Las seis figuras clave del “Acuerdo por Chile”

Aunque hubo varios personeros relevantes que participaron de los diálogos para alcanzar un pacto constitucional -como las presidentas del PS y PPD, Paulina Vodanovic y Natalia Piergentili, respectivamente-, hubo otros dirigentes que en la recta final tuvieron más vitrina pública y operaron de manera soterrada. En esa lista están el Presidente Gabriel Boric, los senadores Javier Macaya, Álvaro Elizalde, Juan Ignacio Latorre y los diputados Diego Ibáñez y Diego Schalper.


Llamó directamente, escribió mensajes por Signal, sostuvo reuniones en La Moneda y monitoreó cada paso en la recta final de las negociaciones para sellar un acuerdo constituyente 2.0. El Presidente Gabriel Boric adquirió un protagonismo clave en los últimos días de tratativas para zanjar un pacto. Su postura, primero defendiendo un órgano 100% electo para que redactara la nueva Carta Magna, fue la hoja de ruta para muchos personeros de sus coaliciones de gobierno quienes acogieron su llamado, pese a no estar del todo de acuerdo.

Y ya cuando la realidad política se hizo más que presente y las negociaciones estaban entrampadas, el Mandatario optó por dar una nueva señal el miércoles de la semana pasada, luego de una maratónica jornada de conversaciones que encabezaron los partidos políticos. “Nosotros desde la alianza de gobierno hemos defendido con mucha fuerza el principio democrático, y entendemos que para la actual oposición es importante el tener una convención mixta, en donde existan expertos designados por el Congreso. No es lo que a nosotros como alianza de gobierno nos gustaría, y hemos defendido hasta el final la importancia de un órgano 100% electo”, dijo, agregando que “también como Presidente de la República, tengo la convicción que es preferible un acuerdo imperfecto que no tener acuerdo”.

De esa manera, el Jefe de Estado bajó línea a sus coaliciones abriéndose, según algunas interpretaciones, a un órgano mixto, aunque para otros fue una postura de mayor flexibilidad para que sus partidos habilitaran un acuerdo. Aunque algunas versiones del oficialismo transmiten que el mensaje críptico del Mandatario terminó enredando más el asunto debido a las distintas lecturas que se hicieron al respecto, lo cierto es que varios personeros del sector reconocen que tras su mensaje, las colectividades de gobierno se allanaron con más intensidad a buscar una fórmula que generara acuerdo, donde la mayor coincidencia entre las distintas fuerzas políticas era un órgano híbrido.

Para Boric era relevante que se sellara un pacto lo antes posible, por lo mismo, hizo ese emplazamiento en más de una ocasión. No solo la necesidad de dar vuelta la página en la materia y poder recuperar la agenda motivaron al Mandatario a hacer ese llamado, sino que también su inquietud para que, con una acuerdo ya listo, dar certidumbre en el mundo económico.

Así, cinco días después de la intervención de Boric -y tras varios tira y afloja- se logró destrabar finalmente el acuerdo, el cual, en términos generales, contempla una composición mixta que se llamará Consejo Constitucional. Estará integrado por 50 consejeros constitucionales electos por la ciudadanía con voto obligatorio y el acompañamiento de 24 expertos.

Así como Boric -que pese a la complicación que significaba para él abrirse a otro mecanismo que no fuera 100% electo-, otros personeros fueron clave durante las negociaciones de la recta final. Se trata de los presidentes de la UDI, Javier Macaya; el de RD, Juan Ignacio Latorre; el de Convergencia Social, Diego Ibáñez; el presidente del Senado, Álvaro Elizalde; y el secretario general de RN, Diego Schalper.

Si bien hubo otros actores relevantes que participaron de los diálogos como el partido en formación Amarillos -que en los últimos días generó revuelo y visibilidad por su firmeza para defender un órgano mixto-, así como también mujeres importantes, entre ellas, la líder del PPD, Natalia Piergentili; y su par del PS, Paulina Vodanovic; y personeros como el exministro y militante PPD Jorge Insunza -quien tuvo un rol clave en la fórmula final del mecanismo- fueron los otros quienes adquirieron más notoriedad pública y cumplieron un rol relevante en privado, según transmiten los propios negociadores.

Las primeras fricciones entre los pactos del oficialismo que tensionan la campaña de consejeros
Los pactos del oficialismo han enfrentado las primeras tensiones.

En el caso de Macaya, que si bien estuvo acompañado en las negociaciones por el diputado Guillermo Ramírez, su liderazgo en las tratativas es reconocido por diferentes personeros. Fue él quien -con más o menos éxito- fue uno de los principales impulsores de distintas fórmulas, entre ellas una que contempló un órgano 100% designado, para destrabar el acuerdo y de tender puentes de Chile Vamos con el propio Boric, con quien conversó en más de una oportunidad e, incluso, se reunió.

Su figura, en todo caso, no estuvo exenta de críticas debido a que muchos creen que actuó con “colores propios” y sin consultar previamente a su sector. A otros tampoco les gustó el protagonismo que adoptó. En la derecha, eso sí, no fue el único que cumplió un rol relevante. Schalper también hizo lo propio. Fue uno de los principales redactores de las denominadas bases constitucionales, que establecieron los límites de las áreas que el nuevo órgano constituyente no podrá tocar. Asimismo, es quien marcó, con más dureza, el sentir de los militantes del sector, por lo que fue una de las principales figuras que presionó para que las tratativas decantaran en un órgano mixto. De hecho, él -junto a Ramírez- elaboraron la última propuesta de Chile Vamos, la que contemplaba precisamente un organismo híbrido.

El diputado, además, fue uno de los más severos de la derecha para emplazar al Presidente Boric acusando que su sector quería torpedear las tratativas y, según afirman negociadores del acuerdo, también tuvo un rol importante en el diseño de la fórmula final en lo relativo a los contrapesos de los expertos.

En el oficialismo, por otro lado, además de la figura presidencial, Elizalde -en su rol de líder del Senado- también destacó durante el proceso de tratativas que se extendieron por tres meses. Fue él quien -además de encargarse de materias administrativas, por ejemplo, enviar las citaciones de los encuentros y pedir las salas en la sede del Congreso en Santiago- sirvió de puente para acercar posiciones con la derecha. El senador asimismo mantuvo un diálogo fluido con el Jefe de Estado y fue uno de principales rostros de las negociaciones que se desarrollaron bajo cuerda. Él, según varias fuentes, estuvo en las tratativas (junto a Macaya) para que el órgano redactor terminara siendo en su totalidad designado. Esto, pese a que públicamente su postura fue por defender que fueran escogidos democráticamente.

El senador Juan Ignacio Latorre, por otro lado, su buena relación con Boric y su carácter -para sorpresa de varios de los negociadores- más dialogante al interior del Frente Amplio lo transformó en un actor relevante. Con él, Chile Vamos conversó fluidamente y algunos le reconocen sus gestiones para intentar destrabar lo antes posible el acuerdo. De hecho, fue el primero de Apruebo Dignidad que se abrió rápidamente a un órgano mixto, pese a la resistencia de su bloque.

El diputado Ibáñez también ejerció un rol relevante en las negociaciones, aunque para varios fue la piedra de tope que hizo demorar un nuevo pacto constitucional. Su intransigencia, como calificaron algunos, varias veces tensionó, dicen, las conversaciones. El líder de CS, además, es cercano a Boric, a quien le informaba constantemente de los pasos que se daban para intentar sellar un acuerdo.

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