Inflación “made in Chile”

IPC


Por Rodrigo Saens, académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Talca. y PhD en Economía de la Universidad de Connecticut.

Hasta hace sólo unos meses la inflación en Chile no era noticia ni tema de conversación. Desde hace 20 años los precios subían a una tasa promedio de un 3% anual, y las expectativas inflacionarias permanecían −aburrida y persistentemente− ancladas en el rango meta del Banco Central, de entre un 2 y un 4 por ciento.

Pero en el último tiempo las cosas han cambiado. Si la inflación ya estaba generando más de un dolor de cabeza al Banco Central, la invasión rusa en Ucrania sólo los aumentó. De acuerdo al IPC de marzo, siete de cada diez productos muestran un aumento de precios. Sólo en el último mes, el precio de los alimentos subió un 3,9%, acumulando un alza de casi un 14% en doce meses. Como diría Juan Luis Guerra, “el costo de la vida sube otra vez…” y la inflación se transforma en el principal problema económico que aflige hoy a los chilenos.

El alza de un 1,9% en el IPC de marzo corresponde a la inflación mensual más alta desde octubre de 1993. Además de superar todas las expectativas y proyecciones, la inflación en 12 meses llega hoy a un 9,4%, el mayor registro desde octubre de 2008, cuando la inflación interanual rozaba el 10%, previo a que se sufriera en Chile los estragos de la crisis subprime.

Si bien la inflación local tiene un componente externo, las principales causas que explican el incremento de precios en Chile son internas. En diciembre de 2021, previo al fuerte aumento en precios de granos y combustibles ocasionado por la guerra en Ucrania, la tasa de inflación ya era un 7,2% anual.

Según el Informe de Política Monetaria (IPoM) del Banco Central de Chile de diciembre de 2021, sólo un quinto del rebrote inflacionario corresponde a inflación importada. Los otros cuatro quintos son explicados por un aumento de la demanda interna y/o por un alza en el tipo de cambio. En efecto, de acuerdo al mismo IPoM, Chile es uno de los países en el mundo donde más ha aumentado el consumo y la inflación.

La inflación “made in Chile” tiene tres causas. La primera es la fuerte expansión del gasto fiscal. El total de ayudas que ha entregado el gobierno en los últimos dos años −debido a la pandemia− asciende a 30 mil millones de dólares, de los cuales 24 mil millones han ido directamente al bolsillo de las familias.

Una segunda causa es el exceso de liquidez provocada por los tres retiros de los fondos de pensiones, los que han significado una inyección de más menos 50 mil millones de dólares a la economía en los últimos dos años.

Y una tercera causa es el significativo aumento en el tipo de cambio. La crisis política e institucional por la que atraviesa Chile ha aumentado la incertidumbre de la economía. Ello ha generado una importante salida de capitales y, por tanto, un fuerte aumento en el precio del dólar. Junto con la lira turca y el peso argentino, el peso chileno fue en 2021 una de las tres monedas que más se depreció en el mundo. El alza en el precio del dólar se ha traspasado a precios, especialmente en el caso de los bienes transables, potenciando el efecto de la inflación importada sobre los precios internos.

En suma, si el efecto Ucrania ha generado un fuerte aumento en el precio internacional de granos y combustibles, la principal causa detrás de la inflación local es interna, nuestra inflación es esencialmente made in Chile.

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