Exfutbolista, sindicalista y muy polémico: la historia de Luis Rubiales, el controvertido presidente del fútbol español que está en la mira del mundo

El fútbol local ha crecido económicamente bajo su gestión, pero también se ha visto envuelta en una serie de escándalos, como el beso en la boca que le dio sin consentimiento a Jenni Hermoso.



El año 2022 se iniciaba con una gran noticia para el fútbol femenino español. Mientras en gran parte del mundo aún no se invertían grandes sumas de dinero para la actividad, el presidente de la federación hispana, Luis Rubiales, triplicó el presupuesto para dicha instancia y lo elevó a los 406 millones de euros (más de 370 mil millones de pesos).

Sin embargo, la polémica va de la mano de este licenciado en Derecho de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Elche, ya que un enfrentamiento con 15 seleccionadas, que buscaban mejoras estructurales, empañó aquella inyección de recursos.

Eso sí, el también jurista del Colegio de Abogados de Madrid ganó la apuesta, pues solo tres de esas jugadoras volvieron a vestir la camiseta de la selección hispana y, un año después, la roja europea conquistó por primera vez el Mundial.

Cita que lo pudo transformar en un líder histórico para el balompié hispano, pero que lo convirtió en el hombre más repudiado de su país tras besar en la boca a la jugadora Jenni Hermoso. “Se está ejecutando un asesinato social, se me está intentando matar. Desde hace cinco años van por mí por tierra, mar y aire”, se victimizó, al negarse a renunciar a la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol. Hoy, sin embargo, se publicaron una serie de videos que podrían darle un vuelco a la acusación que existe en su contra.

Pero lo cierto es que se está quedando solo. Las campeonas renunciaron a la selección de su país; clubes como el Real Madrid y el Barcelona levantaron la voz en su contra; la FIFA le abrió un expediente y gran parte del cuerpo técnico que logró la copa en la cita planetaria renunció a su cargo.

Futbolista, sindicalista y escandaloso

Luis Manuel Rubiales Béjar nació en 1977, en Las Palmas (46 años), y fue criado en la costa sur de la península ibérica. Allí debutó con la camiseta del CF Motril, en 1991. Tres años después, se unió al Valencia.

Pero el mejor momento de este defensor que le gustaba irse al ataque fue en el Levante. Allí consiguió el ascenso a Primera División (2004) y se transformó en líder sindical: luchó contra los sueldos impagos y unió a sus compañeros en una huelga. ¿Resultado? Todos cobraron sus salarios y el líder de la revuelta se inscribió en la Asociación de Futbolistas Españoles, la entidad gremial que une a los jugadores de esa nación, para luego dirigirla entre los años 2010 y 2017.

Desde entonces, nacen también sus diferencias con el presidente de La Liga (el campeonato español), Javier Tebas, pues encabezó dos huelgas (2011 y 2015) para aprobar un fondo de garantía salarial que cubriera sueldos impagos y para que esta organización le pagara a la asociación un porcentaje de los millonarios derechos televisivos

Fue así como en 2018 logró ser elegido para encabezar la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y apenas llegó al cargo echó al técnico de la selección masculina, Julen Lopetegui, faltando dos días para el Mundial de Rusia 2018.

“No me siento traicionado, porque Julen ha hecho un trabajo implacable. Nos vemos obligados por cómo se han hecho las cosas (el DT firmó por el Real Madrid justo antes de la Copa del Mundo). Es un profesional íntegro, pero las formas no han sido las correctas. No podemos permanecer al margen de las negociaciones de uno de sus trabajadores y mirar para otro lado. Nos hemos visto obligados”, dijo en ese entonces.

El 2020 fue reelegido, pero dio paso a una serie de hechos que mermaron su reputación. Primero, trascendió que hizo pagos indebidos a la empresa de Gerard Piqué y que le exigió que en el nuevo formato de la Supercopa de España, que sería llevado a Araba Saudita, estuvieran siempre el cuadro culé y la oncena merengue entre los cuatro equipos que jugarían este mini-torneo.

Luego se publicó una conversación de WhatsApp donde aseguraba que le caían “mal” equipos como el Villarreal, Valencia, Atlético de Madrid y Sevilla por ser “cenizos” (traen mala suerte). Su tío y exjefe de gabinete, Juan Rubiales, declaró ante la Fiscalía Anticorrupción que él se contrató a “un grupo de ocho o 10 chicas jóvenes” para una fiesta con las tarjetas de crédito de la RFEF.

Aun así, el titulado de director deportivo de la Universidad Camilo José Cela no cayó. El aumento de ingresos y sponsors al organismo rector ayudó a mejorar las condiciones de las categorías menores y la ya mencionada inversión al fútbol femenino.

Sin embargo, el gobierno hispano no quiere dejar pasar lo que sucedió con Jenni Hermoso y la ministra de Hacienda y Función Pública en funciones, María Jesús Montero, aseveró que están trabajando para que el suspendido Rubiales “no vuelva a dirigir el fútbol de España”. Pero eso no está en sus manos por ahora y todo dependerá de la reunión que tendrán las federaciones.

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