Amanda Bynes vuelve a ser internada en centro de salud mental
Los padres de la ex estrella infantil, hoy de 28 años, pidieron nuevamente su tutela tras sus escándalos y deudas.
La actriz Amanda Bynes reingresó a un centro de salud mental. Esto, luego que sus padres permanecieran varias semanas en su búsqueda, argumentando que la chica de 28 años aún necesita ayuda psicológica.
Según TMZ, Bynes fue internada este martes en Los Ángeles, siendo evaluada por el personal médico. De acuerdo a su estado de salud, podría permanecer de tres días a dos semanas.
La ex estrella de Nickelodeon fue llevada al centro psiquiátrico engañada por sus padres, quienes organizaron un plan haciéndole creer que se reuniría con sus abogados. Esto, porque la actriz ha usado las redes sociales para acusar a su padre Rick Bynes por violencia. "Mi papá abusó de mí física y verbalmente desde niña", fueron los tuits escritos por la artista.
"Estas acusaciones se derivan del estado mental de Amanda. No tienen ninguna base en la realidad", respondió la familia, según publicó TMZ.
A fines de 2013, Bynes quedó bajo la tutela de sus padres por sus problemas psiquiátricos, luego de haber protagonizado numerosos escándalos, como un incendio en una propiedad en la ciudad de Thousand Oaks (California), y tener deudas por más de un millón de dólares.
La semana pasada, la actriz fue captada en una exclusiva tienda de Nueva York, donde mostró un extraño comportamiento bailando en el recinto e intentando llevarse algunas prendas sin pagarlas. Los testigos aseguraron que estaba bajo los efectos de las drogas.
Por ello, sus padres estarían intentando tener nuevamente su tutela, sin embargo, la actriz podría caer en otra modalidad. Según TMZ, Bynes podría quedar bajo un régimen llamado The LPS Hold, donde los médicos pueden limitar a la paciente de encontrarse "gravemente incapacitada como resultado de un trastorno mental o menoscabo crónico de alcoholismo".
La modalidad deberá ser otorgada por un juez, por lo que Amanda podría quedar un año internada ya sea en un hospital o en una instalación de seguridad, recibiendo los medicamentos necesarios, pero contra su voluntad.
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