Convencionales aprueban en general las primeras propuestas de preámbulo para el texto de nueva Constitución

Cinco de las 12 iniciativas presentadas por los constituyentes de la comisión fueron visadas en la instancia. Ahora se abre un espacio para ingresar indicaciones y luego estos textos pasarán a votación en particular. Si finalmente el pleno entrega los 2/3 podrían finalmente ser incorporadas como parte de la introducción del borrador de nueva Constitución.


Desde el Liceo Domingo Latrille de Tocopilla, en la región de Antofagasta, la comisión de Preámbulo de la Convención Constitucional -encargada de redactar el prólogo de la propuesta de nueva Constitución- tuvo su primera sesión de trabajo. En la instancia, los convencionales votaron en general las iniciativas de preámbulo patrocinadas por distintos grupos que conforman el órgano redactor que buscan ser parte de la introducción del texto de propuesta de nueva Constitución.

Las propuestas visadas por la comisión serán discutidas nuevamente el próximo miércoles 25 de mayo, luego de que los 15 convencionales que integran la instancia presenten indicaciones para modificar los textos previamente aprobados.

Luego de una serie de exposiciones y una ronda de preguntas que se extendió por casi dos horas, a las 17.55 de la tarde la comisión sometió a votación las 12 iniciativas. De todas ellas los integrantes de la instancia dieron el visto bueno a cinco propuestas.

Uno de los primeros textos en ser despachados fue el presentado por los convencionales Jorge Baradit, Paola Grandón, Malucha Pinto, Loreto Vallejos, María José Oyarzún, Trinidad Castillo, Beatriz Sánchez y Matías Orellana. La propuesta de introducción señala:

Nosotros, los pueblos de Chile, nos entregamos libremente esta nueva Constitución, deliberada y decidida por todas y todos quienes habitan en nuestro territorio en un proceso participativo, abierto y transparente.

La independencia de nuestro país, lograda a partir del 18 de septiembre de 1810, respondió a un contexto histórico excluyente que en aquellos años dejaba fuera de toda posibilidad de participación a mujeres, trabajadores, pueblos originarios y otras comunidades vulneradas.

El siglo XX, fue el campo de lucha donde esos estamentos postergados se desplegaron para exigir libertad, igualdad y justicia social. Los trabajadores fueron perseguidos y masacrados por el mismo estado que debía protegerlos, las mujeres fueron excluidas y violentadas por la misma sociedad que debía acogerlas y los pueblos originarios fueron esquilmados y perseguidos por el mismo estado que debió haberlos respetado e incluido.

La lucha política del gran pueblo de Chile frente a las elites, cerró el siglo con un golpe de fuerza que buscó destruir las luchas sociales e instalar por la violencia un modelo pétreo, que cerrara la discusión y excluyera, a través de distintos mecanismos, la participación de las personas en el dibujo de su propio destino.

Pero el río de la historia siempre sigue su curso y el 18 de octubre de 2019, ese mismo pueblo se reencontró con su lucha histórica en busca de igualdad y justicia social y fueron los mismos estamentos de siempre los que llenaron las calles con sus banderas y cantos de esperanza. Trabajadores, mujeres y pueblos originarios inundaron las avenidas del país exigiendo un destino diferente para sus hijas e hijos. Con sus propias manos abrieron las puertas para que por primera vez en nuestra historia no fueran los pocos sino esos muchos quienes en conjunto, en fraternidad, paridad, democracia y colaboración, iluminados por la dignidad y la solidaridad entre hermanas y hermanos, en amor y concordancia con la naturaleza a la que pertenecemos, decidieran el camino común hacia un mejor futuro para nuestros pueblos en la forma de una vida digna, en justicia, bienestar y libertad para todos y todas, para que nunca más en Chile alguien quede excluido bajo ninguna excusa, menos por la fuerza, de lo que le corresponde por el hecho de haber nacido en esta tierra que es nuestra madre, que nos acoge y a la que pertenecemos.

Propuesta de preámbulo

Fue aprobado en general también el texto propuesto por Elisa Loncon, Lidia González, Giovanna Roa, Beatriz Sánchez, Adolfo Millabur, Lisette Vergara, Alvin Saldaña, Luis Jimenez y Rosa Catrileo:

Aquí estamos los pueblos que convivimos en el Chile plurinacional y que mantenemos y reivindicamos las convicciones y fuerzas de toda la historia que nos han traído hasta este momento. Desde la profundidad de nuestras memorias nos constituimos como un país plural, inspirados en las luchas del pasado, en la resistencia de los pueblos indígenas, en las y los trabajadores, en las luchas por independencia y soberanía, en las defensas por los derechos humanos, en la dignidad de mujeres y disidencias, en la juventud que hizo despertar a Chile.

En este momento histórico vamos juntas las distintas generaciones; siguiendo la senda de nuestros ancestros, cada una con sus aportes, experiencias, saberes y luchas. Nos ha costado llegar a este punto de conversación abierta y llana. Muchos pueblos y muchas voces fueron negadas, aminorando sus lenguas y pensamientos, construyendo lo común desde una homogeneidad que nunca logró valorar la riqueza que proyecta esa diversidad que somos.

Chile y sus pueblos asumen el desafío histórico de edificar un Estado Social de Derechos, Plurinacional y Descentralizado, que articula los anhelos democráticos de todos nuestras memorias, para construir una sociedad más justa comprometida con el desarrollo integral, con los derechos de niñas, niños y jóvenes, con la ampliación democrática que movilizan mujeres y disidencias y con la libre determinación de los pueblos indígenas y su vinculación con la madre tierra.

Así este nuevo Estado emerge respetando la dignidad de los seres humanos y la naturaleza, donde seamos socialmente iguales y humanamente diferentes, promoviendo la justicia social dirigida hacia la construcción de un buen vivir que asegure el acceso al agua, la tierra, al trabajo, la educación, la salud y la vida en dignidad.

Nos convoca sentar las bases de una sociedad justa, equitativa, solidaria, participativa, libre, que promueva una cultura de paz y diálogo, con irrestricto respeto a los Derechos Humanos, la diversidad cultural y de lenguas en un Estado democrático, plurinacional, intercultural, paritario, regional, descentralizado con autonomías, que garantice la libre determinación de los pueblos.

Con este paso histórico comienza un nuevo ciclo para nuestro país y para nuestros territorios. Ahora bien, la magna tarea continúa y nos convoca a todas y todos, que los diálogos y encuentros plurales sean cálidos, fecundos y respetuosos.

Ejerciendo el poder soberano constituyente, representado en la Convención Constitucional, decretamos la siguiente:

Constitución política del Estado.

Propuesta de preámbulo

Asimismo, fue visada la iniciativa de los convencionales de derecha Raúl Celis, Patricia Labra, Luis Mayol, Paulina Veloso, Roberto Vega, Angélica Tepper, Luciano Silva, Cristian Mockeberg, Manuel Ossandón y Alvaro Jofré:

Nosotros, chilenos de los más diversos orígenes personales y culturales, en reconocimiento de dicha diversidad y de la radical igualdad en dignidad y derechos, y en respeto de los Tratados Internacionales vinculantes para nuestro país y con el objeto de continuar construyendo una comunidad respetuosa de la persona, protectora de los frágiles y promotora de la unidad, adoptamos la siguiente Constitución:

Propuesta de preámbulo

Otra de las propuestas que será nuevamente discutida por parte de los miembros de la comisión fueron los párrafos presentados por Fernando Salinas, Cesar Uribe, Francisca Arauna, Dayana González, Camila Zárate, Francisco Caamaño, Daniel Bravo, Loreto Vallejos, Natalia Henriquez, Adriana Ampuero e Ingrid Villena:

Somos naturaleza. Siempre lo hemos sido, aunque por mucho tiempo nos sentimos separadas y separados de ella, observándola desde la distancia. Era solo un río, un bosque, un pájaro, una nube. La estudiábamos, la medíamos, la usábamos. Ella y nosotres. Hoy somos uno, el agua, el aire y la tierra nos integran en una relación indisoluble e interdependiente.

Somos historia, que canaliza nuestras experiencias, tradiciones, dolores y alegrías. Los tiempos de ahora, a partir de la gesta de octubre, nos invitan a reconocernos iguales en la diversidad, a trascendernos, a ser por primera vez conscientes de la hegemonía que nunca fue nuestra. Ahora somos lo que hemos decidido ser.

Somos territorios, habitando en comunidad, ya sea en el campo o en la ciudad, tejiendo nuestras vidas con nuestros propios anhelos.

Somos distintos pueblos y naciones, hemos comenzado a reconocernos en un mismo país, a sanar las heridas del pasado y construir un mañana donde nuestras niñas y niños ya no estarán atados a los prejuicios y a la separación.

Somos humanes, construyendo nuestros destinos, con distintas miradas, sin distinciones de género y creencias, iguales en derechos y dignidad, buscando el justo equilibrio en la complementariedad.

Somos todos, afrontando juntos el presente y mirando con ilusión el futuro.

Somos Chile.

Propuesta de preámbulo

Una de las últimas iniciativas aprobadas fue la ingresada por los convencionales Cristina Dorador, Manuela Royo, Alvin Saldaña, Jannis Meneses, Alondra Carillo, Carolina Vilches, Bastian Labbe, Elisa Giustinianovic, Maria Elisa Quinteros y Vanesa Hoppe.

La Constitución reconoce la relación indisoluble del ser humano con la naturaleza, la vulnerabilidad climática, el deber de respetar los ciclos naturales de la vida y los principios de solidaridad, responsabilidad y justicia ambiental, para con las generaciones presentes y futuras

El Estado y sus agencias, las regiones y los gobiernos locales deberán garantizar modelos sustentables de desarrollo, con enfoque ecosistémico y respetuosos de la diversidad cultural de comunidades y naciones.

El Estado, además, deberá resguardar y garantizar la dignidad y el bienestar humano de todas las personas, a través de la mejora de la calidad de vida, garantizada por la implementación de derechos sociales, económicos y culturales con equidad social, igualdad de oportunidades y la distribución equitativa de las ganancias del desarrollo, con especial atención a grupos vulnerables.

A nivel territorial, se deberá promover el desarrollo colectivo, comunitario y equitativo de todos los territorios, permitiendo la mayor articulación entre los actores locales. Y la toma de decisiones deberá fundarse en la ciencia y los conocimientos locales, impulsando la tecnología y la innovación como elementos imprescindibles para el desarrollo social, ambiental y económico en todos sus niveles, promoviendo una economía ética y circular.

El cambio climático deberá ser enfrentado con medidas de mitigación y adaptación, que prioricen las soluciones basadas en la naturaleza, el equilibrio ecosistémico y la protección de la biodiversidad.

Los ecosistemas de los territorios del país merecen una especial protección incluyendo su biodiversidad y sus usos ancestrales, lo que implica un deber del Estado de custodiarles. A efectos de asegurar la no regresión, estos objetivos deberán ser integrados en las diferentes políticas e incentivos de ámbito sectorial y fiscal; y deberán ser considerados expresamente, en los fundamentos de las decisiones, elaborando políticas públicas de largo plazo, que considere estrategias, planes y programas que permitan asegurar esta protección de manera progresiva. Esta protección deberá estar enfocada en la protección de la salud, la prevención de sus daños a nivel poblacional y el bienestar y calidad de vida de las comunidades junto al equilibrio ecosistémico de todos los territorios del país, teniendo como objetivo principal propiciar la información necesaria para asegurar la protección de los derechos humanos y de la naturaleza.

El Estado promueve la enseñanza y el desarrollo del conocimiento científico, los saberes y las prácticas locales, a través de una educación territorial con pertinencia local. Junto con ello, promueve la participación intersectorial equitativa de las comunidades y la gestión e incorporación de elementos territoriales, ambientales y culturales, para estimular conocimientos y competencias genéricas, contribuyendo al reconocimiento y puesta en valor de sus laboratorios naturales, su gente y sus potencialidades, y la colaboración para el buen vivir.

Propuesta de preámbulo

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