11 amarillas, cuatro rojas y sólo 45′ de tiempo efectivo: el nuevo show del polémico árbitro Fernando Véjar en Chillán

Fernando Vejar expulsó a tres jugadores de Ñublense en la derrota ante la UC. FOTO: DANIEL PINO/AGENCIAUNO

El juez, que una vez más sufre críticas por su rendimiento, fue apuntado por su permisividad y poco control del duelo. Finalmente, terminó expulsando a Nicolás Salazar, Raimundo Rebolledo y Juan Leiva en los Diablos Rojos, además del técnico Jaime García.



Después de la controversia en torno al desempeño de Nicolás Gamboa, el arbitraje nacional está viviendo su momento más álgido. Hoy, en el reñido duelo entre Ñublense y Universidad Católica, el protagonista fue Fernando Véjar.

El juez nuevamente se ve envuelto en un episodio de polémicas luego de expulsar a tres jugadores de los Diablos Rojos, algo que no dejó indiferente a nadie. El colegiado entregó un total de cuatro tarjetas rojas, todas en el cuadro chillanejo, y 11 cartulinas amarillas. Nicolás Salazar, Raimundo Rebolledo, Juan Leiva y el técnico Jaime García sufrieron la pena máxima.

El duelo arrancó con una gran intensidad y poco a poco los ánimos fueron subiendo. La permisividad del juez fue criticada por los jugadores, que reclamaron cada jugada que no era cobrada a su favor. El “siga siga” y la ley Roberto Tobar causaron estragos en el Nelson Oyarzún de Chillán. No obstante, el propósito de ésta no tuvo repercusión, pues el duelo sólo contó con 45 minutos efectivos de juego.

El partido se fue al descanso con la ventaja de Ñublense y el ambiente no era el mejor para el árbitro. En el complemento vendría el clímax. A diez minutos del pitazo inicial, Nicolás Salazar recibió la cartulina roja tras propinarle un planchazo a Cristian Cuevas. El zurdo recibió una infracción de Raimundo Rebolledo y, posterior a la acción, recibió un pisotón en su pierna. Véjar no dudó y aplicó la pena máxima del reglamento. Ocho minutos después vino el descuento de Alexander Aravena, lo que aumentó la rabia de los pupilos de García.

Luego del descuento de los precordilleranos vendría una de las polémicas de la noche. Ignacio Saavedra y Lorenzo Reyes protagonizaron una intensa disputa del balón. El chillanejo se anticipó al cruzado, que no logró llegar a tiempo y le cometió una dura infracción. El exjugador de Universidad de Chile manifestó evidentes muestras de dolor tras recibir un golpe con la suela del volante. El universitario solo fue amonestado y Véjar no recibió la llamada desde el VAR, por lo que los reclamos no tardaron en llegar. Tanto los miembros del banquillo como los presentes en el terreno de juego se manifestaron con airadas protestas en torno al cobro del colegiado, que, al menos en esta jugada, tuvo un criterio flexible.

Cerca del cierre vino la segunda expulsión, concretamente en el 81′. César Pinares comandó un contragolpe cruzados. El volante llegó a la mitad de la cancha cuando recibió la infracción del lateral formado en la Franja, que ya estaba amonestado. Véjar, una vez más, no titubeó y le mostró la segunda tarjeta amarilla ante los fervientes reclamos de los jugadores, cuerpo técnico y la parcialidad local. A esta altura, el ambiente era absolutamente hostil para el colegiado.

En el cuarto minuto de descuento llegó la anotación de Fernando Zampedri, que selló la remontada tras una gran jugada colectiva. Los reclamos fueron instantáneos. Los futbolistas de Ñublense se abalanzaron sobre el árbitro, que determinó la expulsión de Juan Leiva luego de que protestara y le aplaudiera en en el rostro. Finalmente, Ñublense, que sólo cometió ocho infracciones durante todo el cotejo, terminó con tres futbolistas menos.

El duelo finalizó y los cruzados sumaron una nueva victoria en el certamen. En tanto, el Véjar, junto al resto del cuerpo arbitral, debió abandonar el terreno de juego custodiado, con guardias y sombrillas. Esto, debido a los proyectiles que fueron lanzados por la parcialidad chillaneja, algo que podría traer consigo graves sanciones.

Véjar y el resto de los árbitros se retiran del campo de juego con guardias y paraguas para ser protegidos de proyectiles lanzados por la parcialidad chillaneja. FOTO: DANIEL PINO/AGENCIAUNO

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