Las posibilidades de la realidad aumentada en el trabajo remoto

Entre sus capacidades, facilita las visitas virtuales a terreno, evitando la exposición de los trabajadores a riesgos de contagio e, incluso, identificando la temperatura corporal de aquellos que necesariamente deban asistir a trabajar.


La actual pandemia ha puesto bajo presión a los sistemas productivos que requieren trabajo presencial y distintas entidades trabajan contrarreloj para garantizar la continuidad operacional. Una de ellas es

, el holding de empresas de tecnología y comunicaciones especializado en innovación aplicada, que ofrece una serie de alternativas para que las empresas puedan atender esta contingencia. Y la primera es con la realidad aumentada. César Berardini, gerente de innovación de Datco, enseña que la tecnología de realidad aumentada mejora la percepción de la realidad misma, mediante la adición de información digitalizada sobre el entorno visible. Es importante diferenciar la realidad aumentada de la virtual, porque en esta última la persona que utiliza la tecnología se desconecta de su entorno, debido a que el fin de la realidad virtual es experimentar otra realidad. A nivel mundial, y en lo que respecta a industrias, la idea de utilizar realidad aumentada surge en la década pasada, cuando a nivel de software ya era posible superponer elementos digitales sobre un video que provenía desde una cámara, en tiempo real, pero no fue hasta después de 2015 que creció su adopción, cuando aparecen los primeros dispositivos montados en la cabeza, que hicieron posible prescindir de sostener una tablet o un smartphone, para ver realidad aumentada, y así hacerla más natural al presentar la misma directamente sobre los ojos, de manera binocular y estereoscópica, que es como los seres humanos logran ver. "La realidad aumentada busca enriquecer al mundo físico con información contextual y, dentro de unos años, será tan natural como estar conectados a internet”, comenta Berardini. En Latinoamérica, Grupo Datco es pionero en realidad aumentada industrial y experimentaron las primeras experiencias en terreno a fines de 2016, con ENAP. El objetivo de entonces era brindar acceso a una computadora sin que un trabajador tuviera la necesidad de ocupar sus manos mientras hacía sus tareas. Hoy, esta tecnología permite recorrer instalaciones e, incluso, interactuar con ellas sin necesidad de desplazarse físicamente. “Lo que buscamos con nuestra tecnología de ‘experto remoto’ es evitar la exposición a riesgos de contagio por viajes y contactos físicos innecesarios, optimizando tiempos y recursos en viajes. La realidad aumentada industrial ofrece la experiencia de visita sin salir de casa, permitiendo continuar con las labores en un ambiente seguro para todos”, comenta Felipe García, gerente de territorio de Grupo Datco. Esta herramienta no solo es crucial para las industrias, sino también para la misma crisis sanitaria, ya que -por poner un ejemplo- podría permitir que un doctor italiano, chino o español, con dos meses de experiencia en CoronaVirus, pueda ingresar desde su país a una sala de urgencias en Chile para aportar con su conocimiento.

Cambio de paradigma

La segunda innovación de Datco tiene que ver con una cámara termográfica vestible, integrada al equipamiento de realidad aumentada. Esta permite, por ejemplo, supervisar el ingreso de trabajadores a una operación, monitoreando discretamente la temperatura corporal de la persona. Si alguien mantiene una temperatura elevada, gracias a la cámara se emitirá una alarma sutil que activa el protocolo correspondiente ante casos sospechosos de coronavirus. La solución permite al supervisor en terreno, interactuar en todo momento con el equipo preventivo, generando una experiencia de videoconferencia en modalidad térmica o mixta. “La cámara termográfica toma la temperatura del ángulo interno del ojo de cada persona, siendo un medio no invasivo pero certero de monitorear ese síntoma”, enseña García. La humanidad está ad portas de un cambio de paradigma, donde la computadora personal que en los 70 ocupaba una habitación, pasó a ocupar un escritorio en los 80 y a caber en nuestro regazo a fines de los 90, para trasladarse a nuestros bolsillos en la década pasada. Ahora se viene un cambio tan radical como los anteriores, donde los avances pasarán a instalarse en nuestro rostro, en forma de lentes. Así lo entiende Berardini: “Si hoy nuestros hijos no saben qué es un cassette o un teléfono a disco, nuestros nietos no podrán entender cómo es que nosotros teníamos pantallas físicas que nos limitaban el quehacer en ellas y les tendremos que explicar que para ver televisión teníamos una pantalla, para trabajar teníamos otra y para navegar por Internet y ver mensajes usábamos otra más pequeña. Se viene un mundo donde las pantallas no serán físicas y tendrán el tamaño que nosotros queramos, a las cuales ajustaremos con tan sólo tomarlas de una arista y tirar de ella para elegir sus dimensiones”. Ambas tecnologías se diseñaron en Norteamérica, involucrando empresas de Canadá y Estados Unidos. Hoy están disponibles en Chile y ya se utilizan en distribuidoras eléctricas para realizar visitas remotas en terreno.

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