La última apuesta de Martínez

Un año más en la rectoría de la UMC y esperar a lo que, él cree, será el "segundo gabinete", donde los fácticos tendrán la palabra en la Nueva Mayoría. Es el plan del ex diputado, que comenzó con sus intervenciones radiales que impactaron en el bloque.




EL 8 de diciembre pasado, en la residencia de Gutenberg Martínez en Ñuñoa, el ex presidente de la falange se reunió con su círculo más cercano. A la cita llegaron, entre otros, Gonzalo Duarte, Carolina Leitao, José Miguel Ortiz, Sergio Micco, Moisés Valenzuela y Exequiel Silva.

En la cita, el tema obligado fue el rol de la DC en un futuro gobierno de la Nueva Mayoría, con Michelle Bachelet a la cabeza.

Uno de los lineamientos transmitidos por el ex diputado fue que la colectividad, y en especial su sector, debe transmitir independencia de la administración de la Nueva Mayoría, en una mezcla de lealtad, pero haciendo notar el peso y la opinión DC.

Fue una suerte de notificación del regreso de Martínez a la contingencia política, lo que se materializó el martes 17, con la referencia del ex presidente de la Cámara en contra del PC.

"Si el PC nada dijera respecto a los temas de derechos humanos y nada dijera respecto a sus conceptos de democracia y de política internacional, creo que sería un error (su ingreso al gobierno)", dijo en un programa radial.

Sin embargo, a diferencia de otras ocasiones, Martínez no encontró demasiados respaldos entre dirigentes de su partido. Incluso, la propia Bachelet le envió un recado al ex diputado: "seré yo quien defina mi futuro gabinete".

En el círculo cercano al ex líder DC afirman que la definición fue una suerte de "téngase presente", dirigido a la ex presidenta y la Nueva Mayoría.

Sus dichos son también la carta de entrada a la contingencia política del "Gute", pero de forma paulatina, lo que fue ratificado en la víspera de Navidad en Radio Cooperativa, al mencionar que su "tentación más potente" es su regreso a la arena política. Eso sí, sin los mismos aliados de buena parte de su trayectoria.

En las últimas semanas, varios parlamentarios DC han recibido llamados de Martínez. Con ellos ha comentado la situación del partido. Pero esos mismos legisladores reconocen que la influencia del ex líder de la falange no es la misma de antes.

De hecho, ya no lo acompañan sus antiguos colaboradores, como Aldo Cornejo, Jorge Pizarro o Gabriel Silber, quienes soltaron amarras luego que el "Gute" respaldó en agosto de 2010 a Ignacio Walker por sobre el ex edil de Valparaíso en la contienda por el control del partido.

En marzo de 2013, si bien se inclinó por el ex alcalde en una nueva elección interna, buena parte de su círculo cercano desembarcó en la segunda candidatura del ex canciller. Aquello terminó por cerrar cualquier entendimiento. Según los líderes de la disidencia, salvo reuniones sociales o del partido, no hay mayor relación con el otrora líder del sector "guatón".

A ello se suma que Martínez dejó de cumplir un rol en el Consejo Nacional de la colectividad, espacio en donde planteaba sus opiniones y mantenía cierta influencia. El ex dirigente decidió dedicarse por completo a la academia, en particular a su rol como rector de la Universidad Miguel de Cervantes (UMC).

En las últimas semanas, por los pasillos de Alameda 1460 corrió fuerte el rumor -luego de su primera intervención radial- que Martínez dejaría la rectoría de esa casa de estudios para reactivarse en la vida partidaria.

A esa tesis se sumó la sorpresiva derrota de su esposa, Soledad Alvear, en la elección senatorial, ante el PS Carlos Montes, en una contienda en la que el ex diputado acusó cierta parcialidad del comando de Bachelet.

Pero a pesar que tenía contemplado llegar hasta marzo de 2014 como rector de la UMC, el directorio le solicitó seguir por un año más, lo que Martínez aceptó.

Según dijo a sus cercanos, la decisión no afectaría el plan que ya trazó para los próximos años. El ex líder DC cree que de esa forma podrá mantener cierta distancia del gobierno de Bachelet, lo que le permitirá opinar sin demasiado compromiso, y sólo el 2015 retomaría un rol activo en la vida política. Esto coincidiría, creen algunos, con el "segundo gabinete de Bachelet", en el que, se supone, los fácticos de la Nueva Mayoría tendrían mayor injerencia, tanto en su diseño como en su integración.

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