eso vuelve a nosotros mismos".