¿Voltereta, arrepentimiento o convicción? Los diputados que se pasaron del voto voluntario al obligatorio

Ley de Pesca
17.10.2013 - SENADO - DETALLE - SALA DE SESIONES - HEMICICLO - CONGRESO - VALPARAISO - PUBLICADA 20130725 - Bacada DC - CON - Senado - Senador - Tematica - 17 de Octubre de 2012/VALPARAISO La bancada DC durante la sesin del Proyecto de ley, que modifica, en el mbito de la sustentabilidad de recursos hidrobiolgicos, acceso a la actividad pesquera industrial y artesanal y regulaciones para la investigacin y fiscalizacin, la Ley General de Pesca y Acuicultura . FOTO: PABLO OVALLE ISASMENDI /AGENCIAUNO - Vaparaiso - Region de Valparaiso - Chile - Pablo Ovalle Isasmendi

Aparte de la polémica por el fracaso del proyecto de ley para reponer el voto obligatorio, ayer hubo veinte diputadas y diputados que el 2011 habían votado a favor del sufragio voluntario, pero que ayer apretaron el botón para volver atrás, bajo la presión de la crisis. Unos admiten que cometieron un error, otros que los hechos demostraron otra cosa y otros que solo cumplieron órdenes de bancada.


Además de la polémica ya ventilada en redes sociales que nos legó la fallida votación de ayer en la Cámara del proyecto de ley que pretendía volver a los tiempos del voto obligatorio y terminar de una vez con este "mal sueño" de la participación voluntaria en elecciones, lo que pasó en el hemiciclo dejó otra controvertida estela. ¿Por qué hubo diputadas y diputados que cambiaron de opinión radicalmente y pasaron de cuadrarse con una modalidad a la opuesta?

La iniciativa alcanzó ayer 89 votos a favor, cuatro por debajo del quórum de 3/5 que exigía, y fue rechazada. La idea fue una de las tantas reacciones a la crisis que ya lleva más de cien días desde el 18 de octubre, y que ha sumergido el prestigio de la clase política hasta la zona abisal. Entre los legisladores que se quedaron con las ganas figuran al menos veinte (20) que también lo eran el 2011, cuando se aprobó la norma que legalizó la inscripción automática en los registros electorales y el voto voluntario. Esa vez, durante el segundo año del primer gobierno de Sebastián Piñera, se alinearon a favor de una reforma que fue vista como "histórica" y una garantía de mayor participación. Ayer, esa misma veintena se inclinó por la opción contraria: volver atrás.

Ese 14 de diciembre de 2011, la Cámara era puro entusiasmo al aprobar el segundo trámite del proyecto. Moros y cristianos daban por hecho de que la inscripción automática y el voto voluntario acarrearía millones y millones de votos. Cristián Larroulet, a quien hoy apenas se le ve y nunca habla en público porque es jefe de asesores del Presidente, era entonces ministro de la Secretaria General de la Presidencia. "Gracias a la inscripción automática, un número aproximado a los cuatro millones y medio de ciudadanos van a tener una facilidad muy significativa para votar en las próximas elecciones municipales", decía ese día en sala, insistiendo en que era algo "histórico".

Al año siguiente, el mismo Larroulet, los otros ministros de La Moneda y el mandatario, Sebastián Piñera, se darían de bruces con una dolorosa derrota en las municipales 2012 y una caída en la votación. Él y Andrés Tagle, entonces colaborador suyo en la Segpres y hoy miembro del directorio del Servel, fueron criticados por meses, casi perseguidos por indignados dirigentes y parlamentarios UDI que los responsabilizaban del desastre.

Pero esa tarde no lo sabían aún. El mismo argumento, el de una mayor participación, se fue repitiendo en los sucesivos discursos de los diputados, al punto que algunos lo comenzaron a dar por hecho, incluso al criticar otros aspectos del sistema. "Tengamos en cuenta que las comunas más grandes, como Maipú y Puente Alto, elevarán su votación en alrededor de un 275 por ciento y seguirán eligiendo sólo dos diputados, por el sistema electoral binominal. ¿Es esto realmente representativo?", decía entonces el diputado PC Guillermo Teillier, recalcando que "es una de las reformas electorales más importantes que se han legislado en el país en los últimos tiempos".

El líder comunista cuenta que si ayer votó de manera completamente opuesta, ahora apoyando el regreso del sufragio obligatorio, es por que "esta es la corrección de un error. Yo estaba convencido que había de que había madurez cívica. Aunque sabíamos que había que hacer un esfuerzo desde los partidos para incentivar la participación".

También asume haberse equivocado, aunque endosando algo de responsabilidad a terceros, o mejor dicho, terceras, el diputado (independiente, ex PPD) René Alinco, quien esa vez también intervino en la sala. Hoy explica "que en esa época se hizo una campaña. (Carolina) Tohá y otros. Voté por el voto voluntario, pensando en que iba a ser efectivo. Pero la mayoría nos equivocamos. El tiempo lo mostró. La abstinencia aumentó".

Y sigue: "El voto es un acto de confianza y se ve cuando el votante va a votar , pero es tal el desprestigio que ese voto se transforma en una acción de desconfianza. Lamentablemente nos meten a todos en el mismo saco. Es verdad que hay parlamentarios corruptos, pero otros queremos que las cosas sean transparentes. Antes no había estudios, pero igual pensé que la izquierda perdía con el voto voluntario, pero voté igual. Fue un error. La bancada regionalista insistirá en el voto obligatorio".

El decé Gabriel Silber dice que se cambió de vereda al votar ayer porque "los porfiados hechos" lo "convencieron de que hay una asimetría evidente entre comunas como Vitacura y Las Condes, donde la participación es cercana al 60%, y las más populares de la zona poniente, por donde soy diputado, y donde solo vota entre el 30% y el 36%". ¿Y entonces? "Es que esa cruda realidad no la tuvimos a la vista en ese tiempo".

La idea de esos años, continúa, "estaba muy bien justificada, pero se enfrentó a una realidad distinta, a un país distinto, que tiene baja formación cívica y donde no entendemos la importancia de votar".

Aunque ayer la falta de quórum dejó (de momento) las cosas como están, el diputado cree que si se lograra reponer el voto obligatorio no debería volver con la multas de antaño, "que funcionaba como disuasivo por el temor a pagar". En cambio, cree que debería motivarse a lvotante con incentivos, "como que se tome en cuenta tu responsabilidad a la hora de optar a la vivienda pública o beneficios del Estado".

El socialista Fidel Espinoza tuvo el 2011 otra razón para inclinarse por el voto voluntario. Admite que va a sonar a general de brigada después de la batalla, pero asegura que "voté a favor, pero lo hice por un acto disciplinario con mi bancada, que estaba a favor de la reforma. Siempre he sido disciplinado. No lo hice de corazón, pero nunca he sido díscolo". Dice que entonces tenía aprensiones porque "soy de distrito rural", y -al igual que Silber- cuenta que "soy testigo de alcaldes electos con el 22% de sus electores, como en Puerto Montt" y que por eso "uno siente que el voto voluntario favorece a los sectores más acomodados: hay factores económicos, como una familia que tiene que movilizarse para ir a votar. Algunos dejan de participar por eso, y otros por desencanto".

No hablaron hoy, pero también se cuadraron ayer con el voto obligatorio, y no con el voluntario como en el 2011: Alejandra Sepúlveda; los DC Matías WalkerVíctor Torres, Pablo LorenziniJorge Sabag, José Miguel Ortiz y Mario Venegas; René Saffirio, independente; los PS Marcelo Schilling y Juan Luis Castro; los PPD Rodrigo González, Cristina Girardi y Tucapel Jiménez; el ex PPD Pepe Auth; los ex radicales Carlos Abel Jarpa y José Pérez y Marcela Sabat (RN).

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