La derecha dura: el flanco que revuelve las aguas de Macaya tras la firma del acuerdo

FOTO: SEBASTIAN BELTRAN GAETE/AGENCIAUNO

El presidente de la UDI ha debido cargar con costos producto de las críticas de algunos grupos más extremos que lo han tildado de "traidor" por dar paso al pacto que habilita un nuevo proceso constituyente. En el partido afirman que busca sortear sus efectos alineando a los parlamentarios y promoviendo los alcances del entendimiento por el que se redactará una nueva Carta Fundamental.


Será el lunes cuando el senador UDI José Miguel Durana enviará una carta formal a la directiva y bancada de senadores gremialistas para informar de una decisión que adoptó: no aprobar la reforma constitucional que dará paso al proceso constituyente, luego de la firma del “Acuerdo por Chile” en el que se acordó entre todos los sectores un nuevo órgano constitucional conformado por 50 consejeros y 24 expertos.

El desmarque de Durana representa uno de los primeros indicios de desorden entre las huestes gremialistas. El presidente de la UDI, Javier Macaya, ha mantenido alineada a la bancada de senadores detrás de su liderazgo y el compromiso adoptado por el partido de darle continuidad al proceso constituyente, luego del triunfo del Rechazo en el pasado plebiscito de salida del 4 de septiembre.

Sin embargo, si bien Macaya es visto como una de las figuras del acuerdo nacional, su desplante no ha sido bien recibido por el sector más duro de la derecha, particularmente por Republicanos y otras figuras influyentes. El concepto “Macaya traidor” ha sido repetido en redes sociales y grupos de WhatsApp, donde algunos adherentes incluso han subido el tono con memes y mensajes más agresivos. Ello incluso llevó a que el histórico dirigente de la UDI Pablo Longueira enviara este miércoles una carta a El Mercurio defendiéndolo y agradeciéndole por haber liderado el acuerdo.

En la misiva, el extimonel gremialista escribió: “Macaya traidor no sé cuántas veces lo leí en los diferentes chats (...) En nombre de muchos que valoramos este notable acuerdo le decimos: Grande Macaya”.

Este era un tema que anticipaban que podía ocurrir en la UDI, donde ya antes de firmar el acuerdo sus principales dirigentes -el propio Macaya y la secretaria general, María José Hoffmann- debieron viajar por Chile dialogando y convenciendo a sus filas de seguir adelante con las negociaciones ante el ruido que generaban las presiones de diversos sectores por no continuar con estas ante el abultado triunfo del Rechazo.

Incluso hubo influyentes militantes de la tienda, como el abogado Gonzalo Cordero, que en la interna plantearon en varias oportunidades que no era partidario de un acuerdo que dejara la redacción de una nueva Constitución a un ente 100% electo. “Los dirigentes políticos de derecha están a la izquierda de su electorado”, dijo a La Tercera.

Los dirigentes también recibieron presiones -y funas- de los sectores más radicales de la derecha. De hecho algunos dicen que tuvieron que salir “escondidos” del ex Congreso Nacional el viernes pasado -al culminar una nueva jornada de negociación- para evitar funas.

De todas maneras, en la UDI afirman que esta “revuelta” se radica en un grupo acotado de personas y fuera de la UDI, pertenecientes al Partido Republicano y a movimientos extremos como el Team Patriota del exbarrista Pancho Malo.

Por ello es que la UDI comenzará una arremetida por promover el acuerdo constitucional. La directiva de Macaya se encuentra elaborando piezas audiovisuales que difundirán por redes sociales con testimonios de protagonistas del acuerdo, como el diputado Guillermo Ramírez o el propio Macaya. Mientras que ayer en el Congreso se habló entre los diputados para que todos salieran a promover en masa la reforma constitucional, bajo la intención de proyectar la imagen de que la UDI está totalmente alineada detrás del acuerdo.

El análisis que se hace en la interna es que efectivamente pudo haber costos -y factores humanos también-, pero que ello es un “costo hundido”, pues ya fue pagado por la UDI. El partido tuvo un éxodo de militantes hacia el Partido Republicano por considerar que el gremialismo se estaba alejando de la derecha, pero en la directiva dicen que eso disminuyó, y que el grueso de las renuncias ya ocurrieron.

“El construir este acuerdo no puede obedecer a una estrategia electoral. El liderazgo se demuestra muchas veces asumiendo costos de corto plazo para alcanzar beneficios de largo plazo. Tomamos una decisión estratégica de ser un partido firme y con convicciones pero siempre dialogante”, dice la secretaria general, María José Hoffmann.

En la mesa afirman que el militante tradicional de la UDI valora que el partido siempre haya estado por los acuerdos, recordando épocas como las de Longueira y que aquellos sectores que se restaron del pacto -como el Partido Republicano- se quedarán solos si siguen apostando a ser colectividades de nicho.

De todas maneras, la prueba de fuego para Macaya y la UDI, dicen en el partido, estará en ver si el Consejo Constitucional tiene éxito o no. De fracasar, la UDI podría pagar un costo, pero en la tienda dicen que no solo lo pagaría el gremialismo, sino que toda la derecha y toda la clase política en general.

Con todo, en el partido la idea es seguir arremetiendo en el tema constitucional. La UDI prepara un comité de búsqueda de candidatos para postular a expertos, mientras que en Chile Vamos han estado en coordinación con el gremialismo para ver otros temas que quedaron abiertos, como la designación de expertos.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.