La otra fuerza en el Instituto Nacional

El Colectivo de Acción Libertaria (CAL) es un pequeño grupo de izquierda, con una fuerte crítica al sistema y cuya influencia ha sido decisiva en la toma del recinto.




El modelo educacional es formador de mano de obra y cuadros profesionales, promotor de valores y comportamientos acordes a las necesidades de la actual fase de desarrollo del capitalismo, en su consecuente aplicación en el territorio latinoamericano y nacional. Esto se ve expresado en que se busca crear personas dependientes, autoritarias y competitivas que asuman las injusticias del sistema como algo natural a la humanidad", dice el escrito de un alumno de primero medio A del Instituto Nacional, que se identifica como militante del Colectivo de Acción Libertaria (CAL), uno de los más influyentes dentro de la toma que desde el 23 de mayo se realiza en dicho establecimiento educacional.

Si bien es un grupo pequeño, los profesores del Instituto Nacional reconocen que al interior de la toma tiene un gran poder.

"Ellos proponen la toma como un fin para poner al Instituto Nacional a la vanguardia del movimiento estudiantil. Del total de alumnos será un poco menos del 10%, pero ejercen un gran liderazgo, medio escondido dentro de la toma e influyendo de manera importante en la opinión del resto del alumnado", señala un profesor de música que lleva más de 12 años dentro del recinto educacional.

Entre los alumnos, las opiniones se encuentran divididas. Mientras algunos aseguran que la presencia del CAL ha ayudado a la "criminalización" del movimiento estudiantil, otros cuentan que la presencia del colectivo ha hecho que el grupo tenga ideas más firmes frente a la reforma educacional.

"Ellos han conseguido en cierto aspecto el objetivo, que es marcar un ritmo y liderazgo frente al resto de los liceos emblemáticos. Pero, por otro lado, ha contribuido a que nos vean como violentos", señala un estudiante de segundo medio.

"Son compañeros que democráticamente hacen su ejercicio político como cualquier alumno. Son una minoría, pero como cualquier otro y tienen una incidencia que genera opinión, discusión y levanta posiciones", explica Xavier Opazo, presidente del Centro de Alumnos del Instituto Nacional.

Francisco Sainz es el encargado político de la sección Santiago del Frente de Estudiantes Libertarios (FEL), el mismo al que pertenece la presidenta de la Fech, Melissa Sepúlveda, y valora el accionar que ha tenido esta organización dentro de la toma.

"Yo tengo la mejor opinión de ellos, porque son capaces de luchar para que sus compañeros tengan una mejor educación. Se les ha acusado de ser los autores de quemar el colegio, pero eso no es así. A algunos incluso los hemos incorporado en nuestro frente", señala.

Para la vocera de la Asociación Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Aces) el trabajo que desempeña el CAL dentro de la toma del Instituto Nacional es igual a la labor que desempeñan otros colectivos dentro del movimiento estudiantil en Chile.

"Si bien ellos juegan un papel importante, hay que dejar en claro que las decisiones que se toman en el Instituto Nacional pasan por la consulta a la totalidad de los alumnos y es muy poco probable que un grupo pequeño influencie tanto", añade la vocera de la Aces.

Ayer, el Centro de Alumnos del Instituto Nacional dio a conocer el petitorio que motiva la toma del recinto.

En relación a la Reforma Educación, los estudiantes señalan que ésta "no apunta a cambiar el paradigma principal de la educación, entendida en la lógica del mercado y el consumo, desligada de su rol público y protagonista del desarrollo del país".

En cuanto a la selección en establecimiento educacionales, el estudiantado propuso que la selección por méritos y competencias debe eliminarse en el largo plazo al igual que la discriminación por criterios "sexistas, valóricos religiosos o culturales".

Además, se planteó el rechazó de las pruebas estandarizadas como el Simce y la PSU, en pro de la creación de pruebas especializadas según cada carrera de la educación superior.

El texto propuso, además, terminar con la jerarquía de los establecimientos educacionales, planteando la incidencia de la comunidad educativa en la elección del director del establecimiento y la autonomía de los diversos estamentos de un colegio a la hora de tomar decisiones.

Sobre la administración y financiamiento, el documento exige la estatización de los colegios municipales, el fin de los proyectos privados de educación con fondos púbicos y que los establecimientos del Estado se financien a través de un aporte basal que considere matrícula y presupuesto interno, además del fin al lucro en todas sus formas.

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