Una fiesta sin precedentes

Esta versión, que se hará desde este viernes al domingo, tendrá características inéditas para un evento masivo en el país. Su extensión de tres días y una convocatoria de 240 mil personas marcarán un hito del festival chileno.


Llegan los días de Lollapalooza Chile, esa suerte de fin de semana dorado para parte de la generación millennial y para los seguidores de la música. Pero esta vez algo habrá cambiado. Un par de detalles convertirán a su nueva edición en una experiencia completamente distinta a las siete que la antecedieron.

1 Tamaño XL. Por primera vez en su historial chileno la cita se extenderá por tres días, desde hoy hasta el domingo 18. Las voluminosas cifras no sólo representan un desafío para sus organizadores, ya que tendrán que demostrar que el Lolla local es una instancia rentable para ampliarse hasta un día hábil en un mercado pequeño y aún en rodaje como el chileno; también será una prueba para la propia ciudad de Santiago levantar una fiesta de tal envergadura en una jornada sinónimo de trabajo, colegio y tacos.

"Llevamos ocho años de trabajo y estamos preparados para lo que viene", dice Maximiliano del Río, de Lotus, la productora del evento que partirá a las 12.30 con Como Asesinar a Felipes, y con un Parque O'Higgins rodeado de factores poco cómodos para el flujo más natural del festival, como los arreglos en su estación de metro y el día de carreras en vecino Club Hípico.

"Estamos súper alienados con Intendencia, Tránsito y otras autoridades, así que esperamos un día de trabajo intenso y sin problemas, con gente joven llegando desde temprano", añade Del Río, para quien este tercer día de festival, sumado a la sincronización con su símil de Argentina -que se hará en los mismos tres días- "nos ayuda en la logística y en una coordinación que se hace en simultáneo, con tiempos más holgados y sólo un día de desfase".

Para anotar: Metro de Santiago mantendrá sus puertas abiertas hasta las 00:30 horas en la línea 1 y 2 durante los tres días de la instancia. Las estaciones Rondizzoni, Parque O'Higgins y Toesca habilitarán sus boleterías para que los asistentes puedan recargar sus tarjetas Bip, lo que también se podrá hacer al interior del evento.

2 ¿Tu tanta falta de querer? Basta con mirar los afiches que se despliegan por Santiago: al lado de los peces gordos, como Pearl Jam o Red Hot Chili Peppers, aparece, de igual a igual en los carteles, la imagen siempre colorida de Mon Laferte. Es primera vez que una chilena está a la par y genera casi la misma atención que sus colegas del hemisferio norte, los que generalmente concentran los titulares.

Por algo la ex chica de Rojo saldrá mañana en un horario más estelar (17.15 a 18.15) y en uno de los escenarios principales, condiciones antes casi vedadas para los números del país. Igual, razones sobran: es desde el año pasado la artista más popular de Chile y por lejos la dueña del espectáculo más electrizante del momento en la escena nacional.

3 Lollapacumbia. Si hay un valor intrínseco a este espectáculo, y que se ha vuelto aún más elocuente en los últimos años, es su oferta transversal, esa capacidad casi democrática de reunir en un solo espacio a fanáticos del metal de mirada lúgubre con quinceañeros que disfrutan la jornada como si fuera un pijama party. Y esta vez ese pequeño hito se verá amplificado, con la presencia de bandas que quizás poca relación guardan con el espíritu más pop y anglo del evento. ¿Ejemplos? Los argentinos Damas Gratis, emblemas de la cumbia villera bonaerense y candidato a imperdible de esta edición.

"Tiene que ver con lo que está pasando con la música a nivel global, hoy la gente escucha de todo. Este año tendremos mucho hip hop, que en los ránkings internacionales es el nuevo pop, y la cumbia, que estuvo algo olvidada en nuestra identidad y hoy la recuperamos", explica Del Río, quien no descarta integrar en próximas versiones fenómenos aún más transversales, como el reggaetón o el pop coreano. "No nos cerramos a nada, porque Lollapalooza es eso: un catalizador de nuevas corrientes".

4 Un hombre aparte. En las antípodas de Damas Gratis, el evento tendrá espacio para una suerte de excepción. Si en años anteriores la nostalgia recayó en Joan Jett o Dura Duran, esta vez la apuesta es por una figura cuyo catálogo de éxitos en solitario -al menos en Chile- no semeja una goleada, pero que sí representa la encarnación de un pop refinado, inquieto y siempre a la caza de nuevas dimensiones: David Byrne. El ex líder de Talking Heads está convocado a transformarse hoy (18.00 horas) en el show que entregará pura satisfacción a los paladares más exigentes y que llegan a la cita movidos por lo que, en rigor, realmente importa: la música como una experiencia sin aditivos externos.

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