Tras Breaking Bad y Dexter: los mejores y peores finales de la historia de las series de TV

La ficción liderada por Bryan Cranston tuvo un cierre elogiado por la crítica y con alta sintonía.




LOS MEJORES

Variety proyectaba que el final de Breaking bad pasaría a la historia como uno los mejores y la crítica estuvo de acuerdo. Transmitido el domingo en EE.UU., logró 10,3 millones de espectadores, un récord para el programa y que superó a todas las ficciones de la TV abierta de ese país. USA Today dijo: "Si te tientes que ir, ándate cuando estés en la cima", para describir la resolución de la venganza que Walter White realiza en búsqueda de redimirse.

El desenlace de Breaking bad se une a otras ficciones cuyo final ha sido elogiado. M*A*S*H, por ejemplo, marcó un hito con su final, en 1983: logró el récord de 105,9 millones de espectadores. Una serie que demostró que el paso de las temporadas puede no importar, tras 11 ciclos. La comedia sobre la guerra de Corea termina con un "Goodbye" escrito con piedras en el suelo mientras la cámara se aleja en un helicóptero.

Six feet under es otra que siempre figura en los ranking de mejores desenlaces: mientras suena de fondo la canción Breathe me, Claire maneja su auto mientras se proyectan cómo serán las muertes de todos los protagonistas de la serie. Como apuntó The New York Post, el creador de la serie, Alan Ball, "creó arte al elegir cómo terminar su historia en el último episodio".

The wire emitió su último episodio en marzo de 2008 y si bien gran parte de los protagonistas logra un final feliz, fue fiel para retratar la miseria de la calle. Para Entertainment Weekly, el fin del adolescente Dukie es "mirar la vida real en toda su enfurecedora complejidad, directamente a los ojos".

Otro reconocido entre los mejores es el de Cheers, donde Sam (Ted Danson) se da cuenta que su verdadero amor es su bar y rechaza el romance para volver a Cheers. El sitio Fiml.com apunta: "Consolidó su receta de comedia para sentirse bien (pero no demasiado) en su final. El episodio usa recursos probados, pero deja amplio espacio para la ternura que hizo que hasta los más duros se emocionaran".

LOS PEORES

Dexter, que terminó hace una semana en EE.UU. y cuyo desenlace se daba ayer en FX. "El final demostró que la serie había pasado de su fecha de expiración hace rato", apuntó Variety. Después de matar a su hermana con una almohada en el hospital, se interna en una tormenta en su bote. Lo que parece un acto de redención no es tal: Dexter no muere y se le muestra viviendo feliz en un lugar desconocido.

En el ranking de los peores finales, el sitio Yahoo eligió entre ellos el de La pequeña casa en la pradera, de 1983. La familia Ingalls supera todas las dificultades existentes, pero cuando un empresario quería construir un tren que atravesaba el pueblo donde vivían, los habitantes deciden volarlo con dinamita. El New York Post dice: "Ocupa terrorismo casero para despedir un show muy querido con el peor tipo de impacto".

¿Otros malos finales? El de Roseanne, una comedia sobre la clase trabajadora que en 1987 borra de un plumazo su discurso: al final se descubre que la serie era una biografía ficcionada que la protagonista escribía y que habían ganado la lotería en la realidad.

En este ranking también deben estar Felicity (que culmina con futuros paralelos, viajes al pasado y sueños confusos), Alf (cree que ha logrado comunicarse con su planeta de origen, pero en verdad se trata de la fuerza anti extraterrestre y es atrapado por ellos) y el de Los archivos secretos X (lleno de enredos y con el fugaz regreso de David Duchovny).

LOS MAS POLEMICOS

El de Los Soprano tiene acérrimos defensores y detractores al dejar el destino de Tony totalmente abierto, optando por irse a negro en el momento crucial. The New York Times escribió: "Tras ocho años y tanta anticipación, cualquier final habría sido una decepción. Los espectadores están condicionados a buscar una resolución, feliz o triste, y era adecuado que esta serie, que no era ni comedia ni tragedia, desafiara las expectativas en sus últimos momentos".

La mitología que construyó Lost en sus seis ciclos parecía no poder ser capaz de resolverse en el final, y así fue. Aunque sus creadores habían negado la posibilidad de que la isla era el purgatorio, resultó ser la realidad. The New York Times lo catalogó como "algo forzado y una mala excusa".

Poco consenso provoca el de Seinfield, que figura en los listados de mejores y peores despedidas. La serie baja la cortina con todos sus protagonistas sometidos a juicio, y luego condenados, por ser indiferentes a la desgracia ajena.

HAPPY END

En el apartado finales felices y con resolución se instala Tres son multitud, de 1984, donde Janet se casa con su novio, Jack se decide ir a vivir con su nueva novia y Terri, que había reemplazado a Suzzanne Sommers, se va a vivir a Hawai.

Un clásico es Mi bella genio: en 1970, tras casarse, se insinúa que la genio está embarazada del Mayor Nelson.

Friends es otro ejemplo de final feliz. La revista The New York lo resume: "Tuvo todo lo que cada fans esperaba: un final feliz para Ross y Rachel, Mónica y Chandler tuvieron mellizos, Phoebe estaba felizmente casada y Joey seguía siendo Joey".

FINALES ABRUPTOS

Dallas termina en suspenso. En un capítulo de dos partes, un arruinado y abandonado JR contempla el suicidio y se le aparece un ser sobrenatural que le muestra cómo sería la vida de todos si él no hubiera existido. Al final, se ve a Bobby acercándose a la pieza de JR cuando se escucha un balazo. Pero no se sabe qué pasa.

Con nueve temporadas, otro clásico de los 80, Dinastía, también termina sin resolver lo que pasará con los protagonistas: Blake recibe un balazo, el personaje de Linda Evans está en coma y Alexis (Joan Collins) se cae por un balcón y tampoco se sabe su destino.

Otros finales abruptos fueron los de La hechizada (tras la octava temporada, en 1972, Elizabeth Montgomery decidió no volver a la serie) y Los Dukes de Hazzard y Camino al cielo (ambas canceladas por bajo rating).

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