La intimidad de Barnechea, el humilde que quiere complicar a la "U"

Su planilla es cerca de la cuarta parte de la azul, a quienes pretende enredarles la opción al título. Sin embargo, optimiza sus recursos: entrena en Chicureo y se da gustos de grandes.




Barnechea tiene la planilla más barata de la Primera División. El club del sector oriente de la capital gasta apenas $ 62 millones mensuales en su plantel y cuerpo técnico. Universidad de Chile, el rival al que hoy espera complicarle la opción de obtener el título invierte casi cuatro veces más y es el más costoso del torneo chileno. Más específicamente: entre Gustavo Canales, Johnny Herrera, José Rojas y Ramón Fernández, los cuatro jugadores mejor pagados del plantel estudiantil, se embolsan cada 30 días lo mismo que toda la plantilla que dirige Francisco Bozán.

Los estacionamientos de los lugares en que entrenan los huaicocheros y los azules dan otro indicio de las diferencias. Mientras en el CDA abundan los vehículos último modelo y de las mejores marcas, en el complejo de la Liga Oriente, en Chicureo sobresalen sólo el Mercedes Benz de Francisco Ibáñez, el Jeep de Christian Martínez y dos BMW: el blanco del técnico Francisco Bozán y el negro del preparador físico Felipe Prieto. El resto son autos que pasarían inadvertidos en cualquier calle.

Eso sí, los huaicocheros tienen todas las comodidades para desarrollar su trabajo. Su presidente, Armando Cordero, es director del club Liga Oriente, ubicado en el exclusivo sector de la comuna de Colina. Ello les permite utilizar el complejo, que tiene varias canchas de pasto, sala kinésica y piscina. Pronto, tendrá un gimnasio, por cuenta del club.

También hay un casino que ocupan para revisar videos de los rivales: con compactos de no más de cinco minutos, el técnico explica las debilidades y fortalezas de la escuadra de Martín Lasarte. En el resumen hay varias imágenes del Superclásico frente a Colo Colo. Repasan los movimientos de Mathías Corujo, los errores de José Rojas y Osvaldo González y la estrategia del charrúa: ejercer presión en  campo propio para sorprender al rival a través de la salida rápida. El DT les recalca a sus pupilos que no deben caer en la trampa.

"Barnechea es un club que está en vías de profesionalizarse. Cada día avanzamos un poco más. El ascenso aceleró el proceso deportivo. A nivel administrativo, ha sido más lento. Faltan funcionarios. Varios realizamos más de una tarea. Pero, para trabajar, están todas las condiciones", dice el gerente deportivo Cristián Ortiz. El crecimiento comenzó en 2009. Ese año, estuvieron a punto de caer a Tercera B, con el actual timonel como entrenador. En 2011, con Mario Salas en la banca y el hoy azul Patricio Rubio como figura, llegan al profesionalismo. Dos años después, escalaron a Primera División.

Incluso, se dan algunos gustos de grande. El plantel esperó el encuentro ante el líder del Apertura en el hotel Radisson de La Dehesa, uno de los más exclusivos del sector alto de la región Metropolitana.  La mayoría de los  viajes se realizan en avión.  Por eso, aún duelen las críticas del ex técnico Hugo Vilches. "Nos dejó el estigma de la precariedad. Esta es una casa chica, en la que todos los días hay algo que hacer. Pero la mantenemos ordenada. No gastaremos un peso más que lo que tenemos". añade.

Hay un ejemplo: apenas ascendieron, les ofrecieron al volante argentino Guillermo Marino. La idea entusiasmó, pero la descartaron porque escapaba al presupuesto. Los sueldos más altos del club bordean los $ 4 millones. En el grupo figuran el arquero Jorge Manduca, el central Cristián Reynero y el ariete Francisco Pizarro. Es decir, los más experimentados del equipo. Los que ganan menos son los juveniles: $ 250 mil. "La evolución es lenta, pero se nota. Desde que llegué, ha mejorado la logística y eso se refleja en la cancha. Nos costó acomodarnos a Primera. Los refuerzos tardaron un poco en llegar. Hoy estamos a un nivel alto", dice el guardameta.

Bozán apuesta a acortar distancia con los azules a partir de un modelo que les permitió salir de la zona de descenso y que recoge su formación sicológica. "Cada fortaleza del rival se puede convertir en una debilidad. Presionaremos en todos los sectores de la cancha, con intensidad. El futbolista debe sentirla como parte suya, no como una imposición. Podemos equilibrar el potencial de la U. Esto no es tenis. No juega el 200 del mundo contra el 1". Por más desigual que parezca el duelo.

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