La riña entre “heraldistas” v/s “vidalistas” que se tomó por asalto la primaria del PPD... y el temor a un quiebre el domingo

De izquierda a derecha: Heraldo Muñoz, Jorge Tarud y Francisco Vidal.

A tres días de la elección que definirá entre Heraldo Muñoz, Francisco Vidal y Jorge Tarud al semifinalista que encarará a Paula Narvaéz para luego medirse con Ximena Rincón en julio, las facciones de los dos primeros se enzarzaron en acusaciones cruzadas por la responsabilidad de que solo tengan mesas habilitadas en 168 de 345 comunas. Con el ambiente caldeado hace días, y pese a que ambos habían pedido "calma" a las filas, anoche en la comisión política hubo gritos y demandas de renuncia al jefe del colectivo.


Supuestamente iba a ser la primaria interna más tranquila, más expedita, menos ruidosa -y menos noticiosa tras la entrada al juego de la PS Paula Narváez y la pugna entre Ximena Rincón y Alberto Undurraga en la DC- de los partidos de Unión Constituyente. Pero no, pues. Cuando faltan tres días para la suya, el PPD está con el fango hasta la columna cervical gracias a una ilustre reyerta en la que se mezclan acusaciones de pasadas de cuenta, versiones que intentan explicar por qué solo se podrá votar en 168 (según algunos conteos) de las 345 comunas y una comisión política celebrada anoche a punta de algunos gritos y exigencias de que Heraldo Muñoz renuncie a la presidencia del colectivo. Es lo que recogen diversas narraciones fuera de comillas en las que no falta una que otro vocablo que no figura en la RAE, y en las que, como siempre, hay más de una versión.

Los ánimos se caldearon a raíz de la pugna entre Heraldo Muñoz y Francisco Vidal, que además de Jorge Tarud compiten en un proceso que ya levantaba temores de una baja participación. Una de las mechas que parece haber incendiado la interna fue constatar que no se iban a poder levantar mesas en todo el país, lo que ha alimentado críticas y sospechas de que la primaria no pase la prueba de la transparencia.

Hasta antes de eso el partido había designado una comisión electoral con delegados de los tres candidatos, y se había resuelto que cada uno debía cumplir con el requisito de garantizar direcciones de locales de votación y dos apoderados o vocales en cada una. Se les dio un plazo de un mes para eso, pero expirado -aseguran- no se cumplió con cubrir todo el país.

Lo que recuerdan es que hasta la semana pasada solo se había llegado a asegurar mesas de votación en unas 140 comunas.

Eso hizo que se comenzaron a cruzar acusaciones de que los comandos de Muñoz y Vidal habían actuado según la fuerza con que contaba cada uno en determinadas zonas. Los partidarios del primero han acusado a los del segundo que no fueron capaces, por falta de infantería territorial, de desplegarse; los del segundo lo han negado. Como la cosa no pintaba bien, el histórico líder Guido Girardi y el exministro Sergio Bitar entraron a la cancha como árbitros mediadores. Ambos tuvieron que terciar entre los dos contendores y se acordó extender el plazo para habilitar más comunas; unos dicen que fue a petición de Vidal y otros, que también lo habría planteado Muñoz, aunque en menor medida.

Ahí estuvo el primer problema, relatan: pasar a llevar la reglamentación interna previamente convenida. Pero la mediación impuso un nuevo acuerdo, cuentan, porque a veces tanta regla tiene que tener “flexibilidad”: se lograron agregar otras 27 comunas. Muy poco, de todos modos. Y las partes gestionaron un nuevo pacto que derivó en una declaración conjunta de los dos contendores (25 de enero) en que se comprometieron a que la comisión electoral decidiría en qué comunas se votaría “sin interferencia de los órganos políticos del partido”. También suscribieron la frase “hacemos un firme llamado a nuestros partidarios a mantener la calma”.

La petición de renuncia a Heraldo

De calma, poco y nada. Entremedio se cruzaron otras cosas que calentaron cabezas. Microescándalos internos derivados de candidaturas a la elección del 11 de abril que fueron bajadas. Escándalos como el protagonizado a mediados de mes por Reinaldo Monardez, entonces jefe de gabinete del senador Ricardo Lagos Weber, que insultó por Whatsapp a la vicepresidenta Katherine Araya (con palabras acá irreproducibles pero con pantallazos que volaron por Twitter). Muñoz acusó por la misma red social de violencia de género y avisó que lo pasaría al Tribunal Supremo.

La cosa es que ayer en la tarde eso parece haberse cruzado con los reclamos internos por el magro despliegue de mesas. Entre los vidalistas acusaban que ni siquiera se podía votar en dos capitales regionales, Puerto Montt y Concepción. Los heraldistas lo niegan de plano en el caso de la primera, pero efectivamente la segunda se está quedando fuera de la primaria. Entremedio se planteó que los votantes de las comunas afectadas se desplazaran -bajo pandemia- a ciudades vecinas a votar.

Bajo ese clima sesionó anoche por zoom la comisión política del partido. En el bando de Muñoz dicen que la pidió el de Vidal, y ahora dicen que jamás debió haber aceptado porque lo que vino después lo califican de una emboscada. Apenas comenzó, partidarios de Vidal comenzaron a alegar supuestas irregularidades en el proceso -algunas versiones dicen que poco menos que se acusó intención de fraude- y uno de ellos, Gonzalo Pinto pidió la renuncia del presidente PPD.

Los heraldistas dicen estar seguros que con eso se buscó pasarle factura al excanciller por bajar candidaturas y por sentenciar al jefe de gabinete de Lagos Weber en público. Con las cosas como están, algunos sospecharon de Vidal. Y dicen que los mediadores habrían intervenido para bajar las pasiones.

En el PPD dicen que el exvocero habría asegurado no haber tenido arte ni parte en el episodio de Pinto pidiendo la renuncia de Muñoz.

¿En qué pie quedará el que gane?

A esta mañana, aseguran en el partido, han podido habilitar mesas en 168 comunas y es muy difícil que puedan cubrir más, aunque al momento de publicar esta nota la comisión electoral revisaba un informe para determinar si se puede llegar a más comunas. Pero los heraldistas aseguran que es impracticable porque no alcanzarían a enviar más papeletas de votación (por ChileExpress) a las plazas por cubrir, y porque -insisten- Muñoz y Vidal ya se comprometieron a acatar lo que dictamine esa instancia. Traducen: que no pidan agregar más comunas.

Según el exvocero “el objetivo del partido y de los tres candidatos es que vote la mayor cantidad de gente. Efectivamente hubo dificultades en algunas comunas para completar los requisitos, y todo lo que hemos hecho en la última semana es avanzar en que vote más gente ¿quién puede estar en contra de eso?”.

Sus dectractores insisten en que la carta conjunta del 25 de enero lo compromete a respetar lo que diga la comisión y que no se puede seguir pidiendo que sumen más comunas a la primaria. Vidal asegura que “la comisión electoral recibió una solicitud, no una orden, de la CP para ver la posibilidad de ampliar o fusionar comunas con el único objeto que se vote en más”. Según él, “eran 149 comunas y se agregaron 23, hasta ahora la única capital regional que falta es Concepción, pero es probable que la comisión electoral lo revise”.

Muñoz, quien según dicen está indignado con lo sucedido, no quiso comentar todo esto. Su jefa de campaña, Natalia Piergentilli, asegura que “se alega mañosamente dudas del proceso”, porque si bien “no vamos a poder cubrir todas las comunas y eso se sabía, alegar que se le esta quitando el derecho de votar a la gente con argumentos políticos es tener muy poca camaradería”.

¿Y la petición de renuncia? Vidal dice que “tenemos que llegar al domingo con plena unidad. No es el momento de pedir renunciar a nadie, entre otras cosas porque si gano yo el domingo, o Heraldo Muñoz o Jorge Tarud, el que sea requerirá de todo el partido, y no la mitad o un tercio de él”. Piergentilli dice que “fue una falta de respeto” y que “fue la guinda de la torta de una CP lamentable”, pero dice que no responsabiliza al exvocero.

Pero el exdiputado Marco Antonio Núñez, representante de Muñoz en la comisión electoral de la primaria, dice que “Francisco Vidal llamó a la unidad y a unir el partido tras el ganador el domingo en la noche. Lo paradójico que sus representantes enlodan el proceso sin justificación al pedir la renuncia a Heraldo Muñoz. Llegó el momento que Vidal controle a su gente”.

Como está todo, en el partido dicen que ahora temen que gane el que gane, el bando del que pierda no lo apoyará y le dará la espalda. Vidal espera que no pase, e insiste en que “están todas las medidas tomadas para que no ocurran irregularidades, no hay riesgo de eso”. Núñez comenta que un conflicto mayor el domingo “es un riesgo que está descartado, Muñoz, Vidal y Tarud son lo suficientemente leales y responsables para unir al partido detrás del ganador de la contienda”. Pero en las filas del colectivo hay varias voces que especulan con una fractura si esta fiebre no baja de acá a la elección. Con el PPD, nunca se sabe.

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