¿Con quiénes y hasta dónde negociar? El debate constitucional republicano

Foto subida en la cuenta de Twitter de la consejera Ninoska Payauna.

Mientras dirigentes del partido como José Antonio Kast, Arturo Squella y Cristián Valenzuela son de la línea de buscar transversalidad con cierta parte de la izquierda, otras voces son partidarias de conversar solo con Chile Vamos.


“¡En contra, en contra, en contra!”, gritó una y otra vez el exdirigente barrista Francisco Muñoz -conocido como “Pancho Malo” -a las afueras de la sede del Partido Republicano, ubicado en Las Condes.

La semana del 7 de julio, con un megáfono en mano, Muñoz -quien es uno de los rostros del denominado “Team patriota”- desplegó un lienzo que cubrió casi todo el frontis del inmueble republicano con la misma consigna para dar cuenta de su rechazo al nuevo proceso constituyente.

Si bien la protesta no fue masiva, no pasó desapercibida entre los militantes de la colectividad encabezada por Arturo Squella. Esto, porque un sector importante del electorado republicano se identifica con el reclamo de Muñoz: no quieren una nueva Constitución y apuestan a que en el plebiscito del próximo 17 de diciembre se vote en contra la propuesta de nueva Carta Magna.

El episodio fue unos días antes del 17 de julio, jornada en que se presentaron las enmiendas en el órgano redactor, el primer paso para discutir los cambios al texto propuesto por la Comisión Experta. Y, ese día, los republicanos buscaron dar justamente una señal a su electorado: ingresaron cerca de 400 indicaciones, las cuales, a juicio del oficialismo y de varios personeros de Chile Vamos, son “identitarias” y podrían terminar haciendo fracasar el proceso.

Algunas de las enmiendas criticadas apuntan a que mayores de 75 años salgan de la cárcel para cumplir sus condenas en sus casas, la protección de la vida del “niño que está por nacer”, entre otros.

Estas ideas mantienen en alerta a los partidos de gobierno y a un sector de la derecha, debido a que el partido fundado por José Antonio Kast tiene 22 representantes, la mayoría del Consejo. Y para conseguir aprobar las normas, requieren de ocho sufragios adicionales, los que podrían lograr solo con los consejeros de Chile Vamos, quienes cuentan con 11 constituyentes. Si bien con el ingreso de las enmiendas los republicanos reconocen que lograron calmar, en parte, a su militancia y sus bases de apoyo, lo cierto es que todavía tienen materias por resolver en las cuales no existe un total consenso entre sus filas ni tampoco entre sus consejeros.

Uno de esos asuntos, reconocen personeros de la tienda, tiene relación con quiénes buscarán alcanzar acuerdos en el Consejo: ¿Solo con Chile Vamos? ¿Incluirán a todos? ¿Solo al Socialismo Democrático?

Esas dudas están instaladas en la colectividad, que aún está afinando su estrategia. Esto, pese a que en las vocerías públicas del partido en el Consejo han dicho que tienen disposición para pactar con todo el espectro político.

Cita con Kast y Valenzuela

El director ejecutivo de Ideas Republicanas y uno los cerebros del proyecto político del partido fundado por Kast, Cristián Valenzuela, fue uno de los que abordaron el escenario que enfrentan los republicanos en el consejo. Este miércoles, los representantes del partido en el órgano redactor llegaron hasta la sede del centro de pensamiento de la colectividad.

En esa cita, en la que también estuvo Kast, uno de los temas que conversaron fue justamente cuál es el camino que debe seguir el partido para negociar las enmiendas.Esto, en un escenario en que, hasta el momento, la apuesta de Kast y la mesa republicana es que se apruebe el texto que emane del órgano.

Así, según presentes, Valenzuela planteó en el encuentro que su pulsión es que se debe alcanzar acuerdos en la izquierda hasta el Partido Socialista, dando cuenta que no es tan gravitante si los comunistas y el Frente Amplio quedaran al margen.

La visión de Valenzuela, según las mismas fuentes, es compartida, con matices, por Squella y Kast. Otros, en tanto, como el consejero Antonio Barchiesi, habrían deslizado la idea de solo pactar con Chile Vamos, con el objetivo de sacar adelante las ideas del sector, mientras que su par Sebastián Figueroa estaría por alcanzar acuerdos más transversales.

Hay algunos, sin embargo, que todavía no están del todo convencidos de que estar a favor del texto final sea la mejor opción. En Chile Vamos, de hecho, apuntan dentro de ese lote al consejero Paul Sfeir.

Más allá de las diferencias y matices, entre los republicanos dicen que falta que “encajen piezas en el puzzle” antes de tomar esas definiciones.

Los caminos

Este jueves hubo un episodio en la comisión de Derechos sociales -presidida por Germán Becker (RN)- que generó ruido en algunos republicanos. El acuerdo tácito era que el debate de las enmiendas partía de forma genérica la próxima semana y que ninguna indicación se votaría antes del 21 de agosto. Sin embargo, Becker se adelantó y el miércoles avisó a su comisión que citaría a una sesión para el día siguiente con el objetivo de discutir las enmiendas del capítulo de medioambiente. El episodio encendió las alarmas entre republicanos, debido a que algunos lo leyeron como una “mala señal” de Chile Vamos, porque, dicen, podrían “romper” acuerdos pactados.

Una señal que no es inocua, porque uno de los caminos que están sobre la mesa entre los consejeros republicanos es solo aprobar normas con el apoyo de esa coalición.

Por lo mismo, una de las materias a resolver en el puzzle, dicen, es despejar bien cómo se comportará ese bloque.

Otro asunto, agregan las mismas fuentes, es qué harán el PS y las fuerzas de izquierda. Entre los republicanos creen que si ceden en algunas materias podrían lograr acuerdo con los socialistas, dejando fuera al PC. Sin embargo, esta semana el oficialismo los notificó de que solo negociarán en bloque, un escenario que, en todo caso, creen que pueden dar vuelta.

A ese factor, añaden las mismas versiones, se suma la postura que adoptarán La Moneda y el Presidente Gabriel Boric: si abrazan o no el proceso. Aunque en el Ejecutivo están por mantener la distancia, algunos creen que sea cual sea su postura, la ciudadanía se inclinará por lo contrario.

Por lo mismo, hay otro elemento por el cual los republicanos están apostando: el respaldo ciudadano en un escenario en donde la idea de una nueva Constitución ha perdido fuerza.

Así, están trabajando en una arremetida comunicacional para dar vuelta el escenario -que actualmente está inclinado por votar en contra del texto en el plebiscito-, e inclinar la balanza a favor de las enmiendas republicanas, las que -dicen- son “ciudadanas” y no identitarias. Esta idea, agregan, se potencia tras los resultados de la encuesta CEP, que arrojaron un aumento exponencial en materias como más orden y seguridad.

Así, si ven un incremento en el respaldo y logran dar vuelta el escenario con apoyo a sus indicaciones, algunos advierten que podrían prescindir de la izquierda.

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