Alegrías,  reclamos, celebración y frustración. Los sentimientos se mezclan y era que no. El Superclásico es así. Pero también deja figuras trascendentales. Jugadores que muestran el temple necesario y ponen el oficio.

Dos mundiales, 100 veces internacional con su Selección. Referente y figura. El paraguayo Justo Villar ha sido el arquero ideal para Colo Colo. El orden que impone en su línea defensiva le ha permitido a Colo Colo equilibrar sus repliegues. Además, maneja una envidiable comunicación con Julio Barroso.

Un equipo cualquiera se arma desde el arco. Uno que quiere salir campeón necesita figuras bajo los tres palos... y Villar lo es.

La intensidad mostrada ayer por Universidad de Chile ameritaba defenderse y correr mucho contra el arco. Esto conlleva un peligro clave. Meterse demasiado contra la puerta propia. Sólo la voz de Villar alejó a sus centrales del área chica.

Juntó a Barroso y Vilches para proteger su zona central y liberó a los laterales para que salieran a marcar. Tras la expulsión de Luis Pavez, los albos  comenzaron a defenderse con cinco jugadores en el fondo. Ojo, meterse contra el arco no es fácil. Por momentos la superpoblación provoca distracción. Saber que hay muchos compañeros cerca tiende, curiosamente, a relajar las marcas. Se suele pensar "no lo marco yo, está mi compañero".

Uno que ayudó mucho en esta labor fue Esteban Pavez. Un líder del mediocampo y que tiene sus días contados en el fútbol chileno. Generoso en la entrega y el despliegue, puso la cuota de carácter necesario para ordenar el mediocampo y salir a marcar a la "U". Fue capaz de organizar la marca en el mediocampo. Terminó metido como un tercer central.

En cada pelota aérea (salvo el gol anulado a Rubio) se dedicaron a proteger a Villar. Insisto, esto no es al azar. La toma de decisiones de los jugadores dentro de la cancha se transforma en un punto fundamental y el técnico debe entregar esa libertad a sus futbolistas. Por algo se contratan referentes. Las cualidades técnicas se expresan siempre. Las de liderazgo asoman en este tipo de partidos. Asumiendo la superioridad rival, leyendo el movimiento de los compañeros y saliendo cuando corresponde.

La comunión entre los líderes y los técnicos no siempre es fluida. Tiene sus bemoles y encontrones. Tapia encontró los interlocutores perfectos.

Por último, y a propósito del DT albo, destaco su honestidad. Han pasado ya varios técnicos que se suman al habitual y populista discurso: "Colo Colo es grande y tiene que salir siempre a atacar". Lindo para la tribuna, pero en esa dinámica los albos sufrieron, en las últimas temporadas, las peores campañas y goleadas. Tapia asumió ayer que muchas veces el rival los supera y que la contra les sienta bien.

Honestidad, trabajo y consecuencia. Eso y Villar.