Matías Ramírez, diputado PC: “Muchas víctimas del estallido social vieron en el actual gobierno la posibilidad de avanzar en justicia (...), eso se ha debilitado”

El parlamentario considera que las palabras del Presidente Boric en el funeral de Sebastián Piñera constituyeron una "revictimización evidente" a quienes fueron violentados en las protestas de 2019. Junto con calificar como un "despropósito" que la presidenta del PS acuse de "oposicionismo" a su bancada, enfatiza que su tienda procura respetar el programa de gobierno y que eso puede generar discrepancias con las fuerzas políticas que se sumaron más tarde a su redacción.


En una semana marcada por los desencuentros entre el Partido Comunista (PC) y el Presidente Gabriel Boric, el diputado Matías Ramírez advierte que las palabras del Mandatario -quien señaló que “las querellas y las recriminaciones fueron, en ocasiones, más allá de lo justo y razonable” durante la segunda administración de Sebastián Piñera- caen en un “negacionismo peligroso”.

El parlamentario toma distancia de las críticas que su bancada ha recibido desde el Socialismo Democrático y enfatiza que “acá no hay una oposición al gobierno”, sino un partido que defiende que forma “irrestricta a la cultura de los derechos humanos” y el cumplimiento del programa de gobierno.

¿Las palabras del Presidente Boric en el funeral de Piñera marcan un antes y un después en las relaciones con el gobierno? Algunos en el partido apuntan a que se lesionaron las confianzas.

Uno de los compromisos del programa de gobierno estaba marcado por el respeto irrestricto a los derechos humanos y con la búsqueda de verdad y justicia respecto a los hechos acontecidos durante la revuelta popular de 2019 y la responsabilidad política y penal que tiene el gobierno de Sebastián Piñera. Lo que falta es dar una discusión profunda respecto a ese acápite en particular. Eso es lo que se ha reflejado en las respuestas que han dado distintos parlamentarios del PC: no estamos dispuestos a entrar a relativizar lo que pueden haber sido las violaciones a los derechos humanos durante el estallido social.

¿Cree que se relativizó?

Sí, cuando se plantea esto de que “fue más allá de lo justo y razonable”. Ante un escenario tan caótico que se vivía, con un alto número de personas heridas, con traumas oculares, inclusive con muertes, se ejercieron todas las acciones que eran prudentes. Cuando se plantea que se fue “más allá de lo justo y razonable”, hay una especie de negacionismo que es peligroso, no solamente viendo la historia reciente, sino que viendo lo que sucedió durante la dictadura.

El argumento del gobierno es que con “querellas” el Presidente no se refería a algo judicial, sino que más bien a incordia, a la autocrítica. ¿Es una explicación razonable?

Las palabras dichas durante el funeral de Estado para mí fueron bastante claras. Cuando se habla de querellas, efectivamente se habla dentro del ámbito judicial. En ese sentido, yo no veo que haya existido un exceso, al menos por parte de la (entonces) oposición durante la revuelta popular.

¿El Presidente le faltó el respeto a las víctimas de violaciones a los derechos humanos?

Yo creo que hay una revictimización a las víctimas durante el estallido social. Muchas de las víctimas incluso vieron en el actual gobierno la posibilidad de avanzar en verdad, en justicia, en reparación, y creo que eso se ha debilitado en el transcurso de estos dos años. No por razones propias del gobierno, sino que también porque hay una oposición muy fuerte en el Congreso, que ha llevado a forzar las cosas, incluso dictando normas que han beneficiado a alguno de los imputados en materia de violación a los derechos humanos, como la ley Nain-Retamal. Se mezclan varios factores, pero sí hubo una revictimización evidente en las palabras del Presidente.

Se equivocó en sus palabras, entonces.

Fueron mal formuladas. Uno puede entender que estábamos en un funeral de Estado, nadie está discutiendo que el expresidente Piñera debía tener los honores que corresponden. Cuestión distinta es levantar un discurso que busque blanquear o reinterpretar los hechos que sucedieron durante la revuelta popular. Eso es un error.

¿Existe cierta desafección en la bancada con el gobierno? Ya es evidente que es larga la lista de declaraciones, de decisiones en que el Ejecutivo difiere de los ideales de la bancada comunista.

No creo que exista una desafección. Evidentemente en un conglomerado donde hay distintas visiones y fuerzas políticas, hay posiciones distintas en determinadas materias. En este caso, el PC siempre ha tenido una férrea defensa a los derechos humanos y hay ciertas cuestiones que para nosotros son intransables. Eso es lo que genera muchas veces alguna discusión. Lo más probable es que esto se va a seguir dando en la discusión de infraestructura crítica en marzo y respecto a la utilización de las Fuerzas Armadas en materia de seguridad pública. Eso es parte de la discusión política, pero en ningún caso una desafección.

¿No hay una mirada ideológica distinta entre el gobierno y el PC?

No sé. Evidentemente en materia de seguridad pública uno puede tener distintas visiones. Nosotros tenemos algunas miradas respecto a cómo atacar la situación de seguridad que deben ser diversas.

¿Con las declaraciones en torno al estallido el gobierno se aleja de su programa?

No sé si se aleja, pero se le resta prioridad a una situación de reparación que para gran parte de la población era sumamente relevante.

La senadora Vodanovic (PS) dijo que ella ve “una constante en algunos parlamentarios del PC de ir contra la línea política del Presidente, un oposicionismo preocupante”. ¿Cómo se lo toma?

No le tomo mayor peso del necesario, respetando la posición de la senadora. El PS, en más de alguna votación se ha descuadrado de lo que ha solicitado el gobierno. Esto es una cuestión que pasa en toda discusión política. Acá no hay una oposición al gobierno, lo que hay es una defensa irrestricta a la cultura de los derechos humanos. Que se nos tilde de una eventual oposición al gobierno me parece un despropósito. Yo creo que primero el PS debiera ordenar sus filas.

¿En ningún caso cree que hay algo de cierto en sus palabras? El PC se desordenó también con el anuncio del Cosena, en la discusión de algunos proyectos de seguridad.

Discrepo de aquello. El PC es bastante claro en su postura en materia de seguridad, derechos humanos y otras materias. Eso evidentemente puede colisionar con alguna discusión en particular, pero en ningún caso nos pone en una vereda opositora.

¿No cree que el historial de desencuentros del partido con el gobierno es más largo que el de otros del oficialismo?

No lo sé y tampoco me interesa. Quienes estamos en política estamos muchas veces para discrepar, para salir de nuestra zona de confort. Como partido lo que buscamos es que se cumpla un programa de transformaciones. Es lo que debemos defender. Nosotros no caemos ni en peleas chicas ni en descalificaciones, sino que lo que se busca es el cumplimiento del programa. Eso evidentemente puede generar ciertas discrepancias con algunas fuerzas políticas que se sumaron posteriormente a la discusión de este.

¿Qué considera necesario que haga el gobierno para poder recomponer las confianzas en este ámbito?

Hay dos cuestiones que evidentemente se tienen que dar en un marco de discusión bastante urgente. Primero, una reforma de las policías, no solamente desde una perspectiva de derechos humanos, sino que incluso dándola desde un punto de vista de seguridad, para darle mayores herramientas en temas de lucha contra el narcotráfico. Y, segundo, hablar de una ley general de reparación ante la violencia institucional.

¿Eso permitiría enmendar el rumbo que quizás se desvió con las declaraciones en el funeral de Estado?

Sería retomar la agenda de derechos humanos que está en el programa.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.