LA CONSTRUCCIÓN del puente Chacao suma un nuevo traspié, luego de que los propios ingenieros del Ministerio de Obras Públicas solicitaran al titular de esta cartera que evalúe poner término al contrato con el consorcio a cargo de la construcción, atendidas las numerosas falencias de diseño que este proyecto presenta desde su origen. Sorprende el tenor de esta recomendación, como asimismo cómo una obra de esta envergadura pudo haber avanzado hasta la fase actual si es que a juicio de los propios ingenieros del MOP los errores eran evidentes. 

Los antecedentes que ha hecho ver la Asociación Nacional de Funcionarios Ingenieros de OOPP son ciertamente graves y ameritan una explicación en profundidad del Ministerio. Entre los puntos que hacen ver, figuran dudas respecto a las estadísticas de vientos que se utilizaron para medir el impacto sobre la estructura, asunto de vital importancia, particularmente cuando se trata de un puente colgante. En su carta al ministro, la Asociación también hace ver los problemas financieros que enfrenta el consorcio a cargo de las obras. Un punto que resulta especialmente llamativo es que a juicio de la Asociación no hay antecedentes sobre las diferentes alternativas de solución de conectividad, además del puente, poniendo en entredicho que sea la alternativa más económica. De probarse efectivo ello vulneraría criterios básicos sobre la inversión pública.

El Ministerio debe aclarar prontamente estas dudas, pero también es necesario que clarifique por qué al interior del MOP aparentemente existían visiones diametralmente opuestas respecto de la viabilidad de este proyecto, que sólo ahora se hacen públicas. Ello es más grave considerando que esta es una obra que el Estado acomete directamente, y no como concesión. En esta fase sería en todo caso precipitado revocar un contrato que ha firmado el propio Estado, sin que primero los hechos se acrediten y se indaguen las propias responsabilidades del propio Ministerio.