Consejeros oficialistas alertan que las enmiendas republicanas imposibilitan “abrir el camino a un pacto transversal” por una nueva Constitución

La izquierda está analizando el escenario que se abre luego de los anuncios del Partido Republicano de hacer cambios sustantivos a los acuerdos que se vieron reflejados en el anteproyecto redactado por la Comisión Experta. El consejero Fernando Viveros (PC) calificó las indicaciones como "irresponsables" y el delegado socialista Alejandro Köhler afirmó que son "expresión de una visión partisana de la Constitución", lo cual es "inaceptable" y "están arriesgando el futuro del país".


El Consejo Constitucional vive 24 horas de alta tensión. Así lo reconocen los consejeros del oficialismo, pero también de Chile Vamos y del Partido Republicano. A las 23.59 de este lunes las bancadas deben ingresar sus enmiendas para modificar el anteproyecto que redactó la Comisión Experta.

Este será el hito político más relevante de esta etapa del proceso constitucional, ya que será el momento en que la derecha y la izquierda mostrarán sus cartas y harán públicos los cambios que quieren hacer al texto de los 24 comisionados. La cantidad de indicaciones y los temas que aborden serán la vara para medir la radicalidad de cada sector respecto de un anteproyecto que fue fruto de un acuerdo transversal en la Comisión Experta.

Pese a que las enmiendas recién serán ingresadas este lunes en la plataforma que preparó la secretaría técnica, el Partido Republicano -la fuerza mayoritaria que controla 22 de los 50 escaños del Consejo- ha adelantado sus indicaciones. En este tema el partido aborda el asunto sin rodeos: presentarán enmiendas sin complejos y sin temor a modificar aspectos sustantivos de los acuerdos tomados por la Comisión Experta.

Así lo reconoció, por ejemplo, la presidenta del Consejo, Beatriz Hevia (republicana), en entrevista con La Tercera. “Fuimos electos por la ciudadanía para hacerle cambios al texto de los expertos. No hacerlo sería renunciar a ese mandato ciudadano. Seríamos muy irresponsables si viniéramos acá y no cumpliéramos con la tarea para la que fuimos electos, y espero que la ciudadanía lo entienda”, afirmó Hevia.

Consejeros oficialistas alertan que las enmiendas republicanas imposibilitan “abrir el camino a un pacto transversal” por una nueva Constitución. En la foto, la Presidenta del Consejo Constitucional, Beatriz Hevia.

Las enmiendas tocan temas sensibles para la izquierda. Hasta el momento se sabe que el partido fundado por José Antonio Kast quiere reducir la Cámara para que baje de 155 a 132 escaños. También presentarán una enmienda para promover un redistritaje.

Actualmente hay 27 distritos que reparten entre tres y hasta ocho escaños. La enmienda apunta a que los distritos asignen tres y hasta cinco bancas parlamentarias. Los cambios a la Cámara irán acompañados de un artículo transitorio que asegure gradualidad. La idea es que la reducción de escaños aplique en tres legislaturas más para no tocar las dos elecciones parlamentarias que siguen al actual ciclo político.

“Mientras más alto es el número de escaños por distrito, cada candidato requiere menos votos para salir, por lo tanto, es más fácil salir hablándole a un nicho. Cuando los escaños son menos necesitas ampliar tu discurso para llegar a más electores, porque necesitas más votos para salir”, explicó el delegado de la bancada republicana Luis Silva en entrevista con T13.

Ese no es el único cambio en sistema político. Los republicanos van a eliminar el artículo transitorio de la paridad de salida 60-40, suprimirán todas las normas sobre la iniciativa popular para derogar leyes, eliminarán los foros de deliberación ciudadana, quieren quitar el artículo que traslada la elección parlamentaria a la segunda vuelta presidencial y respecto de las normas antidíscolos mantendrán que el parlamentario que renuncie a su partido pierda el escaño, pero eliminarán ese castigo en el caso de que el parlamentario sea expulsado de su colectividad. Además, están evaluando eliminar las normas sobre reemplazo de la Constitución y elevarán el quórum para reformar la Carta Magna a 2/3.

Sus enmiendas van más allá. “Vamos a plantear una robusta protección a la vida del que está por nacer”, dijo Hevia el sábado en conversación con este medio. Eso implicará que a lo largo de todo el texto haya normas que especifiquen que “todo ser humano es persona”, siguiendo la cláusula contemplada en la Convención Americana de Derechos Humanos o Pacto de San José, que establece que “para los efectos de esta Convención, persona es todo ser humano”.

Los republicanos darán marcha atrás al cambio de nombre del órgano encargado de vigilar la Constitución. La Comisión Experta lo bautizó como Corte Constitucional, pero los republicanos mantendrán el nombre de Tribunal Constitucional, van a reponer el control preventivo sustantivo y dejarán al organismo integrado por 11 ministros.

En derechos sociales los cambios no son una sorpresa. En seguridad social van con enmiendas para garantizar la propiedad de los fondos de pensiones, la libertad de elegir al administrador, su heredabilidad y carácter inexpropiable. En salud repondrán la cláusula de la libertad de elección para que la cotización obligatoria sea administrada por entidades estatales y privadas, y están analizando la opción de avanzar en una norma que garantice un “plan básico y universal de salud”.

En educación explicitarán que son los padres los titulares del derecho preferente para escoger la educación de sus hijos y exploran una cláusula que prohíba los paros y asegure la continuidad del servicio educativo. En cuanto a libertad sindical, estaban viendo la opción de limitar el derecho a huelga y excluir al sector público, tal como lo hace la Constitución vigente.

En materia de jerarquía de los tratados internacionales de derechos humanos, los republicanos apuntarán a un tema especialmente sensible para la izquierda, ya que su enmienda resolverá la ambigüedad de este tema al establecer que tendrán rango infraconstitucional. “Debería regirnos que la Constitución está por sobre los tratados internacionales. Chile tiene soberanía, por tanto, para empezar es dueño de las decisiones que va tomando y no debería haber organismos externos que nos vengan a imponer una visión”, explicó Hevia.

Además, los republicanos crearán dos capítulos especiales. Uno será para las Fuerzas Armadas y otro será sobre seguridad. En este último acápite la idea es abordar temas de terrorismo, crimen organizado, narcotráfico, corrupción y trata de personas. Los republicanos quieren que la Fiscalía de Alta Complejidad que creó la Comisión Experta vaya acompañada de tribunales especializados con jurisdicción nacional.

“Enmiendas irresponsables”

El oficialismo está en estado de alerta ante la arremetida republicana. El domingo los consejeros, comisionados y asesores de izquierda llegaron hasta el Congreso de Santiago a una reunión ampliada citada a las 14.30. La idea era terminar sus enmiendas para que el lunes solo lo dediquen a ver detalles. El sector ya definió que los 17 consejeros ingresarán un solo paquete de enmiendas “en unidad”.

El domingo, los consejeros oficialistas abordaron el complejo escenario que abren los republicanos y adelantaron que el contenido de sus indicaciones hacen difícil apoyar un texto que termine siguiendo la línea de esas enmiendas. “Evidentemente que con este tipo de enmiendas no es posible abrir el camino a un pacto transversal que habilite una nueva Constitución”, afirmó el delegado socialista Alejandro Köhler.

“Nos parece que este verdadero bombardeo de enmiendas que hemos conocido de republicanos son en esencia expresión de una visión partisana de la Constitución. Si esta línea se mantiene están arriesgando repetir el error que tuvo la Convención, que terminó en un rotundo fracaso. No podemos aceptar que se dañe de esa manera la línea de centralidad razonable que marcó el anteproyecto de los expertos”, agregó Köhler.

Para el consejero de Los Ríos, ”ninguna Constitución democrática se puede escribir a partir de una sola mirada. De persistir y expresarse en la conducta permanente de la derecha, evidentemente nos obliga a decir que es inaceptable y que están arriesgando el futuro del país”.

Una línea similar tuvo la delegada de la bancada Convergencia Social y PC. “Queremos que esta sea la Constitución de todas y todos, de Chile y no solamente de un sector. El anteproyecto constitucional es un acuerdo responsable y transversal para Chile, hace eco de muchas demandas sociales, como lo son la salud, la educación, la vivienda y la protección del trabajo. Republicanos y Chile Vamos le harían un gran daño al país si anteponen el interés de sus propios partidos al interés general de Chile y su gente”, dijo la consejera María Pardo.

El delegado de RD, Julio Ñanco, también criticó las indicaciones de la bancada republicana. “Son enmiendas arriesgadas en términos del escenario en el que estamos. Presentar estas enmiendas tan al límite, sabiendo la respuesta que provocarán, alteran el escenario de conversación y de diálogo”, afirmó Ñanco.

Por su parte, el consejero comunista Fernando Viveros comentó: “Vemos con mucha preocupación las enmiendas de la derecha, porque consideramos que son irresponsables, que no buscan acuerdos transversales, sino que intentan imponer una Constitución no para todos los chilenos y chilenas, sino que para la derecha y los empresarios”.

Los republicanos saben que la izquierda saldrá con intensidad a criticarlos, pero ellos defienden su derecho a promover en las enmiendas sus ideas, son conscientes de que muchas indicaciones van “con el tejo pasado”, que es solo el inicio del debate y que llegado el momento se sentarán a la mesa a negociar, porque comparten que la única forma de que el proceso resulte es con un pacto político con el oficialismo.

Las dos bancadas de Chile Vamos también estuvieron el fin de semana terminando sus enmiendas. El lunes verán los detalles y explorarán la opción de ingresar indicaciones de toda la derecha en su conjunto. El tema ha sido complejo. Ese diálogo partió con 15 preacuerdos, pero fuentes del sector dicen que podrían llegar a cuatro temas que sean presentados por republicanos y Chile Vamos. La UDI, RN y Evópoli irían juntos con enmiendas en cinco temas.

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