Ex canciller y defensor de Perú en La Haya: "La aplicación del fallo de La Haya no está sujeta a ningún tipo de condición"

Manuel Rodríguez Cuadros dice que los gobiernos de Piñera y Humala deben ponerse de acuerdo en una "fórmula rápida" para la implementación de la sentencia.




En 2004, el entonces canciller de Perú, Manuel Rodríguez Cuadros, envió una nota diplomática a su par chilena, Soledad Alvear, solicitando formalmente iniciar negociaciones bilaterales para redefinir el límite marítimo. Pese a una primera respuesta rechazando la petición, el 4 de noviembre de 2004, Rodríguez y el nuevo canciller chileno, Ignacio Walker, emitieron una declaración conjunta, en la que señalaron que ambos países tenían "posiciones distintas" respecto de la "delimitación marítima". El texto fue leído como la primera ocasión en la que La Moneda admitía que existía una controversia no resuelta, que conllevó finalmente a la presentación de la demanda en 2008 y al fallo entregado el lunes pasado por el tribunal de La Haya.

Aquí, Rodríguez -miembro del equipo defensor de Perú- analiza el resultado y pide a los dos gobiernos definir una modalidad "muy rápida" para establecer las coordenadas que permitan la aplicación de la sentencia.

¿Cómo evalúa el fallo?

Es muy positivo para el Perú. Se nos ha reconocido un poco más de 75% del espacio marítimo en disputa. Al mismo tiempo, es una oportunidad para reafirmar y afianzar las relaciones de cooperación y amistad que existen entre Perú y Chile. En general, esta situación es positiva para los dos países, porque resuelve un problema que estaba pendiente.

¿Se sienten satisfechos?

Sí, sí. Nosotros nos sentimos plenamente satisfechos, porque cuando decidí, en el gobierno del Presidente (Alejandro) Toledo, establecer la demanda, era para resolver una controversia dentro de las modalidades de solución pacífica. Y eso es lo que ha sucedido. Nosotros nos sentimos plenamente representados por la decisión de la corte y sentimos que hemos contribuido, de manera muy importante, a la estabilidad de las relaciones bilaterales entre Perú y Chile.

Pero Chile lamentó la decisión de la corte de quebrar el paralelo a partir de la milla 80...

Los dos países han reiterado el compromiso, que sus presidentes y cancilleres expresaron con anterioridad, de que el fallo es de inmediata validez y que los dos gobiernos tienen una férrea voluntad de cumplirlo. Esto le da al fallo un valor agregado muy importante, independiente de las posiciones nacionales o del resultado.

¿Usted cree que el resultado fue muy desfavorable para Chile?

Yo no puedo juzgar cuál es la apreciación…

¿O muy favorable para Perú, entonces?

Este es un fallo que va a producir una estabilidad muy importante en la relación bilateral y que va a recrear condiciones para desarrollar los niveles de cooperación y amistad entre los dos países. Para el Perú, sí es un fallo que satisface nuestras aspiraciones, como digo, en un 75% de las aguas en disputa. Ahí estamos incluyendo el llamado segundo triángulo, respecto del cual Chile, en ningún momento, había hecho un reclamo o una pretensión de soberanía. La corte le reconoce un porcentaje más amplio al Perú. Eso nos satisface.

¿Cuánto debiera demorarse la aplicación del fallo?

La canciller del Perú y el agente han señalado que el fallo es de aplicación inmediata. Lo que hay que hacer es que los gobiernos se pongan de acuerdo con una modalidad muy rápida de establecer las coordenadas, cuya tarea les ha dejado a los dos gobiernos para que lo hagan de manera coordinada.

Una fórmula que se ha barajado es la creación de comisiones binacionales. ¿Le gusta esa opción?

No creo que haya que adelantar modalidades. Los gobiernos conversarán en estos días y definirán cómo se van a establecer las coordenadas que la corte ha encargado a los dos estados para precisar los llamados puntos A, B y C.

¿Está de acuerdo con que se realice un proceso gradual?

El fallo entró en vigor desde el momento en que la lectura ha concluido. Los dos países tienen una cuestión que realizar, que es establecer las coordenadas. Sobre eso, pues, los cancilleres tendrán que tomar las decisiones en los próximos días. Cualquier otro tipo de entendimiento que permita que los derechos de jurisdicción y soberanía que la corte otorgó a los dos países se ejerzan en un espíritu de amistad y cooperación, bienvenido.

En Chile puede haber situaciones internas con la población, los pescadores y otros grupos en el norte, como compensaciones o subsidios. ¿En Perú están conscientes de que eso podría demorar la aplicación del fallo?

No, porque la aplicación del fallo no está sujeta a ningún tipo de condición resolutoria (…). Si cada país, internamente, establece consensos con sus pescadores, las ciudades, la población, en buenahora, pero esas son decisiones de carácter interno, que nosotros respetamos plenamente.

¿No debieran afectar, entonces, la aplicación?

En absoluto. Eso no puede afectar.

El diferendo marítimo provocó roces también durante el gobierno de Michelle Bachelet. ¿Cómo espera que se desarrolle el proceso de aplicación del fallo y las relaciones entre ambos países a partir del 11 de marzo, cuando ella vuelva a La Moneda?

En el caso de Perú y Chile, se trata de políticas de Estado. En Perú han sido comprometidos tres gobiernos. En el caso de Chile, también tres gobiernos: primero Michelle Bachelet, después Sebastián Piñera y ahora, nuevamente, Michelle Bachelet. Hay una continuidad y eso expresa un nivel de consensos nacionales muy importante en los dos países.

Sin embargo, hubo políticas distintas. Piñera implementó una relación de cuerdas separadas…

Lo importante, independiente de las modalidades, es que la relación minimice los elementos de diferenciación que puedan existir y que se maximicen los elementos de cooperación y diálogo político y diplomático.

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