Las frenéticas horas finales que sellaron las más de mil enmiendas del Consejo Constitucional

Bancada republicana trabajando sus enmiendas. Foto: www.procesoconstitucional.cl

El lunes, el día en que se terminó el plazo para ingresar indicaciones, siguió la tónica de lo que es un hito así: tensión, nerviosismo, presión y cambios de último minuto. La jornada estuvo marcada por una reunión de delegados para contener los ánimos y pedir calma para iniciar el debate, reparos de último minuto de la UDI en la redacción de la enmienda unitaria de la derecha por libertad de elección en el prestador de salud y una izquierda que optó por sellar su estrategia de cuidar los acuerdos de la Comisión Experta.


A las 20.40 de la noche la delegada Pilar Cuevas (RN) cruzaba rápidamente por el pasillo que une a la Cámara con el Senado en Santiago. Iba atrasada. Al otro lado, en la sala de lectura de la Cámara Alta, la estaban esperando los otros delegados de bancada.

Adentro estaban María Pardo (CS), Luis Silva (republicano), Sebastián Figueroa (republicano), Alejandro Köhler (Ind.-PS), Arturo Phillips (Ind.-UDI) y Paloma Zúñiga (RD). Estaban ahí con la intención de calmar los ánimos entre todos los partidos.

Mientras ocurría esa reunión, los asesores de todas las bancadas trabajaban bajo alta tensión en distintas salas del Congreso. Los delegados se vieron las caras, transparentaron sus cartas e hicieron un llamado a la calma. Conocedores del encuentro comentan que los delegados oficialistas volvieron a repetir algo que ya habían dicho en público: consideraban que las enmiendas de los republicanos eran irresponsables y pasaban a llevar todos los acuerdos tomados en la Comisión Experta.

Esa posición no era una novedad. Ese lunes, el mismo Köhler había dicho en La Tercera que los anuncios republicanos “evidentemente no es posible abrir el camino a un pacto transversal que habilite una nueva Constitución”.

Los republicanos volvieron a insistir en su punto. Este es el único momento que tienen para mostrar su identidad, promover las ideas que impulsaron en campaña, hablarles a sus nichos electorales y abrir el debate en las comisiones temáticas. Silva, tal como lo ha hecho en público, reiteró que por ningún motivo esto implica “pasar máquina”.

Los delegados de Chile Vamos se sumaron en el mismo tono y reiteraron que, de su lado, el horizonte está puesto en la búsqueda de acuerdos que permitan, dentro de lo razonable, representar a todos los sectores al interior del Consejo, pero pensando en que finalmente este es un texto que debe aprobarse por la ciudadanía en el plebiscito.

Lo mismo hicieron los republicanos y, por lo tanto, se deslizó que eso debería estar presente en el oficialismo al momento de hacer las intervenciones públicas. Pese a que las fuentes consultadas comentan que esto no se hizo directamente, sí es algo que está presente en los análisis de los delegados. Algunos, en todo caso, creen que la tensión que quiere generar la izquierda es parte natural del proceso y lo mismo pasó en la Comisión Experta.

Ese órgano, de hecho, justo después de las enmiendas empezó con acusaciones cruzadas. La derecha acusó a la izquierda de revivir las ideas fracasadas de la Convención y la izquierda devolvió el golpe diciendo que la derecha quería revivir las ideas de la Constitución de 1980 del general Augusto Pinochet.

La reunión de los delegados duró hasta las 21.30 h. A esa hora los representantes cruzaron de vuelta hacia la Cámara y se volvieron a juntar con sus bancadas para ayudar con el ingreso de las enmiendas. Como tarea los delegados quedaron con la misión de analizar de qué forma idear una metodología de trabajo para ir negociando los acuerdos que permitan tener un texto transversal.

Los papeles republicanos

En la sala de la bancada de los republicanos se respiraba un ambiente tenso. No porque no tuvieran el trabajo listo, sino que debido a la gran cantidad de enmiendas, estaban preocupados de cumplir bien con el trabajo, no equivocarse y dejar todo ingresado ante la Secretaría Técnica. La jornada fue larga, la acompañaron de pizzas y bebidas al almuerzo y terminó con cerca de 400 modificaciones al anteproyecto.

Por lo mismo, el jefe de asesores Jorge Barrera tomó varios resguardos. Ingresaron sus indicaciones a través del archivo Excel de la plataforma, además incluyeron un anexo con las enmiendas junto con sus firmas respectivas y, para dejarlo aún más formalizado, imprimieron todas sus modificaciones.

Pasado las 23.00 h, Barrera junto a un grupo de 15 asesores y consejeros llegaron hasta la oficina del secretario general del proceso constitucional, Luis Rojas, para entregar sus cientos de páginas impresas. En ese momento fue Silva el encargado de entregar las enmiendas, y el resto celebró el hito con aplausos.

Tensión por los cuatro acuerdos de la derecha

La gran incógnita del día estuvo puesta en si la derecha lograba dar una señal política de unidad para ingresar enmiendas de todo el sector y así hacer un gesto en temas cruciales del texto constitucional. Lo relevante de unir a toda la derecha era mostrar que en temas sensibles para el oficialismo, el sector ya tiene los 2/3 alineados. De esa forma, el debate se abre con la balanza inclinada hacia la derecha.

Pese a que estos diálogos partieron con 15 preacuerdos, el tema se redujo a cuatro contenidos. Todos apuntan a las principales disputas políticas que marcaron el debate entre la izquierda y la derecha en la Comisión Experta, ya que tocan temas esenciales de los derechos sociales.

Las enmiendas unitarias finalmente buscan proteger la titularidad de los padres en temas de libertad de enseñanza respecto al derecho de escoger la educación de sus hijos, la libertad de elección en salud, el capítulo especial de Fuerzas Armadas y la protección de la propiedad de los fondos previsionales.

Lo que parecía simple, estuvo trabado hasta último minuto. Fuentes de Chile Vamos y republicanos comentan que la UDI manifestó reparos en la redacción de la enmienda que se refería a la libertad de elección. Esa indicación estaba enfocada en garantizar la libertad de elección en dos niveles: prestador y asegurador. Los reparos de la UDI apuntaban a lo primero, pero luego cedieron.

El derecho a la salud también estuvo trabado en otro ámbito. Chile Vamos exploró la opción de ir juntos en la enmienda que asegura un plan de salud básico, universal y solidario que sea ofertado por distintas entidades públicas y estatales. Esto, en la línea con la idea trabajada por el comisionado Teodoro Ribera (RN) en la Comisión Experta y que fue la última oferta de Chile Vamos a los expertos de izquierda, pero que finalmente no prosperó.

Pese a que había sintonía entre RN, Evópoli y la UDI, los reparos en el gremialismo hicieron que este acuerdo se cayera. Fuentes de esa bancada cuentan que luego de intercambios de redacciones, algunas frases no los convencieron.

La contención de los comisionados

Las enmiendas unitarias de toda la derecha habían tensionado al sector. Cuando La Tercera informó que republicanos y Chile Vamos iniciaron el diálogo con 15 preacuerdos se desataron los problemas. La derecha en su conjunto se recriminó de forma cruzada de ventilar la negociación a la prensa para que fracasara.

La molestia incluso llegó a la izquierda, sector que tuvo que leer por el diario que la oposición tomaba ventaja y empezaba a negociar acuerdos sin incluirlos. La tensión se elevó. Tanto así que el viernes de la semana pasada los comisionados de ambos sectores tuvieron que intervenir para calmar los ánimos.

Así, se activaron los comisionados Hernán Larraín (UDI), Máximo Pavez (UDI), Juan José Ossa (RN), Katherine Martorell (RN), Sebastián Soto (Ind.-Evópoli), Gabriel Osorio (PS), Antonia Rivas (CS), Domingo Lovera (RD) y Catalina Lagos (PS). Todos ellos empezaron a generar conversaciones cruzadas para contener el tema.

Su participación activa ha sido la tónica de todo el Consejo. Los comisionados de la UDI, RN y Evópoli han sido protagonistas en todo el proceso de redacción de enmiendas. Lo han hecho con cautela, desde la segunda línea, cuidando el espacio de sus consejeros, pero explicando las normas del anteproyecto y dando cuenta de las consecuencias que tiene cada cambio.

Lo mismo han hecho los comisionados de izquierda quienes intervinieron desde afuera en sus bancadas para acelerar el trabajo de redacción de las indicaciones e instalaron a sus asesores para guiar y revisar el proceso. Todo, siempre cautelando que son los consejeros quienes tienen la última palabra.

Más de mil enmiendas

Mientras la bancada de RN-Evópoli pedía papas fritas y empanadas fritas de queso para pasar la tarde, las bancadas comenzaban a pensar su estrategia para comunicar sus indicaciones.

En RN fue la comisionada Martorell junto con la asesora y exministra Cecilia Pérez las encargadas de pensar la bajada comunicacional. Así, diseñaron un documento con 10 puntos para informar el foco de las modificaciones de esta bancada, el que posteriormente fue expuesto en un punto de prensa en el que participó toda la bancada.

Lo mismo hizo la UDI. La bancada pensó su mensaje, el que luego fue comunicado en voz de Phillips. El delegado explicó que buscan una nueva Constitución que sea de “la seguridad, del futuro y para las personas y no para los privilegiados”.

Los republicanos trabajaron con el hermetismo que los caracteriza. El lunes optaron por el silencio y se guardaron hasta el martes. La bancada completa citó para este martes a un punto de prensa, a las ocho de la mañana en Conchalí, para comunicar sus principales cambios al texto redactado por los expertos.

La izquierda, por su parte, basó su estrategia en dos intervenciones. Una la hizo en el cuarto piso de la sede de la ANEF cuando sus delegados Pardo, Julio Ñanco (RD) y Köhler respondieron a la derecha y sus anuncios de enmiendas. Ya en la tarde, desde el Congreso, hicieron un segundo punto de prensa, pasadas las 19.00 h en que Köhler, Zúñiga y Yerko Ljubetic (CS) dieron a conocer los principales ejes de las enmiendas que ingresó el “bloque unidad”.

Los delegados oficialistas en la ANEF. Foto: www.procesoconstitucional.cl

El resultado de todo esto se vio en la plataforma de la Secretaría: 1099 enmiendas ingresadas por todas las bancadas. La cifra final está siendo afinada por los secretarios debido a que varios documentos llegaron duplicados y en formatos distintos. Ahora, el órgano redactor entrará en la etapa de debate y los consejeros alistan sus intervenciones para elevar el tono y enfrentar sus ideas en las comisiones. La izquierda parte esta fase con pesimismo. “Las enmiendas republicanas son peor de lo que pensábamos”, afirma en privado una fuente oficialista.

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