Tomás Moulian: "El Frente Amplio debe hacer lo que no hizo la Nueva Mayoría, que es hablar sobre los temas del futuro"

Tomás-Moulian

El Premio Nacional afirma que el bloque debe abrirle las puertas a las clases populares y perfilar una izquierda para el siglo XXI. Además, critica que la Nueva Mayoría no haya transparentado sus diferencias y que no haya impulsado el proceso constituyente.




El sociólogo y Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2015, Tomás Moulian, se mantiene activo. Tiene 78 años y milita hace dos en Revolución Democrática, partido que ayer cumplió su sexto aniversario. Desde ahí, observa con atención el panorama político y a su propia coalición, el Frente Amplio, sin dejar de ser crítico. "Es un grupo todavía dirigido por la élite, o sea, por los grupos más cercanos a los fundadores", dice. Y pese a que afirma que el bloque no tiene el futuro asegurado, sí ve "indicios que son prometedores". En esta entrevista, analiza los desafíos del conglomerado, que se apronta a cumplir su primer año de vida.

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¿Cómo ve el futuro del FA?

-Hay que preguntarse si se generará una coalición ideológica y democrática o si seguirá funcionando cada partido por su cuenta. Y cuando digo ideológica, digo con una visión de futuro, no sólo coyuntural. Una visión que se tiene que fundar en el presente, pero también en el pasado. Echo de menos una visión histórica en el FA.

¿Y cuál es esa visión que falta?

-Debe intentar reemplazar la democracia representativa convencional que tenemos, por una democracia participativa, con instituciones donde los ciudadanos tengan más presencia. Por ejemplo, la gente debe tener la posibilidad de pedir la renuncia de autoridades corruptas, y que eso se haga no sólo en el Parlamento, sino que el ciudadano tenga derecho a hablar. En el FA, creo además que hay que abandonar la organización que tuvo el PC en la que los representantes eran electos desde la dirección. En una coalición democrática, se debe elegir desde las bases.

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¿Habla de la democracia participativa como proyecto país?

-Hablo de un proyecto país. El FA debe tener la idea de la democracia participativa. Y en el Chile actual, en que ganó Piñera, esto puede parecer una ilusión. Pero en política, las ilusiones son muy importantes, los planteamientos del futuro parecen ilusorios, pero el único modo de que se desplieguen es hablando de ellos, gritando y marchando a favor de ellos.

Decía que el FA es dirigido por una élite, ¿le falta representar a las clases populares?

-El FA tiene la tarea de abrirse a las clases populares, dejar de ser una organización de capas medias dirigida fundamentalmente por profesionales. No es que eso sea malo, casi todos los partidos están dirigidos de esa manera, pero si uno quiere crear una fuerza de izquierda tiene que mirar el pasado, que es mirar a la izquierda que gobernó con Salvador Allende, y debe tener esa mirada no para ser igual a ella, sino que para ser distinta con conocimiento de causa. Tiene que ser distinta porque la izquierda que llegó con Allende era marxista y el FA no lo es.

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¿Cómo debe ser esa izquierda?

-Lo mejor sería que fuera una izquierda del siglo XXI, una izquierda que toma en cuenta el fracaso de los llamados socialismos reales, que fracasan en todas partes. En algunos lugares sobreviven como dictaduras de partidos únicos donde hay representantes electos, porque en Cuba hay una Cámara de Diputados, pero a ella pueden acceder los miembros del partido. Entonces, hay que pensar lo que decía Rosa Luxemburgo en 1918, cuando le dijo a Lenin que tiene que haber libertad porque el socialismo está por construirse. Todavía no se sabe qué es el socialismo y no se va a saber lo que es, porque las sociedades van cambiando. Me inspiraría en esas ideas para construir una izquierda del siglo XXI.

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La NM resultó derrotada, ¿qué opinión tiene de este Gobierno?

-Tengo una visión del Gobierno de Bachelet más positiva que lo habitual. Hizo una reforma tributaria, comenzó a implementar la gratuidad, modificó el sistema binominal, es decir, realizó bastantes cosas. Pero la NM no estuvo a la altura. Los conflictos internos que existieron fueron ocultados, las peleas entre la DC y el PC se hacían públicas por infidencias pero no porque estos quisieran que sus conflictos fueran conocidos por los ciudadanos, cuando parece ser un conflicto significativo. Eso hubiera servido para que el Gobierno corrigiera los errores, y el principal de ellos fue haber iniciado el proceso de discusión constitucional y haberlo paralizado.

¿Qué tan relevante es el debate constitucional? ¿Qué rol debe tener el FA en esa discusión?

-Es posible que el Gobierno no quisiera que la discusión constitucional se desarrollara a través de una Asamblea Constituyente, que me parece la fórmula más democrática, pero si tenían otras fórmulas debieron plantearlas. El silencio es para las dictaduras. Discutir de la Constitución es muy interesante, porque se habla del futuro de Chile, no es una discusión técnica sino que es política. Por eso, el FA debe tomar la Constitución como uno de sus temas fundamentales, hay que gritarlo aunque el grito sea despoblado. De otro modo, ese tema se hunde en el silencio. El FA debe hacer lo que no hizo la NM, que es hablar sobre los temas del futuro, aunque no estén por realizarse mañana. Hablar de ellos es el único modo de que se tengan presentes y la política democrática trata de hacer presente aquello que todavía está ausente.

Ante el Gobierno de Piñera, ¿el FA y la NM deben trabajar de forma conjunta?

-Puede haber una alianza entre lo que representan la NM y el FA, para resistir políticas conservadoras y neoliberales, que creo será el terreno hacia el cuál se deslizará Piñera. La UDI y parte de RN estarán por esas políticas. Por eso, pienso que puede haber acercamientos entre la NM y el FA, conservando cada uno sus diferencias, para oponerse a Piñera, pero también para plantear temas de futuro. Si la NM y el FA se coaligan, deberían impulsar la discusión constitucional y plantear sus diferencias frente a la ciudadanía, porque eso es política democrática.

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