Paola Muñoz: "En el colegio me decían la Canapé"

PAOLA MUÑOZ
Foto: Luis Sevilla

En este íntimo diálogo, la ciclista que más ha brillado por Chile se abre para hablar de todo. Su familia, su temprana maternidad, sus sueños cumplidos y los que aún le quedan, son los tópicos por los que recorre. También el juego limpio, tan cuestionado por estos días.



Paola Muñoz, 32 años, llega a esta entrevista con una apariencia distinta a la que viste día a día. Parece otra. No están sus mallas, sus guantes, sus lentes espejados y aerodinámicos, ni su casco. En cambio, un pañuelo le protege y decora el cuello, una chaqueta formal, jeans y zapatos de taco pequeño la hacen parecer, ahora, otra persona.

No es sólo apariencia. Antes de comenzar la entrevista, no deja de hablar por videollamada. Lo hace con su unigénita, Javiera, 11 años, que en este momento sale del colegio rumbo al CAR del Estadio Nacional para entrenar junto a la selección de clavados. Claro, la hija de una de las deportistas más destacadas en la historia criolla, con dificultad podría seguir otro camino.

Recibe a eldeportivo de La Tercera por una razón en particular, su participación en la Vuelta a la Isla Chongming, en China, aunque reconoce que aún no entiende bien lo que consiguió hace una semana. Junto a su equipo, el mexicano Swapit Agolico, corrió la prueba, una de las escasas fechas del World Tour femenino de la UCI (algo así como una Vuelta a España en varones), donde ganó una meta volante y terminó como la 14ª mejor de todas. En Asia, mientras conseguía una nueva hazaña para su palmarés, también se deshacía en los tiempos libres para sobrellevar su trajín diario. Porque Paola compite al tope de sus capacidades, como también lo hace en todos los escenarios de su agitada vida.

¿Fue complicado ser madre tan joven?

No, no, yo quería serlo. Quería disfrutar a mi hija. Fue justo cuando hice el cambio de juvenil a elite y vi el cambio en la transición. Le dije a mi ex pareja que quería y él aceptó.

¿Nunca le complicó para su desarrollo como deportista?

No, todo lo contrario. Por ejemplo, cuando trotamos junto a Gonzalo (Garrido, su esposo), salimos con ella por Lyon hasta los pies del San Cristóbal, ella en patines y nosotros corriendo. A veces se queja que tiene un calambre en la planta del pie, por la vibración de las veredas agrietadas, pero prefiere seguir con nosotros. No se quiere perder nada. En las carreras nos espera con botellas de agua, entusiasta… Me encanta.

No a muchos deportistas les ocurre esto con sus hijos.

¿De verdad? En mi caso, la Javi es igual a mí. En el colegio a mí me decían la Canapé, porque evento que había, evento que estaba. Hice hasta un curso de modelaje, de canto, de deportes, ¡todo! Y con ella me pasa lo mismo. El otro día me contaron que hizo el mejor mortal de todos en su colegio, le ganó hasta a niñas de 4º medio. Además, tiene excelencia académica, es seleccionada de clavados y la están perfilando para la selección absoluta. Incluso tiene problemas con la frustración, porque a veces no le sale un salto, pero ella quiere hacerlo igual, hasta que le salga. Es yo, pero mejorada.

¿Con papás tan ganadores, cómo no se le traspasa la presión al hijo?

Es que ya con el hecho de que haga otro deporte, ella está creando su propia personalidad. Lo bueno es que la voy direccionando cuando se frustra y todo eso es un soporte para que ella tome más fortalezas con lo que está haciendo. Me dice: "Mamá, te quiero mucho, eres muy estricta, pero muy buena".

Le cambio de tema. ¿Ahora sí asimila lo que hizo en China?

Todavía no sé lo que hice. Lo leía y en el papel y decía: ¡Guau!, qué potente, ¿En serio yo hice eso? Estar allí, con las mejores del mundo, y darte cuenta que sólo lo que te falta es roce internacional, porque puedes competirle a cualquiera si te crees capaz, es genial. Vi que podía ganar una meta volante y pese a que sufrí una caída, estuve bien y logré ser la mejor de mi equipo, consiguiendo incluso el mejor resultado latinoamericano en un World Tour.

¿Qué viene ahora?

Bueno, tengo el Panamericano de ruta, en San Juan, donde debo defender el oro (fue quinta, ver tabla), luego voy a un concentrado en México, con mi equipo, después participaremos en el Tour de California y finalmente llego a los Odesur.

¿Ahí buscará también defender la medalla de oro?

Está difícil. Correr en altura no es lo mismo que hacerlo al nivel del mar y aunque te entrenes en ella durante un tiempo, no logras aclimatarte bien. Pero voy con la energía puesta en hacerlo, eso sí. Quiero hacerlo, pero no será tan fácil.

¿Se puede pelear tanto por un sueño y ser madre y esposa al mismo tiempo?

Mi hija entiende que todos estamos luchando por nuestros sueños: ella por el suyo y nosotros por el nuestro. Y todos nos apoyamos en esto.

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Muñoz, en el centro, antes de comenzar la carrera de ayer.[/caption]

¿Hasta dónde llegará el suyo?

Yo estoy pensando en los Juegos de Tokio, para allá voy. En mi palmarés también falta una medalla mundial de ruta. Estando bien en el equipo mexicano me puedo situar en cualquier escenario mundial, lo que me ayuda mucho porque me hace crecer más como deportista.

¿Y después?

Con Gonzalo queremos ser papás, queremos que crezca la familia.

¿O sea, habrá una pausa luego de Tokio?

Sí, pero antes vamos a dejar historia para Chile. El otro día me pasó algo, me escribió una editorial para pedirme permiso para usar mi imagen en textos escolares. ¡Apareceré como una deportista destacada del país! Eso es algo muy bonito y quiero que siga siendo así.

¿Ve a alguien después de usted?

Es difícil, porque en Chile nunca ha habido equipos profesionales, salvo el Clos de Pirque. Para ser invitado, necesitas tener licencias especiales. Lo ideal es que el Ministerio del Deporte tenga un equipo profesional, como lo hizo Colombia con Coldeportes.

Catalina Soto sorprendió en los Suramericanos de la Juventud. ¿Cómo la ve?

Creo que ella mejorará mucho estando en Australia, porque allá tendrá un roce distinto, internacional. Con la Bárbara Riveros se notó mucho cuando lo hizo, ahí fue su verdadero despegue. Espero que a Catalina le ocurra lo mismo.

¿Qué le pasa cuando ve a Chris Froome, investigado por dopaje, corriendo igual en el Giro de Italia?

Él es inglés, y es el líder del equipo más importante del mundo, el Sky. Se nota mucho el beneficio para algunos deportistas por sobre otro. A mí me pasó, cuando en 2014 evaluaron mal una muestra y me investigaron por siete meses. Todo ese tiempo tuve prohibido competir, hasta que al final se demostró el error.

¿Una mala señal para el ciclismo, siempre tan cuestionado?

En el ciclismo es donde están más dispuestos a invertir dinero en controles antidoping. Por eso, creo que del ciclismo se habla mal. De hecho, de los deportes, el ciclismo no es el que lidera el ranking de muestras adversas, pero como es más mediático, se da más esta crítica.

¿Qué le pasa cuando uno de sus compañeros chilenos es descubierto?

Es una lástima, pero no soy quién para hablar de ellos. No me gusta hablar del doping de otros, porque es triste. No pasa en que sea o no trampa, lo que ocurre es que hay reglas del juego que uno debe cumplir. En el fondo son colegas, y uno no quiere que se equivoquen de esa forma.

¿Cómo es pedalear en Santiago?

Horrible. El otro día estaba entrenando por el Cajón del Maipo y un auto me encerró, casi rozando, para darme una lección o no sé qué. Me pasa todos los días. Expongo mi vida todos los días por tipos imprudentes o conductoras que miran el celular mientras manejan.

¿Los conductores le echan el auto encima?

Sí. Creo que la gente en Santiago, detrás de cada auto, hay una persona con una negatividad tremenda. No sé si es porque están viviendo la vida que no quieren o porque no son felices, pero de verdad que se siente mucha negatividad.

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