Bosnia conmemora un cuarto de siglo de la guerra en medio de profundas divisiones

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Las divisiones étnicas persisten y los dos entes autónomos no logran consenso para gobernar. El 6 de abril de 1992 se dio inicio al conflicto más sangriento de la ex Yugoslavia.




Ha sido descrita como el primer "reality show" bélico del mundo moderno. Porque hace 25 años, Occidente vio en sus pantallas de televisión a miles de personas escapando de los francotiradores, caminando kilómetros para conseguir agua o alimentos y ciudades totalmente destruidas. El 6 de abril de 1991 se dio inicio a la guerra en Bosnia, el más sangriento de los conflictos de desintegración de la antigua Yugoslavia, donde se cometieron los peores crímenes de guerra desde la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo, pese al acuerdo de paz de Dayton alcanzado en diciembre de 1995, el país balcánico sigue dividido y convive con la amenaza de una posible escisión del ente autónomo serbobosnio.

En 1991, Bosnia y Herzegovina se unió a varias repúblicas de la ex Yugoslavia y declaró su independencia, lo que gatilló una guerra civil que duró cuatro años. La población en Bosnia estaba compuesta por una mezcla multiétnica de musulmanes bosniacos (44%), serbios ortodoxos (31%) y católicos croatas (17%).

Los serbobosnios estaban determinados a permanecer dentro de Yugoslavia para ayudar a construir una gran Serbia. Y tenían todas las de ganar. No sólo estaban bien armados, sino que contaban con el respaldo de grupos extremistas de Belgrado. Así desplegaron un asedio a la ciudad de Sarajevo a comienzos de abril de 1992. Su blanco era principalmente la población musulmana, pero mataron a muchos otros serbobosnios y también a croatas, por medio de cohetes, morteros y francotiradores durante 44 meses.

Mientras en Bosnia Central, el Ejército -principalmente musulmán- estaba peleando una guerra aparte contra de los croatas bosnios que querían ser parte de una gran Croacia. La presencia de las fuerzas de paz de Naciones Unidas para contener la situación no fue efectiva. Eso sí, la presión estadounidense para terminar la guerra llevó a la firma del acuerdo de Dayton en 1995, que creó dos entes autónomos, uno de musulmanes y croatas, y otro compuesto por serbios.

Se estima que al menos 100 mil personas murieron -aunque algunas estimaciones sitúan esta cifra en 250 mil- de los cuales 16.000 eran menores. Sólo en Sarajevo murieron 643 niños y más de 25.000 quedaron huérfanos. Dos millones y medio de habitantes (60% de la población) tuvieron que abandonar sus casas víctimas de la limpieza étnica. La mitad sigue viviendo fuera de Bosnia-Herzegovina o mantiene el estatus de desplazado interno. A su vez, decenas de personas han sido acusadas de crímenes de guerra por la Corte Penal Internacional.

Pese a que ya han transcurrido 25 años desde que terminó el conflicto bélico sus consecuencias aún están presentes en la sociedad bosnia. Por ejemplo, los dos entes autónomos funcionan cada uno por su cuenta y el excesivo aparato burocrático -con 130 ministerios de diferentes niveles- sofoca aún más el funcionamiento de la estructura estatal compartida. "El país se ahoga en deudas, económicamente se respalda en buena parte de la entrada del dinero de la diáspora", dice Satko Mujagic, un jurista y activista a favor de la paz, citado por la agencia EFE. "La calidad de vida es mala, el nacionalismo y populismo siguen siendo la mejor manera para llegar al poder", agrega.

A nivel social, explica el diario The Guardian, los matrimonios entre personas de las tres principales etnias es mucho menos común que antes de la guerra y los niños sólo interactúan con sus pares del mismo ente autónomo y tienen un mínimo contacto con el otro. En ese mismo sentido, un artículo publicado por el sitio web de la National Public Radio, dice que la educación está sumamente segregada. De esta manera, los niños tienen sistemas curriculares diferentes según su grupo étnico.

A nivel político, entre los políticos musulmanes, serbios y croatas no hay consenso sobre las reformas necesarias para el funcionamiento del país y su integración euro-atlántica. Las autoridades serbobosnias insisten en la amplia autonomía de su entidad, los musulmanes abogan por mayor centralización y hasta la abolición de los entes, mientras que los croatas se expresan con frecuencia a favor de una tercera autonomía para ellos. Además, más de la mitad en todo el país no tiene un empleo formal.

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