Emilio Sutherland: "Eso de desperfilarse me parece gracioso"

El conductor habla de sus roles en Contacto y En su propia trampa, que vuelve con un cuarto ciclo.




Al finalizar la tercera temporada de En su propia trampa, Emilio Sutherland y el equipo del programa de Canal 13 fueron acusados de "fabricar un delito". Esto, a raíz de un capítulo emitido en 2013, en el que tres jóvenes se topan con un auto con la puerta abierta y las llaves puestas, mientras caminaban por la población Juan Pablo II de Lo Barnechea.

Según el conductor del espacio que comienza el lunes 11 después de Chipe libre, todo lo anterior es "increíble, insólito y burdo. Eso de recurrir a señuelos es muy utilizado en Estados Unidos y tenemos la conciencia tranquila. Los que se llevaron el auto no eran blancas palomas y tenían antecedentes penales. En definitiva, el tribunal no hizo su pega".

En esta cuarta temporada de En su propia trampa, ¿seguirán actuando igual?

Ha sido un desafío mayor para todo el equipo la nueva temporada. Realizarla ha sido más complejo porque los delincuentes están en estado de alerta. Hemos tenido que cambiar los métodos y las estrategias para lograr hacer un buen registro audiovisual de cómo actúan estos bandidos. Se nota que los delincuentes, por el éxito del programa, andan más precavidos.

¿Reciben más denuncias de la gente que antes?

Sí, y siento que la gente confía más en los medios de comunicación que en los tribunales de justicia. Parece que los organismos policiales no están funcionando bien, o no de la forma que espera la población. La gente busca justicia en nosotros, y eso me genera una doble sensación porque los periodistas no somos justicieros.

¿Cómo reciben las críticas que se le hacen al programa por denunciar solo a delincuentes menores?

No siento para nada que sea así. Sí hemos denunciado situaciones que pueden ser calificadas como peces gordos. Denunciamos a municipalidades y también a tipos con mucha plata que han amenazado a gente de nuestro equipo, y que no son para nada personajes menores.  Cumplimos un rol didáctico de alertar a la gente, y por eso a los delincuentes se les ha puesto la pista más difícil.

¿Han tratado de hacer, entonces, capítulos con personas más poderosas o influyentes?   

Hemos investigado a personas más poderosas, pero estamos enfocados en desenmascarar a esos que le hacen daño a la comunidad, y que afectan en el día a día a personas comunes y corrientes. Nosotros vamos detrás de aquellos que afectan a muchas personas y no al que roba o estafa a la elite de este país. Pepito paga doble, por ejemplo, no es una estafa que involucra millones de pesos, pero le afecta en el bolsillo a muchos. La gente agradece que uno le abra los ojos.

¿Cómo ha sido compatibilizar este programa con el rol que desempeña en Contacto?

En su propia trampa tiene un factor lúdico. Aunque mostramos casos dramáticos, tocamos otra fibra. A pesar de que yo soy más bien tímido, aquí tengo un rol protagónico porque así lo requiere. No hay ningún punto de comparación con Contacto, salvo lo que significa la investigación periodística.

¿Tuvo temor a salirse del rol de periodista serio? 

Estoy tranquilo con lo que estoy haciendo y eso de desperfilarse me parece gracioso. Sé que estando en Contacto me adjudiqué un perfil muy serio, y espero mantenerlo, pero ser lúdico y más cercano, gracias a En su propia trampa, no me resta ni me estorba. Uno como persona es serio y chacotero, y lo mismo pasa en términos profesionales. En la carrera profesional, se va por un camino y luego por otro, pero lo importante es hacerlo lo mejor posible.

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